Para todos los colombianos es bien sabido que vivimos en un país con una amplia riqueza geológica, producto de la compleja interacción de placas tectónicas que han modelado el paisaje típico de nuestro territorio.
De los cientos de procesos geológicos que se han dado y se dan en Colombia, los terremotos y las erupciones volcánicas son bastante familiares. Y son precisamente las erupciones volcánicas las que nos darán una guía para responder la pregunta planteada en el título.
Los volcanes en Colombia tienen variadas formas y estilos eruptivos, es decir, no todos los volcanes hacen erupción de la misma manera. Comencemos pues por los volcanes de lodo. Estos se caracterizan por emisiones poco frecuentes de gases, presencia de arcilla y agua.
Su característica forma cónica tiende a asociarse con eventos eruptivos típicos de películas de cine; sin embargo, esto dista mucho de la realidad de volcanes como el Totumo, que si bien es clasificado como un volcán de lodo, no representa un peligro alto.
Otro escenario muy diferente es el de volcanes como el Galeras (Nariño), nevado del Ruiz (Caldas y Tolima), Cerro Machín (Tolima) y Puracé (Cauca), por mencionar algunos. Estos se encuentran ubicados en la cordillera central de nuestro país y debido a la composición de sus magmas, sus estilos eruptivos son muy diferentes.
A través del estudio de los depósitos volcánicos de cada uno de estos, área de la vulcanología que se denomina tefroestratigrafía, ha sido posible reconstruir su historia eruptiva.
Una vez entran en erupción son muy explosivos, gracias a la alta viscosidad del magma y la presencia de volátiles, tales como el agua y el CO2.
En este estado producen flujos piroclásticos que cubren vastas áreas en muy poco tiempo, que, sumado a las altas temperaturas que presentan, los convierten en uno de los eventos geológicos más peligrosos.
Para no ir más lejos, el nevado del Ruiz y su evento eruptivo de 1985 produjo el desastre de Armero, el cual dejó poco más de 27.000 muertes, convirtiéndolo en una de las mayores tragedias de la historia producto de un evento geológico.
Cada volcán tiene una historia diferente que contarnos y, con sigo, algo nuevo que enseñarnos.
DAVID TOVAR
Grupo de Ciencias Planetarias y Astrobiología GA / Universidad Nacional