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Noticia

Recuperación de la capa de ozono demuestra que sí se puede cambiar el curso de la crisis climática

La unión de todos los países fue clave para uno de los mayores logros medioambientales. El modelo serviría para detener las emisiones de efecto invernadero, la deforestación y la extinción de especies.

Marcha en contra de la contaminación en Londres

Marcha en contra de la contaminación en Londres Foto: Getty Images

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Hubo un tiempo, no hace tanto, en que el agotamiento de la capa de ozono de la Tierra parecía un reto insuperable. Décadas de uso de sustancias químicas nocivas, como los clorofluorocarbonos (CFC), habían amenazado con causar daños irreparables a nuestro planeta. Sin una acción rápida, nos enfrentábamos al riesgo de desestabilización del clima, colapso de los ecosistemas y colapso de nuestro sistema alimentario. Consecuencias que antes eran casi impensables se hicieron dolorosamente reales.

Pero entonces ocurrió lo más extraordinario: la humanidad se unió para proteger la capa de ozono. Haciendo caso a las advertencias de los científicos galardonados con el Premio Nobel Paul Crutzen, Mario Molina y Sherwood Rowland, cuyas investigaciones subrayaban la gravedad de la amenaza, no ignoramos ni desestimamos las pruebas científicas, ni escondimos la cabeza en la arena alegando que el reto era demasiado abrumador. Por el contrario, la comunidad mundial reconoció la urgente necesidad de una acción colectiva.
Aprovechando los conocimientos científicos, se han transformado industrias enteras y se han puesto en marcha políticas equitativas para proteger a los países que no contribuyeron al problema. Gracias al Protocolo de Montreal, ratificado por 197 países, se han eliminado casi el 99 % de las sustancias que agotan la capa de ozono. Esto incluye la reducción y sustitución de los CFC, lo que ha frenado el cambio climático en al menos una década.

El éxito del esfuerzo mundial para proteger la capa de ozono debería servirnos a todos de faro de esperanza. Es uno de los mayores logros medioambientales de la humanidad, que demuestra lo que podemos conseguir cuando actuamos juntos con compromiso, respeto y determinación.

Pero también puede servir de advertencia. Un estudio realizado en 2023 por Johan Rockström y otros 28 destacados científicos del clima, revela una nueva y sorprendente realidad, que subraya la necesidad de adoptar un enfoque colaborativo para proteger el planeta antes de que sea demasiado tarde.
El modelo de los límites planetarios, introducido por Rockström y otros en 2009, proporciona un marco útil para evaluar la salud del planeta. Identifica nueve factores interconectados –incluidos el clima, la disponibilidad de agua dulce, la biodiversidad y el uso del suelo– que son cruciales para la estabilidad y la habitabilidad del planeta.

En su reciente estudio, Rockström y sus coautores descubrieron que ya se han traspasado seis de estos nueve límites, lo que sitúa a la Tierra en una peligrosa trayectoria que socava la resistencia del planeta y pone en peligro el bienestar humano. En particular, la capa de ozono es la única que muestra signos de mejora.

Sistema Interconectado

Dado que la Tierra funciona como un sistema interconectado, no podemos resolver un problema sin abordar los demás. A pesar de ser conscientes del papel fundamental que desempeñan los límites planetarios para preservar la habitabilidad de la Tierra, no hemos actuado con suficiente decisión para detener nuestra caída hacia la catástrofe.
Por ejemplo, sabemos que más de un millón de especies están al borde de la extinción, lo que podría desencadenar el colapso de ecosistemas enteros. También sabemos que la escorrentía de nitrógeno y fósforo provoca la proliferación de algas tóxicas en océanos y sistemas de agua dulce, rompiendo así el límite del flujo biogeoquímico.

Del mismo modo, tolerar niveles peligrosos de contaminación química y permitir que nuestros hijos ingieran microplásticos compromete los sistemas de soporte vital necesarios para la supervivencia de la humanidad.

