Colombia puso en marcha su nueva política pública del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap), una de las estrategias del Gobierno para para fortalecer la protección de los recursos naturales, garantizando la protección de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos.
La política fue presentada en el marco de la III Cumbre Presidencial del Pacto de Leticia, liderada por el presidente de la República, Iván Duque, en compañía del ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa y el ministro de Ambiente del Reino Unido, lord Zac Goldsmith.
Esta normativa se desarrolló durante los últimos dos años por un equipo técnico compuesto por Minambiente, Parques Nacionales Naturales de Colombia, WWF como ejecutor del proyecto GEF Sinap (apoyado por el BID), y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
Según explica la WWF, la nueva política cuenta con cuatro puntos claves:
El primero es aumentar el patrimonio natural y cultural conservado en el Sinap, por ejemplo, a través de la declaración de nuevas áreas en lugares que aún no están protegidos, como la Serranía de Manacacías y la Serranía de San Lucas. También, mediante el reconocimiento de áreas municipales y las creadas por autoridades públicas indígenas y el pueblo negro en sus territorios colectivos.
El segundo es que busca hacer más equitativa la distribución de los costos y beneficios de la conservación de las áreas protegidas, por ejemplo, mediante el mejoramiento de la cobertura de los mecanismos de retribución para los habitantes de las áreas protegidas que contribuyen con su conservación, especialmente para las comunidades locales (campesinas) y grupos étnicos, teniendo en cuenta que la mayoría de ellas se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y pobreza.
El tercer punto clave es garantizar la conectividad ecológica de las áreas protegidas con los territorios a los que pertenecen. Esto, por ejemplo, mediante estrategias de ordenamiento para municipios y departamentos; y procesos de conservación y restauración que mantengan o generen corredores ecológicos.
Finalmente el cuarto punto es mejorar la gestión de las áreas protegidas a través, por ejemplo, de planes de manejo y estrategias que hagan más eficiente la gestión de las instituciones públicas asociadas a dichas áreas y a la financiación del Sinap.
La nueva política pública del Sinap también le apuesta a la gestión del conocimiento, investigación y disponibilidad de información; y a la disminución de los efectos de las especies invasoras, los cambios de uso del suelo, la extensión de la frontera agropecuaria y la deforestación.
REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE
Con información de WWF Colombia*
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