Con menos de cuatrocientos casos y algo menos de una veintena de muertos diarios, los puestos de vacunación que empiezan a despoblarse y la posibilidad de caminar por la calle sin tapabocas, el país –sin decirlo en voz alta– parece perderle respeto al pernicioso Sars-CoV-2, a la par que la reactivación de todos los sectores de la economía y de la vida diaria se deslizan en forma creciente.
Sin embargo, algunos fantasmas que llegan en forma de noticias que dan cuenta de nuevas olas pandémicas se asoman para quitarle brillo al optimismo reinante.
El primero de ellos llegó de China hace apenas dos semanas con escenas que parecían revivir lo ocurrido hace dos años, en el periodo más duro de la epidemia, específicamente en algunas ciudades en donde las escuelas cerradas, el teletrabajo, los confinamientos y las desinfecciones invadieron de nuevo la cotidianidad, de las regiones de Shenzhen y la conocida Shanghái, a lo que se sumó la restricción de operaciones comerciales de algunas empresas en las zonas confinadas.
En concreto, las autoridades sanitarias chinas dieron a conocer conteos diarios de varios miles de casos de covid-19 en la provincia de Jilin que motivó los cierres completos de los entornos y ordenar la cuarentena de sus 24 millones de residentes, lo que de paso se convirtió en el confinamiento completo de una provincia después de los impactantes encierros de Wuhan y Hebei en los albores pandémicos.
Esto ocurrió menos de una semana después de que los 12,5 millones de habitantes de Shenzhen fueran sometidos a una cuarentena total de cinco días, a lo que se sumaron otros cierres incluso cerca de la capital, Pekín.
De hecho, en lo que va corrido de 2022, este país oriental ha registrado más casos que el año pasado, frente a lo cual algunas autoridades califican la situación como la más difícil en el tiempo reciente, todo en el marco de la estrategia nacional ‘covid cero’, que parece no dar abasto frente a la creciente demanda por casos condicionados por las variantes más transmisibles (ómicron y sus recientes linajes), que en dicho país, independientemente de la gravedad, exigen aislamiento, una conducta que empieza a ser cuestionada.
En ese sentido, hace unos días, según informó BBC News, el Premier chino, Li Keqiang, manifestó que China trabaja en estrategias contra el covid-19 más “científicas y específicas”, lo cual fue interpretado en el sentido de que es posible flexibilizar las restricciones gradualmente con el fin de que se pueda controlar la enfermedad al mismo tiempo que se les permite a la gente llevar una vida más normal.
En otras palabras, algunas autoridades consideran que China debería tener claro que sus habitantes deben coexistir con el virus en una proyección endémica que hasta ahora, con la política de ‘covid cero’, era prácticamente inaceptable.
No solo China
Lo cierto es que la situación del país oriental no dista mucho de lo que ocurre en otros países europeos, donde han reportado un crecimiento en sus casos de covid-19 que diverge sustancialmente del número de muertes por esta causa en los mismos lugares.
Llama la atención el Reino Unido, que en la última semana reportó un aumento de más de un millón de casos. Por la misma situación atraviesa Alemania, que por estos días ha tenido más de 212.000 casos diarios y ya se ubica en el sexto lugar de los países con mayor cantidad de infectados por el nuevo coronavirus.
Aquí hay que tener claro que desde diferentes orillas científicas se responsabiliza de esta situación a la variante ómicron BA.2, en lo que coincide el infectólogo Carlos Álvarez, coordinador de estudios covid para Colombia delegado por la Organización Mundial de la Salud.
Con respecto a este linaje (BA.2), se ha dicho que es una subvariante del coronavirus con características “silenciosas” porque carece de marcadores genéticos con los que se hacen seguimientos a estos cambios, pero parece ser más transmisible que las anteriores, aunque todo indica que no es más agresiva.
Para entender de qué se trata este nuevo intruso, hay que recordar que los virus mutan para dar origen a nuevas variantes que a su vez pueden ramificarse en unos linajes, y al parecer esto es lo que sucedió con ómicron, de la cual se han identificado los linajes BA.1, BA.2, BA.3 y otros. De ellos, el BA.2 es el protagonista del momento.
Lo cierto es que hoy no se sabe dónde se formó BA.2 pero algunos indicios señalan a Filipinas como el punto de inicio de su evolución.
