En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Al filo de una nueva era
Las tecnologías muestran, por primer vez, un camino claro para una transformación sin precedentes.
Hanover, capital de Baja Sajonia (Alemania), cuenta con la red pública de carga para carros eléctricos más grande entre las principales ciudades de ese país. Foto: GETTY
La actual escalada de múltiples crisis simultáneas —desastres climáticos, una pandemia, una guerra en Europa y la estanflación— está intensificando la ansiedad y la incertidumbre en todo el planeta.
Las soluciones usuales ya no funcionan. Los políticos cuentan con pocas respuestas convincentes. Las instituciones existentes están sobrecargadas. La civilización global está a punto de sufrir una gran transformación sin precedentes.
Cada uno de los sectores fundacionales que definen una civilización —energía, transporte, alimentos, información y materiales— están pasando por una rápida transformación tecnológica. Sus cambios señalan el ocaso de los sectores extractivos, hoy dominantes, que están entrando en un proceso de muerte económica, augurando un mayor desempleo, una desigualdad más profunda y el aumento del descontento social.
Cada uno de los sectores fundacionales que definen una civilización —energía, transporte, alimentos, información y materiales— están pasando por una rápida transformación tecnológica
Pero este “cambio de fase global” está también sentando las bases de un nuevo ciclo de vida civilizacional. Las disrupciones tecnológicas que apuntan a mitigar el cambio climático afectan tres sectores fundacionales: la energía, el transporte y los alimentos, que en su conjunto representan el 90 por ciento de las emisiones globales de gases con efecto invernadero.
El potencial “superenergético” de la combinación de energía solar y eólica con baterías (SWB, por sus siglas en inglés) está afectando el predominio que hasta hace poco tenía la energía de combustibles fósiles. Los carros privados alimentados por motores de combustión internos con un alto nivel de uso de gasolina serán reemplazados por vehículos eléctricos (EV) y, finalmente, por vehículos eléctricos autónomos (A-EV). La ganadería y la piscicultura comercial lo serán por la fermentación de precisión y la agricultura celular, que permite cultivar y programar todo tipo de proteínas sin matar animales.
Todas las tecnologías disruptivas siguen el mismo bucle de retroalimentación y de aprendizaje mediante la práctica. A medida que los costos se reduzcan exponencialmente, su adopción se acelerará hasta que dominen el mercado. Cuando se vuelvan diez veces más baratas que la tecnología prevaleciente hasta entonces, la desplazarán rápidamente. El reemplazo de los caballos por los carros, de las líneas telefónicas fijas por los móviles y de la película fotográfica por las cámaras digitales se hizo realidad en un periodo de entre 10 y 15 años.
Las disrupciones no son sustituciones de un elemento por otro; en lugar de eso, llevan a sistemas completamente nuevos con propiedades y características. Por primera vez en nuestra historia, las tecnologías emergentes muestran un camino claro para poner fin a la era de la escasez.
Proceso gradual
El petróleo, el gas y el carbón se están volviendo más ineficientes y caros. El valor de la energía que producen relativo a la energía que usan ha bajado en más de la mitad en las últimas dos décadas. Pero lo opuesto es cierto para la SWB, en la cual el retorno energético de la inversión (Eroi) está aumentando exponencialmente.
Como explico en un artículo reciente publicado en Earth4All, la combinación de SWB más barata implica elevar la capacidad de generación solar y eólica a unas 3 a 5 veces el nivel de la demanda actual. Esta capacidad “superenergética”, que produciría más energía que los actuales sistemas de combustibles fósiles a cero costo marginal durante la mayor parte del año, reduciría radicalmente los costos sistémicos generales al eliminar la necesidad del equivalente de semanas de almacenaje estacional en baterías.
El petróleo, el gas y el carbón se están volviendo más ineficientes y caros
Científicos del gobierno suizo han demostrado que desarrollar un sistema así a nivel global podría generar hasta diez veces la cantidad de energía que usamos en la actualidad, lo que haría posible dotar de electricidad a una amplia gama de sectores de la industria, desde el reciclaje y el tratamiento de aguas residuales hasta la minería y la manufactura. Este sistema no necesitará constantes insumos de materiales como el actual sistema de combustibles fósiles: una vez construido, durará entre 50 y 80 años.
Similares efectos contraintuitivos beneficiarán al sector del transporte. Las curvas de costos de los EV y A-EV demuestran que viajar utilizando Transporte como Servicio (TaaS, por sus siglas en inglés) será diez veces más barato que poseer y manejar un vehículo propio para la década de 2030. Como resultado, solo una pequeña fracción de los carros que usamos hoy estará en servicio. Y, puesto que la SWB y el TaaS utilizan una muy pequeña proporción del almacenaje en batería previsto por los analistas más convencionales, el consumo de minerales cruciales para la producción de las baterías será muy inferior al que se teme.
