Después de casi ocho días de impartida la orden, finalmente, el jueves pasado, hacia las 10:30 de la noche, el extraditado empresario Carlos Mattos pudo ser movido de la celda de La Picota en la que se encontraba.
EL TIEMPO reveló que, tras su extradición desde España, el 17 de noviembre, fue acomodado en el mismo piso y espacio en el que se encontraba Emilio Tapia, condenado por el saqueo a Bogotá, a través del ‘carrusel’ de la contratación, y ahora preso por las garantías falsas del contrato con el Mintic.
Aunque Tapia, aduciendo temas de seguridad, hizo todos los esfuerzos para que le otorgaran detención domiciliaria o lo devolvieran al Batallón de Malambo (Atlántico), en donde pagó parte de su anterior condena, una juez de control de garantías se lo negó.
Uno de los que se opusieron a que le dieran privilegios carcelarios fue el penalista Iván Cancino, abogado del Mintic, víctima dentro del escándalo. No obstante, Cancino, en su rol de abogado de Mattos, no logró que este último fuera enviado a domiciliaria o a un hospital, a pesar de su cuadro clínico y de su avanzada edad.
Y una serie de episodios llevaron a su reubicación.
La sombra
Claudia Patricia Vanegas, fiscal de apoyo en la investigación del ‘carrusel’ de la contratación y quien tuvo a Tapia como testigo en varios de esos procesos, no sabe quién le suministró su número de celular a Mattos.
Pero una llamada que Mattos le hizo a Vanegas desde La Picota antecedió su salida de la Fiscalía y precipitó el cambio de celda.
En un reporte que el propio fiscal general, Francisco Barbosa, recibió, los fiscales del caso Mattos señalaron que Vanegas los puso en línea con Mattos, quien tenía celular en la cárcel, con a videollamadas.
EL TIEMPO reveló que Mattos buscaba proponer, por tercera vez, una negociación con el ente acusador dentro de los dos procesos que se le siguen por los sobornos que se pagaron para que lo favorecieran dentro del pleito con la Hyundai.
La respuesta de la Fiscalía, por ahora, fue un no a un principio de oportunidad o a un preacuerdo.
“La posición del Fiscal es que la gente aporte y colabore con lo que tenga que ver con su proceso específico. Si no tienen que aportar sobre el tema y si hay elementos de juicio para que la Fiscalía busque una condena, no se otorga el principio de oportunidad”, explicaron altas fuentes de la Fiscalía.
Y el periodista Daniel Coronell, en su reporte en W Radio, dijo que, el día de la llamada, detrás de Mattos había otra persona a la que se le veía la sombra. Autoridades ya tienen el número desde el cual se llamó e indagan otros privilegios carcelarios no autorizados.
El jueves, Mattos pasó al llamado pabellón R Sur, destinado a funcionarios condenados y procesados. “Mattos se negaba a ser trasladado. Dijo que Tapia es quien le suministra los medicamentos y que no podían separarlos”, dijo un funcionario.
Y confirmó que el abogado de Tapia, el penalista Alejandro Sánchez, es quien ahora está explorando una posible negociación de Mattos con la Fiscalía.
Sánchez adelantó el acuerdo al que llegó Otto Bula (por los sobornos de Odebrecht) con los mismos fiscales del caso Mattos. Y representa a Tapia en la colaboración en el caso Mintic.
Ahora, Mattos estaría contemplando ofrecer una jugosa indemnización que incluya a víctimas, entre ellos la Rama Judicial, afectada por la utilización ilícita de redes de comunicaciones, abusivo a un sistema informático y daño informático.
Pero, por ahora, la postura de la Fiscalía es la misma.
UNIDAD INVESTIGATIVA
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