No faltan los momentos difíciles que pueden alterar las dimensiones del ser humano como su parte cognitiva (tener pensamientos distorsionados o disruptivos como ‘me voy a morir’, ‘voy a quedar en la ruina’ o ‘no encuentro la salida a este problema’) y emocional (sentir rabia, angustia, ansiedad, miedo, etc.), y que pueden desencadenar
conflictos en la vida de pareja, familiar, social, económica, laboral, etc.
“Estas situaciones pueden ser asumidas como desafiantes, complejas, dramáticas, traumáticas o trágicas, pero siempre hay posibilidades de convertirlas en oportunidades para cambiar y seguir adelante”, advierte Yadira Sánchez, terapeuta psicosocial. Esto es lo que se conoce como resiliencia.
¿Cómo se puede conseguir?
“Todos tenemos la capacidad de salir a flote con estrategias de afrontamiento, como el uso de las triple A: aceptación, adaptación y aprendizaje”, explica Sánchez. Lo primero es aceptar que una dificultad trae un impacto y una secuela. Asúmalo como un hecho que no se puede devolver en el tiempo, y siga adelante.
Luego es indispensable adaptarse a la nueva situación y observar qué cambios debe hacer en su estilo de vida. Y, tercero, vea el aprendizaje. Toda circunstancia que aparece como un obstáculo trae una
enseñanza. Descubra qué le deja la que está viviendo y qué puede hacer diferente
¿Por qué es necesario aprender a resignificar?
“Porque yo me adapto a la situación adversa en la medida en que me dé la posibilidad de entender que lo que me está pasando tiene otra cara de la moneda. Por ejemplo, con el covid-19 es probable que me esté quejando de la falta de dinero, del encierro y de no tener la vida de antes.
Si me quedo en esa narrativa del malestar, no acepto los cambios, no amplío mi perspectiva, pierdo mis metas de vista y no me doy la oportunidad de hacer cosas nuevas y distintas, además de que no le encuentro lo positivo a este momento”, explica la psicóloga María Carolina Sáenz.
¿La resiliencia se aprende o se nace con ella?
Es una habilidad que se construye y se fortalece a través de los años, pero también se debe tener en cuenta el registro prebiográfico y biográfico de cada ser humano, que es todo el equipaje (recursos, estrategias, habilidades, lealtades) que hereda de los ancestros y que incluye, por supuesto, las formas como superaron sus dificultades. El ser resiliente tiene mucho que ver la historia de vida y el contexto de cada persona.
¿Y cómo construyo y potencio mi resiliencia?
Tenga en cuenta estas claves de Karol Riaño, psicoterapeuta con formación en genealogía:
1. Las situaciones son temporales y pese a la dificultad siempre dejan aprendizaje.
2. Culturalmente nos han formado para ver las dificultades de manera negativa, cuando realmente son oportunidades de mejora.
}3. Con una dificultad podemos salir de la zona de confort, y eso permite despertar la creatividad.
4. Las estrategias de afrontamiento son lo que en términos empresariales llamamos plan A, B, C, D y contamos con la posibilidad de llegar a la Z.
5. La resiliencia debe hacer parte de nuestra formación, pero hay quienes la logran con base en sus vivencias.
¿Cómo me doy cuenta de que soy resiliente?
“Cuando salgo del papel de víctima para ocupar el de guerrero (a), con capacidad de perseverar (terquedad con propósito) y continuar pese a que el panorama parezca desolador, con el firme propósito de transformarlo en oportunidad de aprendizaje”, dice Riaño. Y, también, “cuando pueda hablar del tema sin dolor ni emociones discordantes como rabia, miedo, angustia, rencor. Incluso podrá sonreír de nuevo”, subraya Yadira Sánchez, embajadora de resiliencia por la comunidad
latinoamericana de Resiliencia de la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Los niños tienen capacidad más amplia de resiliencia?
“Porque no tienen tantos prejuicios y un sistema de creencias tan arraigado como los adultos. En esta etapa no se han terminado de construir muchas cosas de la personalidad y de la psique, y eso permite flexibilidad y adaptación más rápida y más sencilla frente a las adversidades”, expresa María Carolina Sáenz, psicóloga con maestría en psicología clínica.
¿Y si no aprendo a ser resiliente…?
Continuará repitiendo ciclos psicotraumáticos y dolorosos porque no ha creado la habilidad para transformarlos en una oportunidad de aprendizaje. Es clave aprender a cerrar ciclos.
¿Puedo hacerlo sin ayuda de alguien?
“Nacemos dotados de resiliencia, basta con ver cómo se recupera nuestro cuerpo con una herida, la tratamos y los tejidos se regeneran. Pero cuesta a veces entender que puede pasar lo mismo con nuestra mente y emociones”, dice Laura Mesa, coach de transformación. Muchas personas sin necesidad de un instructor, solo con la vida misma, aprenden a hacerlo con pensamientos frescos que los ayudan a generar nuevas experiencias.
¿Todos tenemos esa capacidad?
“El grado de dificultad de una experiencia es subjetivo y tiene que ver con lo que cada persona está llamada a aprender –explica Mesa–. Por eso hay quienes fluyen sin problema en las relaciones de pareja y otros en el trabajo o negocios. Lo cierto es que la capacidad de transformar algo que se nos dificulta la tenemos hasta en lo más simple”.
FLOR NADYNE MILÁN M. - Twitter @NadyneMillan
Para EL TIEMPO