De baldosas para producir electricidad a productos basados en la naturaleza: las innovadoras propuestas de los jóvenes investigadores colombianos que visitarán México

Baldosas capaces de convertir en energía eléctrica los pasos que dan las personas al caminar sobre ellas, un pequeño cohete que en su vuelo mida las condiciones ambientales de un lugar, abordar el uso de aceites esenciales como una alternativa de control de plagas más sostenible e incluso indagar por los principios activos de plantas medicinales y aromáticas que puedan servir para el desarrollo de productos de cuidado para el cabello afro, son solo algunos de los proyectos con los que estudiantes de grado 9° y 10° dejaron volar su imaginación para participar en la convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Misión México: Investigadores Ondas 2024.

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Se trata de una iniciativa de Minciencias en la que esta semana partirán con destino a México 17 estudiantes y cuatro docentes que tendrán la oportunidad durante ocho días realizar una inmersión que les ofrecerá experiencias relacionadas con ciencia, tecnología, innovación, como visitas a destacadas universidades, institutos y centros de investigación en la Ciudad de México, charlas y talleres con científicos y visitas a lugares emblemáticos.

Para la ministra de Ciencia, Yesenia Olaya, la Misión México busca fortalecer las habilidades científicas y el pensamiento crítico en los jóvenes participantes. “Ellos tendrán la oportunidad de abrir sus fronteras de conocimiento, todo articulado por una agenda científica latinoamericana en prioridades que no son comunes: ciencias básicas y su aplicabilidad en las ciencias del espacio, la agricultura, robótica, inteligencia artificial, entre otras”, indicó.

Los estudiantes y docentes que harán parte de este viaje fueron seleccionados entre los participantes del programa Ondas durante el periodo 2023 – 2024. Se trata de niños y niñas de 14 a 17 años, pertenecientes a comunidades étnicas (indígena, negra, afrocolombiana, raizal, palenquera o rom), que obtuvieron promedios de calificaciones iguales o superiores a 4,0 en las asignaturas relacionadas con Steam (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) por siglas en inglés o en Pedagogía (para el caso de las Escuelas Normales). Estos son algunos de los participantes que visitarán México.

Con 14 años de edad, Marielis siempre se ha definido como una niña curiosa y con un profundo interés por la ciencia. Eso precisamente fue lo que la llevó a participar en el programa Ondas de Minciencias y a ser una de las estudiantes que durante una semana estará en México. Curiosidad que también la inspiró a trabajar en un proyecto con el que busca encontrar en las plantas propiedades que puedan llevar al desarrollo de productos para el cuidado del cabello afro.

“Nosotros teníamos una problemática de convivencia en nuestra institución, ya que siempre nos han discriminado por nuestro tipo de cabello. Y por otro lado, los productos capilares que se venden, que se comercializan, tienen un muy alto costo y no son los adecuados para nuestro tipo de cabello. Ahí es donde surgió la idea de utilizar nuestras plantas y aplicarlas para un producto capilar que nos ayude con nuestro cabello”, manifiesta Marielis, quien además busca rescatar en este proceso tradiciones ancestrales en las que las comunidades solían utilizar plantas medicinales y aromáticas para la prevención y tratamiento de enfermedades y para el embellecimiento corporal.

“Hemos hecho visitas a los sabedores, quienes nos han explicado qué función tiene cada planta, cómo lo utilizaban para el cabello, para sus bebidas que hacían cuando se enfermaban. Toda esa información la hemos recolectado poco a poco. Y últimamente estamos haciendo unas prácticas en la Universidad de Cartagena, ya que en nuestro pueblo no tenemos un laboratorio disponible”, relata la estudiante de la institución etnoeducativa técnica agropecuaria Desarrollo Rural de María La Baja, en Bolívar.

El sueño de Marielis es que todo esto resulte en un producto que pueda comercializarse. Mientras tanto sus ojos están puestos en aprovechar su experiencia en México. “En la reunión previa que hicieron escuché sobre nanotecnología y realidad virtual, y es algo que me interesa bastante y quisiera aprender sobre eso”, cuenta con ilusión.

