Imagínese que está sentado en la comodidad de su casa y que a través de la tecnología logre estar en el ‘mismo espacio físico’ de algún amigo suyo que en realidad está a miles de kilómetros de distancia. En este encuentro pueden sentir que están físicamente juntos, a pesar de que todo es casi una ilusión o, mejor, una realidad paralela que está compuesta de millones de componentes digitales.
Del metaverso es más lo que no se sabe que de lo que en realidad se tiene alguna certeza. Lo que sí está claro es que ya se dio un gran paso para el desarrollo de un metaverso, lo que algunos esperan que sea el “futuro del internet y las relaciones sociales”.
Ese paso lo dio el jueves de la semana pasada la compañía de
Mark Zuckerberg, antes Facebook, que ahora buscará consolidarse como una
“empresa de metaverso”, y a eso se debe el cambio de nombre corporativo de Facebook a Meta.
Las maneras de relacionarse que hoy existen en el mundo, muchas facilitadas por el internet, y todas las dinámicas de las redes sociales, junto con el uso que hacemos de estas plataformas, se deben, en gran parte, a todo lo que ha hecho Facebook desde que nació.
Es como un mundo paralelo donde nuestra identidad digital, que normalmente llamamos avatar, va a poder interactuar con otros avatares
Las redes de la empresa de Mark Zuckerberg se han convertido en los canales de comunicación y entretenimiento principales de millones de personas. Y se espera justamente que sea este gigante tecnológico, ahora llamado Meta, el encargado de llevar este relacionamiento social al próximo nivel: el metaverso.
Este diario consultó al experto David Pereira, presidente de Sec-Pro, sobre sus primeras impresiones del metaverso que Zuckerberg empezó a mostrar. “Este concepto es algo que ya se viene manejando en ciertos aspectos. Por ejemplo, en las conferencias. Ya hay entornos virtuales con salones de conferencias en los que uno entra a los lugares que cada uno quiere acceder. Lo que quiere hacer Meta es transferir esta idea a un entorno de red social permanente. Es como un mundo paralelo donde nuestra identidad digital, que normalmente llamamos avatar, va a poder interactuar con otros avatares. Es algo interesante”, dijo Pereira.
Zuckerberg y los directivos de Meta insisten en que su metaverso es el “futuro del internet y las redes sociales”. Sobre esa apreciación, Pereira dijo que “es posible que sea por lo menos una parte de ese futuro”. Mencionó, además, que la pandemia trajo desesperación y frustración a algunas personas por la falta de interacción con otras. Y, al final, una de las soluciones que habría para lograr esa interacción es un tipo de metaverso.
Algo muy curioso de los anuncios sobre el metaverso es que los mismos directivos de Meta saben que la tecnología que dará vida a un metaverso realmente inmersivo en el futuro
aún no existe. Así lo aseguró Juan Pablo Consuegra, director de Meta para la Región Andina, a EL TIEMPO
en una entrevista exclusiva.
Por su parte, Pereira dijo que “faltan muchas cosas para que el metaverso sea una realidad. En este momento la tecnología soporta que nosotros interactuemos en ese tipo de mundos virtuales de una forma bastante incipiente, utilizando nuestro teclado y nuestro mouse”.
Eventualmente, aseguró el experto, se creará una interfaz neural, como la que está trabajando Elon Musk, que permita tener la mente conectada a ese metaverso en el que se podrá interactuar de una manera mucho más directa y real, algo inmersivo.
“Pero en este momento, no. Hoy tenemos las gafas de realidad virtual, pero pues, a la final, si no estamos conectados a un videojuego y estamos en la vida real, básicamente lo que te presentan las gafas es una especie de interfaz adicional que presenta información. Más allá de la realidad aumentada, no tenemos una experiencia inmersiva”, explicó el presidente de Sec-Pro.
Sí es una realidad
La presencialidad en el mundo virtual es el gran objetivo de Zuckerberg y su equipo. Lograr que alguien, aunque esté interactuando en un entorno digital, sienta esa experiencia como algo físico recaerá, por supuesto, en el desarrollo de nuevas tecnologías que tardarán varios años, por no decir décadas.
Ahora, el día que se logre eso, el metaverso representará un lugar muy especial e importante para las personas que interactúen en él.
“Si este tipo de metaversos existen, las personas van a encontrar un escape a esa realidad que no pueden tener”, dijo el experto, y también mencionó que el metaverso será una manera bastante efectiva de conocer lugares de todo el mundo, viajar sin gastar mucho dinero, así como volver a una realidad común que ya no existe por uno u otro motivo.
Ojo con la seguridad
El metaverso puede generar impresión, incredulidad o, incluso, susto en muchas personas. Al respecto, el experto dijo que se tienen que hacer varios esfuerzos para que estos entornos digitales sean realmente seguros.
“De salida, desde el punto de la interacción social. Si en este momento encontramos matoneo en el mundo real, imagínate lo que podría pasar en un metaverso en el que uno o varios avatares pueden llegar a golpear a otro”, reflexionó Pereira.
Además, cuando existan las interfaces neurales para conectarnos al metaverso, estaríamos hablando de conexiones directas con nuestros cerebros. Habría que tener una serie de cuidados y tácticas para que nada ni nadie se conecte con nuestro pensamiento con intenciones maliciosas.
¿Y la carrera tecnológica?
No se puede pasar por alto que la tecnología, las redes sociales y todo lo que puede llegar a rodear al metaverso está fuertemente ligado a un negocio gigantesco. No es casualidad que Mark Zuckerberg tenga una de las fortunas más grandes del mundo.
Meta está tan convencido de que el desarrollo del metaverso es el futuro del internet que sus directivos le contaron a EL TIEMPO que requerirán la colaboración de toda la industria.
Teniendo en cuenta el ambiente altamente competitivo que se vive en esta industria, además de que el metaverso tendrá la firma de Meta, la pregunta que surge es: ¿dónde queda la carrera tecnológica?
ANDRÉS GALINDO FERNÁNDEZ
Periodista de Tecnósfera EL TIEMPO