Los 13 nuevos sitios de América Latina que son patrimonio de la humanidad

Con la inscripción de 34 sitios nuevos en la Lista de Patrimonio de la Humanidad –29 de carácter cultural y cinco naturales–, el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco concluyó este fin de semana su sesión anual, que fue en su mayoría virtual, en la ciudad suroriental china de Fuzhou.

Esta vez, dado que en el 2020 no hubo esta reunión a causa de la pandemia de covid-19, el comité evaluó 45 propuestas acumuladas de 2020 y de 2021. La sesión de 2022 se realizará en Kazan (Rusia).

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La declaración de estos sitios tiene como principio el rescate y la conservación de culturas milenarias a nivel mundial, recursos naturales y lugares de la Tierra con un “valor universal excepcional”, que comenzaron a hacer parte del patrimonio común de la humanidad, tras la Convención de la Unesco para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972.

Entre los 34 nuevos patrimonios de la humanidad, la convención acaba de proteger sitios culturales que se localizan en América Latina, África, Asia, Europa y la región árabe.

De Europa, se incluyeron sitios como el Paisaje de la Luz, en Madrid (España), que comprende el Paseo del Prado, el Jardín de Buen Retiro y el conjunto arquitectónico, artístico y natural que lo rodea.

En India, la ciudad harapea de Dholavira; en Irán, el paisaje cultural de Hawraman/Uramanat, y en Japón, los sitios prehistóricos Jomon, entre otros.

A la vez fue excluido de la lista de sitios en peligro el Parque Nacional de Salonga, en la República Democrática del Congo. Así mismo, Liverpool fue suprimida como patrimonio de la humanidad “debido a la pérdida irreversible de los atributos por los que había sido inscrita”.

En América Latina, 13 están localizados en Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay. También se inscribió el conjunto conventual franciscano del monasterio y la catedral Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala, en el centro de México, y el complejo arqueoastronómico Chankillo de Perú. Estos son algunos de ellos:

En Brasil, la Lista de Patrimonio incluyó al Sitio Roberto Burle Marx, el primer jardín tropical moderno inscrito, desarrollado por el arquitecto y paisajista del mismo nombre durante más de cuatro décadas. Se reconoció que desde 1949 Burle Marx (1909-1994) logró desarrollar con éxito “una obra de arte viva” y un “laboratorio del paisaje”, recurriendo a la vegetación del lugar, inspirado en el modernismo.

Chile engrosó la escogencia con el asentamiento y momificación artificial de la cultura chinchorro, en la región de Arica y Parinacota, por ser un testimonio único y excepcional de una cultura cazadora-recolectora marítima hoy desaparecida, según la convención.

Hicieron parte de la cultura chinchorro un grupo de pescadores que habitó la costa del desierto de Atacama entre el 7020 y el 1500 a. C. y que estableció su núcleo en la actual ciudad de Arica y en los valles de Azapa, Camarones y Llut, según reseñas históricas. El asentamiento presenta la evidencia arqueológica más antigua conocida sobre momificación artificial de cuerpos. Hay cementerios que se conservaron también debido a las condiciones ambientales.

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En México, el conjunto franciscano del monasterio y la catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala es una extensión del sitio ‘Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl’, inscrito en 1994, lo cual contribuye a una mejor comprensión del desarrollo de un nuevo modelo arquitectónico que influyó tanto en el desarrollo urbano como en los edificios monásticos hasta el siglo XVIII, según la convención. Asimismo, explicó que esta nueva inscripción forma “parte del primer programa de construcción iniciado en 1524” para la evangelización y colonización de los territorios del norte de México, y es uno de los tres monasterios que se mantienen en pie entre los primeros establecidos por frailes.

El décimo tercer patrimonio mundial peruano es el complejo arqueo-astronómico Chankillo, un observatorio solar de 2.300 años, considerado como el centro ceremonial más antiguo de América, localizado a unos kilómetros al norte de Lima.

Se trata de una estructura de 13 torres de piedra que fue construida en lo alto de una montaña utilizada como observatorio solar y centro ceremonial y el único del mundo dedicado a la medición del calendario solar completo.

Se trata de una estructura de 13 torres de piedra que fue construida en lo alto de una montaña utilizada como observatorio solar y centro ceremonial y el único del mundo dedicado a la medición del calendario solar completo.

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“El observatorio de Chankillo, construido por una antigua civilización unos dos milenios antes del ascenso de otro conocido culto al Sol, el imperio inca, permitía realizar observaciones astronómicas extraordinariamente precisas, según estudios”, dice la Unesco.

La iglesia de Estación Atlántida, situada en la costa sur de Uruguay, fue construida entre 1958 y 1960 por el ingeniero Eladio Dieste (1917-2000) y se convirtió en el tercer ingreso de ese país a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. “La iglesia es un ejemplo de la obra de Dieste por la optimización de recursos y destaca por el uso del ladrillo visto”, subraya la entidad.

Dieste, conocido mundialmente por desarrollar el sistema de “cerámica armada” y las bóvedas de doble curvatura, reconoció que esta iglesia fue la obra que cambió su vida. Hasta hoy, Uruguay solo contaba con otros dos lugares reconocidos en la Lista de Patrimonio Mundial. El primero fue el barrio histórico de la ciudad de Colonia del Sacramento, en 1995, y veinte años después ingresó el paisaje cultural industrial de Fray Bentos.

En esta ocasión no hubo lugares de Colombia cuya inscripción fuera aceptada. Sin embargo, vale la pena tener presente que hoy el país cuenta con más de media docena de sitios considerados patrimonio, como el conjunto monumental de Cartagena, el Parque Nacional de Los Katíos, el Parque Arqueológico de San Agustín, el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro, el centro histórico de Santa Cruz de Mompox y el santuario de flora y fauna de Malpelo.

Aunque cada sitio establecido como patrimonio mundial pertenece obviamente al país donde se localiza, en el interés de la comunidad internacional este debe ser preservado por esa nación para las futuras generaciones.

La protección y conservación de estos tesoros son preocupación de los 193 Estados , según Unesco. La lucha a favor de su rescate y preservación empezó 13 años después de la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972, cuando la Unesco lanzó la primera campaña para proteger monumentos amenazados en 1959, a raíz de la decisión de Egipto de construir la presa de Asuán, que inundaría el valle donde existían tesoros de gran valor arqueológico o histórico, como los templos de Abu Simbel, un emplazamiento ubicado en Nubia, en el sur del país.

Hoy por hoy, la lista incluye 1.121 sitios (869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos), localizados en 167 países.

La convención que elige los sitios de patrimonio mundial es única, porque liga el concepto de conservación de la naturaleza con la preservación de los sitios culturales, según expertos.

Su existencia, por lo tanto, es defendida como una herramienta eficaz para enfrentar los desafíos contemporáneos relacionados con el cambio climático, la urbanización descontrolada, el turismo de masas, el desarrollo socioeconómico sostenible y las catástrofes naturales.

GLORIA HELENA REY 

Para EL TIEMPO