Debido al incremento de las herramientas tecnológicas en las aulas de clase –carga de los celulares de los estudiantes, aires acondicionados, entre otros–, en la Institución Educativa Distrital Madre Marcelina se produjo una alta demanda de energía eléctrica. Esto motivó a algunos de sus estudiantes a generar una propuesta para diseñar un prototipo electrónico funcional que generara energía limpia a partir de sensores piezoeléctricos, aquellos dispositivos que convierten una señal mecánica en una señal eléctrica.

La propuesta del grupo del que hizo parte Shaiel (14 años), fue diseñar unas baldosas piezoeléctricas capaces de producir energía eléctrica a partir de la energía cinética generada por el impacto de una persona al caminar sobre ellas. “Estas baldosas están compuestas por cristales piezoeléctricos, que al ser sometidos a esfuerzos mecánicos, liberan cargas eléctricas. La energía eléctrica generada se puede utilizar para alimentar dispositivos electrónicos o almacenarla en baterías para su uso posterior”, explican los estudiantes en su proyecto.

De acuerdo con Shaiel, de las baldosas ya cuentan con un prototipo de diseño, sin embargo, este aún no es funcional. "En realidad esa es una de nuestras principales razones para esta convocatoria, pues deseamos aprender acerca de nuevos mecanismos que permitan el desarrollo para el correcto funcionamiento y mantenimiento de la baldosa piezoelectrica", detalla la estudiante.

"Mis expectativas para este viaje a México son obtener nuevos conocimientos, en las áreas Stean, trabajar en el desarrollo de nuestros proyectos, contribuir con mi conocimientos adquiridos a mi comunidad, y sobre todo aprender acerca de nuevas culturas y adquirir la mayor cantidad de experiencias posible", asegura Shaiel.

En las plantaciones en cercanías de la Institución Educativa El Águila en Belalcázar (Caldas), los estudiantes habían notado una amplia presencia de Áfidos –insectos que causan enfermedades a las plantaciones–, y de allí, esto motivó a buscar soluciones al grupo "Vigías del medio ambiente", quienes en la primera y segunda fase del proyecto de investigación abordaron los efectos que podían tener los aceites esenciales en el manejo de plagas, en comparación con productos comerciales.

Encontraron que para el control o eliminación de estos insectos (tanto en campo como en laboratorio) este producto biológico mostraba excelentes resultados, aún por encima de los productos químicos. Esto abrió las puertas a una nueva fase de estudio en la que ahora quieren identificar si el aceite de ruda –el más promisorio– se comporta bien con insectos en sus primeros estados de desarrollo que, por el contrario, son benéficos, como las abejas sin aguijón.

Juliana, de 15 años de edad, hace parte de este proyecto, con el que ahora viajará a México en representación de su colegio. “Me gustaría ir a conocer sobre la cultura, sobre todo la Maya”, manifiesta la estudiante, quien también espera que la visita a universidades y centros de investigación le permita interactuar con expertos que aporten a su proyecto.

“La idea es prestarle atención a cada punto donde nos van a llevar y aprender al máximo para traer nuevas ideas al proyecto. Mi idea es obtener otro aceite esencial que nos sirva con otros insectos”, explica la estudiante.

El proyecto en el que participan Jhandaya y Christian (15 años) busca describir la diversidad de macroalgas que están presentes en los ecosistemas costeros de la isla de San Andrés, un inventario con el que esperan empezar a explorar las posibilidades de aprovechamiento de estos organismos en diferentes aplicaciones como alimentación humana, producción de biocombustibles, biotecnología u otros usos comerciales.

“Esta investigación sobre las macroalgas en el borde costero es fundamental para ampliar nuestro conocimiento científico, fomentar la conservación de los ecosistemas y fortalecer la educación ambiental. Además, permite identificar nuevos recursos naturales que podrían impulsar alternativas comerciales para promover el desarrollo sostenible”, manifiestan los jóvenes investigadores.

Y es que, como explica Christian, las algas no solo son lo que nosotros vemos a simple vista. “Existen diferentes tipos de algas las cuales podemos investigar y darle un uso necesario para que podamos implementar acá en nuestra isla. Ahora estamos investigando las macroalgas como el sargazo y haciendo salidas de campo para hacer recolección de otros tipos de estos organismos para tratar de hallarles un uso”, explica el estudiante, que espera que la Misión México le permita conocer cómo están abordando los investigadores de este país este mismo tema de estudio para poder aplicarlo en San Andrés.

REDACCIÓN CIENCIA