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Incluso en las zonas más apartadas y remotas del mundo hay especies invasoras
En África, Latinoamérica y Asia el manejo de especies invasoras se ve limitado por falta de recurso
La presidenta del IPBES, Ana María Hernández Salgar, y el investigador Aníbal Pauchard, alertan del impacto de las especies invasoras tanto para la biodiversidad como para el ser humano, aunque ven posible avanzar en el manejo con los recursos necesarios.
Ambos conversaron con EFE con motivo de la presentación este lunes en Bonn (Alemania) de la evaluación sobre especies exóticas invasoras elaborada por el IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos).
Rana coquí antillano. Foto:Todd Pierson 2008
Según recordó Hernández Salgar, dichas especies son el quinto motor más importante de pérdida de biodiversidad a nivel mundial, pero existe también una fuerte correlación entre su manejo y el bienestar humano.
"Encontramos una información supremamente sólida que nos alertó enormemente a todos, porque nos dice cómo realmente las invasiones biológicas, el establecimiento y los impactos que generan las especies exóticas invasoras, han afectado definitivamente el ámbito económico, el ámbito social, el ámbito de salud del ser humano", destacó la presidenta.
Según explicó el profesor Aníbal Pauchard, uno de los co-presidentes de la evaluación, lo que define a una especie exótica invasora es que haya sido transportada por el ser humano desde otro lugar, aunque no siempre tiene por qué haber un impacto negativo, ya que depende del contexto.
No obstante, los investigadores del IPBES han localizado repercusiones de este tipo en todo el globo.
"Es increíble, incluso en las zonas más remotas, como la Antártida, las zonas polares y de montaña hay datos de llegada de estas especies y de los posibles impactos", afirmó.
En Europa hay altas tasas de presencia de especies exóticas, por los os con otras partes del mundo desde la antigüedad. Los ecosistemas mediterráneos, como los de España, son además particularmente proclives a las invasiones, señaló.
En la península ibérica, las especies invasoras se establecen con frecuencia en zonas de humedales y zonas susceptibles de sequía. "Hay mucha competencia entre las especies invasoras que llegan y las especies nativas por el tema del agua, es el recurso limitante", comentó Pauchard.
En Latinoamérica, por otro lado, las especies exóticas experimentaron un rápido crecimiento tras la llegada de Colón y particularmente el último siglo, topando con ecosistemas que estaban en un grado de naturalidad más alto.
La liebre europea puede medir entre 55 y 68 centímetros de la punta de la nariz a la base de la cola y llega a pesar hasta 5 kilos. Foto:Wikimedia Commons
"Entonces, estas especies están causando mucho más impacto en algunas zonas de América", afirmó el investigador, aunque puntualizó que las repercusiones dependen de la especie en cuestión y de las condiciones naturales del lugar.
El cambio climático, agravante
El informe del IPBES advierte de que, incluso cuando se impida la introducción de nuevas especies invasoras y se tome la situación actual como punto de partida, el impacto negativo irá en aumento debido a factores como la globalización -con el aumento del comercio y del turismo- y el cambio climático.
Un ejemplo son los mosquitos que transmiten enfermedades como el zika o el dengue, indica Pauchard, pues están expandiendo su rango debido a la transformación del clima. Pero también los recientes incendios en Hawai, que costaron la vida a más de un centenar de personas, se vieron agravados por la presencia de especies vegetales importadas de África con fines ganaderos, con características diferentes a las de los pastos autóctonos.
Ello crea una "sinergia negativa", explicó el profesor, ya que por un lado estas especies invasivas favorecen los incendios, mientras que estos eliminan a las especies nativas, menos adaptadas, y promueven así la expansión de las foráneas, un fenómeno que también se está dando en la península ibérica con ciertas especies de árboles.
Avances limitados por falta de fondos
Pauchard indicó que en particular en regiones como África, Latinoamérica y Asia, los avances en el manejo de especies invasoras se ven limitados por la falta de financiación y de capacidades, mientras que en los países del Norte global se han adoptado medidas de seguridad.
"Las capacidades humanas están ahí latentes", señaló, y agregó que hacen falta "más recursos y más coordinación", con los cuales puede darse un control más adecuado. "Pero hace falta que todos estemos a bordo del barco y lo hagamos de forma integrada", remachó.
También Hernández Salgar destaca la complejidad de desarrollar políticas específicas en torno a una especie concreta, sobre todo cuando se trata de especies "carismáticas" como por ejemplo los hipopótamos en Colombia, lo que da lugar a debates de carácter ético, político y social.
No obstante, destacó que en el subcontinente americano se están generando procesos de información muy importantes y "se están empezando a fortalecer los procesos institucionales para la gobernanza en el manejo de las especies". A nivel global, reducir los impactos es factible, si se dan los pasos adecuados.
"Es un tema de costo efectividad y es un tema de fortalecimiento también de quienes deben hacer esas labores", afirmó la presidenta del IPBES. "Imposible no es".