Lo cierto es que hoy no se sabe dónde se formó BA.2 pero algunos indicios señalan a Filipinas como el punto de inicio de su evolución.
También es importante entender que casi 50 países han reportado su presencia y, como tiene un crecimiento exponencial, dada la dinámica viral, amenaza con convertirse en dominante en los sitios en donde circula, al punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado cuenta de esta situación en Filipinas, Dinamarca e India.
Volviendo al Reino Unido, allí se ha identificado en dos mil infectados por covid-19, al igual que en Alemania, con el agravante de que se ha demostrado que este linaje es significativamente más eficiente infectando personas vacunadas, aun con refuerzos, al compararla con las demás variantes.
Sin embargo, de acuerdo con Álvarez, se ha demostrado que las vacunas continúan protegiendo contra la enfermedad sintomática y grave, incluso para esta forma de la variante ómicron.
Para comprobarlo están algunos reportes de la OMS que aseguran que, si bien el nuevo linaje empieza a expandirse y los casos se aumentan, no hay una simetría en el crecimiento de las hospitalizaciones por covid-19, al punto de que hace unos días, el equipo de respuesta de covid-19 de la OMS, en cabeza de Boris Paulin, dijo que si bien la forma BA.2 puede reemplazar a la BA.1 de ómicron, esto puede modificar muy poco el curso de la pandemia o la forma de enfrentar y de tratar a los infectados. “Es poco probable que su impacto sea sustancial, aunque se necesita más información”, dijo Paulin.
El nuevo linaje
Pero más allá de eso, y mientras los investigadores continúan su análisis, lo más probable es que BA.2 se haya extendido por Asia, dejando a su paso el aumento inquietante de los casos en China, lo que arrasó con la posibilidad de mantener la estrategia de ‘covid cero’ en dicho país. Incluso pudo haber promovido formas diferentes para relacionarse con el virus en los países donde se asienta.
Basta con ver por ejemplo que en la mayoría de los sitios en los que se registran aumentos crecientes de casos ya se han levantado la mayoría de las restricciones y se observa que los tapabocas han desaparecido incluso en los espacios cerrados.
En el mismo sentido, se observa que, con excepción de China y algunos países rigurosos en aspectos diagnósticos, ya no existe la preocupación por realizar pruebas masivas, de tamizaje o confirmación de casos a través del testeo, lo que, de acuerdo con la salubrista Elizabeth Beltrán, recoge la solicitud de muchos epidemiólogos de redefinir los elementos para confirmar casos de covid-19, que deberían estar basados más en manifestaciones clínicas y menos en pruebas de laboratorio, como ocurre con la mayoría de las infecciones respiratorias estacionales en el mundo.
Por supuesto, hay voces en contra que consideran que mientras la pandemia exista se deben mantener las medidas biosanitarias en razón, según Beltrán, a que las características genéticas del Sars-CoV-2 facilitan su transformación a partir de la transmisión masiva.
En otras palabras, mientras el virus se siga transmitiendo en grandes segmentos de la población continúa el riesgo de que se generen mutaciones que pueden resultar más agresivas y atentar incluso con lo que se ha alcanzado en términos de inmunización a todo nivel.
También hay voces de expertos que aseguran que el curso de la pandemia y la forma de enfrentarla han permitido que cada región tenga unas características específicas en términos de inmunidad frente al covid-19 en sus poblaciones. “Las combinaciones de inmunidad natural, incluso por reinfecciones, o por vacunas, y las combinaciones de estas permiten tener recursos biológicos para responder de manera distinta ante las nuevas infecciones”, manifiesta Álvarez.
Por su parte, Beltrán insiste en que, si bien esto no da seguridad, aunque permite cierta tranquilidad, el mundo debería voltear la mirada hacia aquellos lugares y países con porcentajes mayoritarios de sus habitantes no inmunizados, en razón de que allí podría estar el origen de formas potencialmente más agresivas del virus.
A la par que esto ocurre en el mundo, el Instituto Nacional de Salud da cuenta de que el linaje BA.2 ya se ha detectado en Colombia y exige un seguimiento riguroso, pero todo indica que con su aparición en el mundo –más transmisible pero menos mortal– se estaría abriendo la puerta grande para la transformación de la pandemia en una endemia general, lo que no impide que mientras esto ocurre se mandeban mantener las alarmas encendidas, sobretodo en grupos de alto riesgo.
CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
Editor de Salud
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