La pasada Feria Mundial de Móviles en Barcelona dejó varios mensajes claros: ya no existen más los ‘celulares baratos chinos’. La poderosa industria TIC de la aún más poderosa República dio un golpe de mesa con la presentación de dispositivos de alta gama, diseño, potencia y tecnología que hacen palidecer a las tradicionales marcas estadounidenses y europeas de telefonía. Las épocas de la ‘copia china’ están a punto de desaparecer.
Otro mensaje del encuentro de líderes mundiales de las telecomunicaciones giró en torno a la discusión sobre el fair share, un concepto que ha tomado una aceleración importante y que se convertirá este año en agenda de los reguladores en los países donde la GSMA, asociación global de la industria telco, tiene alcance, incluida, cómo no, Colombia.
¿De qué se trata eso del fair share? Básicamente lo que se busca es invocar medidas globales regulatorias que permitan acordar un financiamiento justo de las redes e infraestructura de telecomunicaciones en el mundo.
Hoy en día, en la mezcla de las telecomunicaciones, unas empresas pagan ‘el tubo’ por donde circula y se surte el contenido digital, mientras que las dueñas de ese ‘liquido digital multimedia’ no aportan al sostenimiento y la ampliación del ‘acueducto’.
En palabras sencillas: mientras los operadores invierten y pagan los cables submarinos, los nodos de fibra, las torres de antenas, centros de datos y demás infraestructuras para que funcione internet, empresas como Netflix, YouTube, Instagram, Facebook o TikTok ocupan el 70 por ciento del uso de ese ‘acueducto’ sin poner un peso.
Peor aún: ganan montañas de dinero sin pagar peaje a la red.
Es una discusión que no busca poner en orillas distintas a ‘buenos y malos’: evidentemente son tan importantes los operadores de telecomunicaciones e infraestructura como los gigantes digitales de las redes sociales, el entretenimiento digital y las búsquedas para el desarrollo socioeconómico de las naciones. Se necesitan, se complementan, se desarrollan y evolucionan en un único ecosistema que beneficia a la humanidad entera, personas, empresas y gobiernos.
Tan correlacionadas están ambas industrias (de telecomunicaciones versus contenidos y servicios digitales) que tanto Google como Facebook han intentado convertirse en operadores móviles, como los operadores móviles han tratado de volverse proveedores de contenidos multimedia y de servicios digitales.
Se necesitan. Lo que dice el fair share es que no está bien que solo uno de los lados esté ocupando el 70 por ciento del uso del ‘acueducto’, sacando provecho multimillonario en publicidad y suscriptores, mientras el dueño del ‘tubo’ es el único obligado a cumplir con regulaciones de calidad y servicio que el otro no tiene, además de invertir en mayor capacidad de ese ‘tubo’ sin ayuda de la otra parte.
Una muy interesante, justa y sana discusión que vale la pena analizar para garantizar, al final del día, que subsista y se mantenga una infraestructura que demanda miles de millones al año, el doble de inversión que hace 10 años, y que factura la mitad que recaudaba en aquellas épocas.
JOSÉ CARLOS GARCÍA R.
Editor Multimedia
En X: @JoseCarlosTecno