Varias de las compañías que hoy son los principales referentes tecnológicos se han ganado un lugar entre la competencia gracias a sus desarrollos e innovaciones, pero su legado no se construyó sin tropiezos en el camino.
Para directivos de empresas como Netflix, Facebook o Apple, superar una crisis que parecía ser el final de todo lo que habían trabajado es de los retos más difíciles que han tenido que hacer. ¿Cómo lo lograron?
Una idea en la que nadie creía
Netflix, el servicio de series y películas por 'streaming' no siempre tuvo la acogida por la que hoy se le conoce. La idea que tuvieron originalmente sus fundadores Marc Randolph y Reed Hastings les pareció descabellada -por no decir ridícula- a los inversionistas, quienes condenaron al negocio al fracaso.
En 1999, los ejecutivos lanzaron un servicio de suscripción de películas en DVD por correo postal. Su idea se basaba en que los suscriptores ordenaran a través de internet los títulos que deseaban ver y estos llegaran por domicilio hasta sus hogares. Pero en aquel entonces Blockbuster estaba en su mejor momento y eran quienes se llevaban la mayoría de los alquileres de películas.
Netflix continuó perfeccionando su plataforma web y en 2011 dejaron el alquiler y su servicio quedó únicamente en el 'streaming'.Perdieron 800.000 abonados en un solo trimestre. La propuesta de la compañía estaba adelantada en el tiempo, pues la lejanía con la tecnología de muchos hogares fue su mayor dificultad, sin embargo, solo fue cuestión de espera para que la idea se acomodara más a los hábitos de consumo.
Cuando eras el único y de repente ya no
Para muchos,
Facebook es el gran padre de las redes sociales. La plataforma creada por Mark Zuckerberg cuenta con
una base de s de al menos 2.200 millones (para marzo de 2018) que la posicionan como una de las más usadas en el mundo.Cuando fue lanzada en 2004, Facebook tuvo tal impacto que al año llegó a expandirse en todo el mundo y aunque parecía imparable, con el tiempo llegaron otros competidores que también fueron ganando terreno en poco tiempo.
Redes como Snapchat, WhatsApp, Instagram y Twitter se hacían cada vez más populares, mientras que Facebook caía, pero con el capital ya abonado la compañía decidió expandirse. ¿Cómo? Absorbiendo a su competencia. Tras migrar hacia las aplicaciones móviles y presentar varias actualizaciones en su interfaz, la empresa de
Mark Zuckerberg compró en 2012 a una de sus principales rivales:
Instagram. Dos años después hizo lo mismo con
WhatsApp.
Apple hacía productos que no se vendían
En los años 90, luego de que Steve Jobs presentara una de las insignias de la compañía, el computador Macintosh, Apple estaba en su punto más bajo. La firma de la manzana ya no llamaba la atención de la gente. Muchos de sus dispositivos fueron un completo desastre y las pérdidas eran cada vez más grandes.
Mientras Microsoft estaba saboreando el éxito del Windows 95 y sus computadores tenían eco en el mercado, Apple, tras perder millones y despedir a miles de empleados, logró un acuerdo con la compañía de Bill Gates para que inyectara 150 millones de dólares. Steve Jobs, quién recientemente había sido despedido y había conseguido volver como asesor y accionista mayoritario convenció a Gates y con ese dinero reestructuró las operaciones.
Un fuerte e inesperado rival
Si hay algo claro en la relación entre Sony y Nintendo es que la PlayStation sacudió al mercado de consolas de una manera que la firma nipona jamás vio venir.
Nintendo, que en los 80 y 90 dominaba el mercado con la Nintendo 64, la Game Boy y atraía con sus clásicos de Mario Bros., en 1995 comenzó a sufrir lo que es uno de los golpes más fuertes que ha tenido con el lanzamiento de la PlayStation de Sony.
El éxito de Sony desde entonces ha sido imparable y con la llegada de Xbox, de Micrososft, en el 2001 la industria de los videojuegos se ha convertido en uno de los terrenos más competitivos.
Ante los nuevos competidores, la compañía japonesa pronto presentó el Cube, después el Nintendo DS, la consola Wii y en 2017 lanzó su más reciente consola: la Switch. Cada una ha sido una apuesta por innovar en un mercado que Nintendo se niega a dejar.
Si bien la Cube y el DS ya dejaron de producirse, y Wii está cerca de ese mismo destino, la firma también ha decidido apostarle a sus videojuegos insignia y ha hecho múltiples entregas y 'remakes' de Pokémon, Mario Bros, Zelda y más.
REDACCIÓN TECNÓSFERA