La realidad laboral del país cambió aceleradamente cuando, el pasado mes de marzo, el Gobierno ordenó una cuarentena estricta que obligó que cientos de empresas y miles de trabajadores se tuvieran que adaptar en cuestión de días al trabajo en casa.
Fue una decisión que hizo que Colombia pasara de tener 11,2 por ciento de sus empresas en teletrabajo al 98 por ciento bajo empleo remoto, según lo revela un estudio de la Federación Colombiana de Gestión Humana.
Lo cual demuestra cómo el sector empresarial del país ha tenido que acelerar la implementación de las regulaciones sobre este campo y los protocolos para aplicarlos dentro de sus empresas.
Este panorama está lejos de normalizarse, aun cuando con el avance de la emergencia, el Gobierno Nacional ha dado apertura a los distintos sectores.
Lo cierto es que sin una solución cercana al control total del nuevo coronavirus, el teletrabajo y el trabajo en casa continúan siendo las opciones principales para que las empresas puedan seguir operando.
En la reciente Encuesta de Conciliación de Vida Laboral y Personal, que presentaron la Asociación Nacional de Industriales (Andi) y el Ministerio del Trabajo, se revela que para el mes de julio, cuando se desarrolló la medición, el 86,7 por ciento de los entrevistados aún continúan trabajando desde sus hogares.
Y tal situación continuará por lo menos en el mediano plazo y exige revisar cuáles han sido las implicaciones en las dinámicas laborales, los efectos en la productividad y la vida de los empleados.
Los cambios
El estudio de la Andi y el Ministerio del Trabajo, que fue realizado a 8.670 personas de 277 empresas, mostró una situación compleja. El 57 por ciento de los encuestados aseguraron que sus jornadas laborales se habían incrementado, y trabajaban más de las 8 horas diarias.
Esto refleja el gran reto que aún tienen las empresas en Colombia para que no solo se asegure la productividad, sino que, además, se garantice que el empleado tenga calidad de vida.
David Blay Tapia, experto en teletrabajo y cofundador de la Escuela de Trabajo Remoto, afirmó que en este punto, uno de los factores que entran en juego es la confianza.
“En esto es importante aplicar la confianza, tanto en el empleador como en el trabajador. Hay que entender que un trabajador no va a dejar de hacer su trabajo cuando no lo ven. Buscar un nuevo contrato social es a lo que tenemos que aspirar”, precisó Tapia.
Así mismo, señaló que en este nuevo modelo, uno de los retos que deben enfrentar las empresas es “aprender a generar objetivos para los empleados, no medidos por horas de trabajo, sino por funciones por desempeñar, tanto a corto como a mediano y largo plazo”.
En medio de los cambios también queda en evidencia la importancia de la digitalización y de la implementación de medios tecnológicos para poder llevar a cabo las funciones laborales.
El 51,8 % de las personas que participaron en la encuesta aseguran que usan medios digitales más de 8 horas al día para cumplir con sus labores, y el 7,2 % no hace uso de estos canales en ningún momento.
Teniendo en cuenta esto, el estudio también muestra que del total de encuestados, el 52 % se ha enfrentado con algún tipo de problema para la implementación de tecnologías en su trabajo.
Un dato relevante es que el 45 por ciento señaló que sus problemas estaban relacionados con una mala conexión a internet o una falta de este en sus viviendas.
Por otro lado, uno de los aspectos que también entran en este modelo es el tiempo que ahora los trabajadores deben dedicarle a labores relacionadas con el hogar, las cuales deben combinar con sus funciones y cargos.
En el caso de la preparación de alimentos, durante la pandemia se incrementó en un 23,9 por ciento el número de personas que deben realizar esta labor. Esto se suma a que el 92,4 por ciento confirmó que tiene que llevar a cabo labores domésticas.
La regulación
En Colombia, el teletrabajo no es un aspecto nuevo y desde el 2008 se encuentra regulado en la Ley 1221. En esta normativa se estableció que este era una modalidad laboral y dio las bases para crear una política pública.
En el 2012 se lanzó el decreto 884 de 2012, en el cual ya se logró su reglamentación.
Vale aclarar que al inicio de la pandemia, el Ministerio del Trabajo estableció una reglamentación para poder aplicar el trabajo remoto o en casa, que es diferente al teletrabajo porque no cuenta con los elementos, requisitos y formalidades exigidos en la ley.
El Gobierno presentó un proyecto que busca regular el trabajo en casa para que sea incluido de manera excepcional con el fin de seguir utilizando este modelo.
Por otro lado, la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate la iniciativa que busca la desconexión laboral con el fin de garantizar que las empresas respeten el tiempo libre de sus trabajadores una vez termine la jornada laboral.
Este plantea que los empleados tienen el legítimo derecho de no recibir mensajes, correos ni llamadas de su empleador cuando ya se cumpla el horario establecido y si los reciben, no tienen la obligación de responderlos.
Aún faltan debates para estos dos proyectos, y hay muchos puntos para revisar en esta materia. Lo que sí es cierto es que el teletrabajo y el trabajo en casa seguirán siendo una realidad para muchos.
MARÍA FERNANDA ARBELÁEZ
Redacción Recnósfera