Además, estas disrupciones volverán obsoletos los actuales sistemas de energía, transporte y alimentación basados en combustibles fósiles. Eso incluye pozos petroleros, terminales de gas y plantas energéticas de carbón, así como las redes de transporte y logísticas de combustibles fósiles, ganado y productos animales.
'Era de la libertad’
El desmantelamiento de esta infraestructura creará un nivel sin precedentes de reciclaje de metales. El hierro, el aluminio, el acero, el cobre, el níquel y el cobalto se usan ampliamente en el sector petrolero, pero también ayudarán a impulsar la transformación energética, alimentaria y del transporte.
Mientras tanto, la disrupción del sector lácteo liberará hasta 2.700 millones de hectáreas de tierras antes destinadas a la cría de animales para el retorno de la vida silvestre, la agricultura regenerativa y la reforestación activa, lo que permitirá diseñar estrategias de gran escala para retirar y capturar carbono atmosférico.
A lo largo de las próximas dos décadas, la transformación del sistema de producción global creará posibilidades únicas, que mis colegas de RethinkX James Arbib y Tony Seba llaman la “era de la libertad”. Más aún, no tenemos que esperar exóticas y costosas tecnologías revolucionarias para solucionar nuestros mayores desafíos globales. Contamos con todas las herramientas necesarias para entrar a una nueva era de superabundancia que proporcione energía avanzada, movilidad, alimentación, educación e infraestructura a todos y cada uno a un décimo del costo de los sistemas actuales y sin traspasar los límites del planeta.
Pero no será fácil alcanzar esta “era de libertad”. Las disrupciones actuales son rápidas, pero no lo suficiente como para escapar de la zona de riesgo climático. Si las demoramos aferrándonos a las industrias actuales en agonía, las consecuencias sociales, económicas y geopolíticas podrían paralizar o incluso obstruir la transformación.
Contamos con todas las herramientas necesarias para entrar a una nueva era de superabundancia que proporcione energía avanzada, movilidad, alimentación, educación e infraestructura a todos
Puesto que las tecnologías disruptivas escalan por razones económicas, los gobiernos pueden acelerar esta transformación allanando y facilitando el a los mercados. Para ello es necesario poner fin a billones de dólares en subsidios y nuevas inversiones en la energía convencional; crear mercados de electricidad libres y justos que protejan el derecho individual a poseer y vender energía, y establecer sistemas de propiedad intelectual de código abierto para el diseño global y la implementación local. En el caso de la calefacción residencial, los gobiernos deberían proporcionar incentivos y subsidios a la electrificación.
Lo más importante es que debemos cambiar de mentalidad y abrazar la necesidad de un cambio radical desde la provisión centralizada a una descentralizada de energía, transporte y alimentos. Eso implica pasar de una visión desde “arriba hacia abajo” a una desde “abajo hacia arriba” y desde jerarquías a redes y nodos.
El viejo sistema muere a medida que nace uno nuevo, poniéndonos en el ojo del huracán. Pero, si tomamos las decisiones correctas, podemos construir velozmente una civilización más justa y avanzada que posibilite niveles sin paralelos de prosperidad universal y sostenible. No hay tiempo que perder, y todo que ganar.
Primera línea de trenes de hidrógeno
Este tren, en Bremervoerde (Alemania), emite agua condensada y vapor e integra la primera línea de trenes 100 % de hidrógeno. Foto:EFE
Alemania inauguró el 24 de agosto una línea ferroviaria que funcionará íntegramente a base de hidrógeno, todo un avance para descarbonizar el transporte por ferrocarril, más allá de la dificultad de a esta novedosa tecnología. Una flota de 14 trenes, vendidos por el grupo francés Alstom a la región de Baja Sajonia, reemplazará las actuales locomotoras de diésel para cubrir los 100 km de la línea que conecta las ciudades de Cuxhaven, Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehud, cerca de Hamburgo. “Los pasajeros harán este trayecto gracias al hidrógeno”, dijo a AFP Stefan Schrank, jefe de proyecto en Alstom, quien califica la inauguración de “primicia mundial”. Los trenes de hidrógeno son una pista privilegiada para reducir las emisiones de CO2 y reemplazar el diésel, que sigue alimentando el 20 % de los trayectos por ferrocarril en Alemania. Los trenes de Alstom combinan hidrógeno almacenado a bordo con el oxígeno presente en el aire gracias a una pila de combustible que produce la electricidad necesaria para asegurar la tracción del convoy. Solo en Alemania, “entre 2.500 y 3.000 trenes de diésel podrían ser remplazados por trenes de hidrógeno”, calcula Schrank.