La gente no va a dejar el aquello jamás y aunque la pandemia es dura, no va a ser la excepción, lo que sí hay que tener claro es que el tal
covid-19 ha modificado de manera brusca la dinámica de la planta baja. El impacto es tal que
la encuesta sexualidad y covid-19 hecha por la Asociación Mexicana de la Salud Sexual encontró que por culpa de la cuarentena, las encamadas y las ganas cayeron un 43 por ciento, al compararse con los tiempos en que el virus no hacía de las suyas.
Esta caída en la actividad sobre el catre llegó incluso a los que viven en pareja, con una afectación mayor de las mujeres: un 36 por ciento manifestó disminución en sus faenas, al igual que el 25 por ciento de los hombres.
Lo cierto es que el encierro, para quienes viven juntos, ha limitado paradójicamente los espacios para la intimidad, por factores como la presencia permanente de los hijos, la familia ampliada.
Para aquellos que no tienen lugar propio o que viven lejos de su pareja, el asunto se complica porque los sitios para poner en funcionamiento el equipamiento del departamento inferior, como son los hoteles y los moteles, se encuentran cerrados.
Pero también hay que tener en cuenta que la encuesta relaciona la merma de los polvos con factores emocionales que dependen directamente de la cuarentena, como la depresión, la ansiedad, la incertidumbre y hasta la sensación de miedo.
Además, en este momento las prioridades están puestas en factores que distan del mantenimiento de la apariencia física, como vestirse, maquillarse arreglarse y hasta ejercitarse para mantenerse en forma, las motivaciones para ir a la cama se desdibujan aún más.
No sobra decir que las condiciones de estrés permanente bloquean fisiológicamente la dotación de sustancias que favorecen el deseo, al punto de que el organismo pareciera solo darles valor a elementos y funciones que garanticen la supervivencia y el mantenerse sanos.
Y, por último, hay que referenciar que la encuesta evidenció que el 8 por ciento sacó en estampida las ganas en esta época, por haber sido víctima de violencia en diferentes grados por parte de su pareja, una compleja situación que el 9 por ciento de los encuestados llegó a decir que es permanente.
Sin más, decir que por causa del covid-19 los polvos están a la baja no es ninguna novedad, pero referenciar esto con números nos exige buscar la forma de mejorarlos, pero este será el tema para hablar próximamente. Por ahora, busquemos la forma de protegernos entre todos del covid-19. Hasta luego.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO