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Diseñan un ‘plástico vivo’ que se autodestruye al desecharlo usando esporas bacterianas
Científicos incrustaron microbios al poliuretano termoplástico, lo que ayuda a degradarlo rápidamente después de entrar en o con el suelo y la humedad.
Han Sol Kim estira un poliuretano termoplástico biodegradable con esporas, que es ~40% más resistente que el poliuretano termoplástico tradicional sin esporas. Foto: Han Sol Kim

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El Programa para el medio ambiente de la ONU estima que cerca de 7.000 millones de los 9.200 millones de toneladas de plástico producidas entre 1950 y 2017 se han convertido en residuos que acabaron en vertederos. En su informe ‘Cerrar el grifo: cómo el mundo puede poner fin a la contaminación por plásticos y crear una economía circular’ propone soluciones para reducir esta contaminación en un 80 % para 2040, entre las que se encuentran las tres erres: reutilizar, reciclar y reorientar.
Tiras de TPU simple (arriba) y 'vivo (abajo) en diferentes etapas de descomposición durante cinco meses de estar en abono. Foto:Universidad de California
“Las esporas que hemos utilizado fueron seleccionadas y diseñadas específicamente para el TPU. Sin embargo, la técnica de extrusión para fundirlo y moldearlo es versátil y puede utilizarse para procesar muchos otros polímeros. Esto significa que, si podemos fabricar esporas que funcionen para otros plásticos, nuestro método puede aplicarse a más materiales”, dice a SINC Han Sol Kim, científico de la Universidad de California en San Diego (EE UU) y coautor del estudio que publica la revista Nature Communications.
De esta forma, los autores sugieren que este enfoque puede ofrecer esperanza para mitigar la contaminación plástica global y que el nuevo tipo de bioplástico podría ayudar a reducir la huella medioambiental de esta industria.
“La técnica de extrusión para incluir las esporas en los plásticos consiste en fundir polímeros en estado líquido mediante la aplicación de calor y cizallamiento [fuerzas paralelas en sentido contrario] para facilitar la mezcla de diversos aditivos que mejoran sus propiedades. Añadimos esporas como ‘aditivo biofuncional’ al TPU fundido”, añade el científico.
Ilustración del proceso de degradación. Foto:Han Sol Kim
Inactivas hasta tener humedad y nutrientes
“Pueden permanecer latentes durante muchos años hasta que se exponen a entornos favorables que les permiten prosperar. Por ejemplo, la humedad y los nutrientes del suelo son buenos desencadenantes de la germinación de las esporas. Esto significa que es probable que estas permanezcan inactivas hasta que detecten estas características del suelo, que son escasos durante la vida útil del plástico”, explica Sol Kim.
Para evaluar la biodegradabilidad del material, pusieron las tiras en entornos con abono tanto con microbios activos como estériles. Las instalaciones de compost se mantuvieron a 37 grados centígrados con una humedad relativa que oscilaba entre el 44 y el 55 %. El agua y otros nutrientes del compost provocaron la germinación de las esporas dentro de las tiras de plástico, que alcanzaron una degradación del 90 % en cinco meses.
Un plástico biocompuesto se descompone rápidamente en el compost. Foto:Han Sol Kim
"Ambas propiedades mejoran enormemente simplemente añadiendo las esporas", señala Jon Pokorski, profesor de nanoingeniería en la Escuela de Ingeniería Jacobs de UC San Diego y codirector del Centro de Ingeniería y Ciencia de Investigación de Materiales (MRSEC). "Esto es fantástico porque la adición de esporas lleva las propiedades mecánicas más allá de las limitaciones conocidas, donde antes existía un equilibrio entre resistencia a la tracción y capacidad de estiramiento".
Por su parte, Sol Kim no prevé ningún obstáculo importante para ampliar la producción de plásticos con esporas: “La extrusión es una técnica de procesamiento de polímeros muy utilizada en la industria, y las esporas ya se comercializan como suplementos probióticos comestibles. Dado que menos del 1 % de adición de esporas es suficiente para desarrollar TPU resistentes y degradables, el coste de producción no sería muy superior al del tradicional”.
Respecto al material que queda tras la degradación plástica, los investigadores indican que cualquier espora bacteriana que quede “probablemente sea inofensiva”. Bacillus subtilis se utiliza en probióticos y se suele considerar segura en humanos y animales, de hecho, en algunos casos puede ser beneficiosa para la salud de las plantas.
Optimizarlo para uso industrial
“Actualmente, no existe una corriente de reciclaje para el TPU. Aunque puede recogerse en la categoría 7 del código de identificación de resinas, los plásticos de esta categoría suelen considerarse no reciclables. Por ello, nos hemos centrado en programar la biodegradación del TPU”, concluye Sol Kim.
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