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Animales con nariz empezaron a usar sonidos para comunicarse por ancestro común
Un ancestro común de hace 407 millones de años sería la respuesta a la comunicación por sonidos.
La República Democrática de El Congo cuenta con la mayor población de chimpancés en el planeta. Foto: EFE. Archivo
La comunicación acústica es fundamental para muchos comportamientos de los vertebrados, como atraer a la pareja o facilitar el cuidado parental. Son conocidos los sonidos que emiten los mamíferos, aves y anfibios como las ranas, ¿pero cuándo surgieron?
Algunas investigaciones han sugerido que este tipo de comunicación por sonidos evolucionó de forma independiente en grupos diversos, aunque la posibilidad de un origen común para esta adaptación no estaba nada clara.
Los análisis filogenéticos han aportado información sobre los orígenes evolutivos de la comunicación acústica, pero hasta la fecha no incluían grabaciones de especies clave, como las tortugas y otros reptiles, al pensar que eran incapaces de comunicarse vocalmente.
Ahora, un grupo internacional de investigadores presenta en la revista Nature Communications nuevas grabaciones de 53 especies de cuatro grupos o ‘clados’ de vertebrados que se consideraba que no emitían vocalizaciones: 50 tortugas, un tuátara (reptil de Nueva Zelanda), una cecilia (anfibio con aspecto de lombriz) y un pez pulmonado.
El análisis de estos y otros audios indica que la comunicación acústica en los vertebrados con coanas o aperturas nasales posteriores, es decir, que respiran por la nariz, pudo haberse originado en un ancestro común hace unos 407 millones de años, en el Paleozoico.
En general, se suele aceptar que ese ancestro común fue un pez de aletas lobuladas (sarcopterigio)
“Los vertebrados con coana están representados por los tetrápodos (anfibios, reptiles, mamíferos y aves) y por los peces pulmonados”, explica a SINC el autor principal, Gabriel Jorgewich Cohen, biólogo de la Universidad de Zúrich (Suiza), “todos los demás peces no tienen coana y, aunque muchos de ellos son capaces de producir sonidos, lo hacen a través de una innovación evolutiva análoga pero diferente y, por tanto, no comparable en la perspectiva de nuestra investigación”.
Repertorio acústico variado
Los autores han descubierto que todas las especies grabadas poseían un repertorio acústico variado, que incluía audios diferentes, desde chirridos y chasquidos hasta sonidos tonales complejos, empleados en conjunto para comunicar situaciones diferentes.
“Algunos los utilizan para atraer a la pareja, otros para proteger su territorio de los congéneres, y hay tortugas que producen sonidos desde el interior de los huevos para sincronizar la eclosión, lo que ayuda a disminuir el esfuerzo individual de salir del nido y los riesgos de ser depredado”, apunta Jorgewich Cohen.
El primer autor del estudio, Gabriel Jorgewich Cohen, sostiene un pez pulmonado sudamericano (Lepidosiren paradoxa) tras las grabaciones realizadas en el Instituto Nacional de Investigaciones del Amazonas (INPA) en Manaos, Brasil. Foto:Basil Minder
“Existe incluso una especie de tortuga (Podocnemis expansa) que emplea sonidos en la comunicación entre los adultos y las crías durante los comportamientos de cuidado parental”, añade el biólogo, “pero, desgraciadamente, aún no podemos saber el significado de cada uno de los audios que hemos grabado, aunque esperamos que nuevas investigaciones ayuden a responder las preguntas”.
En cualquier caso, estas nuevas grabaciones han servido para estudiar cuándo se inició la transmisión de información mediante sonidos en la mayor parte de los vertebrados: los que respiran por la nariz.
Datos filogenéticos y acústicos de 1800 especies
Para deducir la existencia del ancestro común de hace 407 millones de años, estos 53 registros se analizaron y compararon con los datos evolutivos disponibles sobre la presencia o ausencia de comunicación acústica en 1800 especies, pertenecientes a todos los grupos de vertebrados, excepto los peces.
“En general, se suele aceptar que ese ancestro común fue un pez de aletas lobuladas (sarcopterigio), aunque es muy difícil concretar exactamente la especie”, comenta Jorgewich Cohen, quien, junto a los otros autores, destaca la importancia de su estudio para saber más sobre los orígenes de la comunicación mediante sonidos que hoy utilizan de forma habitual muchos animales, incluidos los humanos.