Para restaurar la estabilidad de la Tierra, los gobiernos deben reconocer la necesidad de respetar los nueve límites planetarios. Esto exige un compromiso firme para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger la biodiversidad y los recursos hídricos. Además, nuestras posibilidades de éxito aumentan exponencialmente cuando cooperamos: si la comunidad internacional puede unirse como lo hizo cuando acordó reparar la capa de ozono, hay esperanza.

Pero antes debemos hacer caso a los consejos de los pueblos indígenas y las comunidades locales y escuchar lo que nos dice la naturaleza. A pesar de representar menos del 5 % de la población mundial, las comunidades indígenas actúan como sabios custodios del planeta, protegiendo al menos una cuarta parte de la tierra y los mares del mundo y el 80 % de su biodiversidad.

Para impulsar este enfoque, hemos unido fuerzas con Planetary Guardians, un colectivo independiente de líderes mundiales, científicos y defensores del medioambiente que defienden el modelo de los límites planetarios. Nuestro objetivo es promover su adopción como marco para evaluar y orientar la acción climática colectiva.
Al reunir a líderes de distintos países, industrias, grupos de edad, géneros y culturas, Planetary Guardians pretende aprovechar nuestros diversos orígenes y experiencias para encontrar soluciones que protejan el planeta. Aunque los recursos de nuestro planeta son finitos, el ingenio humano y nuestra capacidad para resolver problemas complejos no tienen límites. La verdadera cuestión es qué Tierra queremos dejar a las generaciones futuras.

No hay respuestas sencillas ni soluciones rápidas. Nuestro futuro depende de los pasos que cada uno de nosotros esté dispuesto a dar. Pero al salvar la capa de ozono, ya hemos demostrado que una acción rápida, informada y colectiva puede facilitar los cambios necesarios para mantener la vida humana en la Tierra.
(*) Actor, director y productor, cofundador del Redford Center. (**) Activista por la justicia climática de la comunidad indígena otomít-olteca del centro de México, es organizadora de Fridays For Future y cofundadora de la Iniciativa Re-Earth.

El mayor logro ambiental de un mundo unido

Información adicional de EL TIEMPO.
Tras la firma del Protocolo de Montreal, la capa de ozono se repuso. Y Se espera que se recobre a niveles de los años 80, entre 2040 y 2066.
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) de enero de 2023 da cuenta de los drásticos resultados que han tenido los esfuerzos mundiales para recuperar la capa de ozono en algo más de 30 años.

“Alrededor de 99 % de las sustancias que agotan la capa de ozono se han eliminado y la capa protectora de la Tierra se está reponiendo”, asegura el documento. Y expone resultados alentadores: “Se espera que la capa de ozono volverá a su estado de 1980, entre 2040 (en gran parte del planeta) y 2066 (sobre la Antártida)”.

Esto se logró después de que en 1987, los líderes mundiales firmaron el Protocolo de Montreal para prohibir paulatinamente las sustancias que estaban dañando la capa de ozono, incluidos los clorofluorocarbonos (CFC).

El Protocolo entró en vigor en 1989 y, en 2008, se convirtió en el primer y único acuerdo ambiental de la ONU ratificado por todos los países del mundo, y en su momento, Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, lo calificó como “quizás el tratado internacional más exitoso hasta la fecha”. La puesta en marcha del Protocolo ha logrado que la capa de ozono se recupere a niveles de antes de los 80, incluida la de la Antártida, la más crítica, y beneficios adicionales relacionados con la temperatura global.

“Las variaciones en el tamaño del agujero de ozono en la Antártida, sobre todo entre 2019 y 2021, se debieron principalmente a las condiciones meteorológicas. Sin embargo, cabe señalar que la superficie y la profundidad del agujero de ozono han disminuido desde el año 2000”, asegura el informe de un grupo de expertos respaldado por Naciones Unidas, que se presentó el año pasado durante la 103.ª reunión anual de la Sociedad Meteorológica de los Estados Unidos. Los expertos enfatizaron que no hay vuelta atrás: la capa de ozono está en camino de recuperarse en los próximos cuatro decenios. Y lo más esperanzador es que la eliminación progresiva a escala mundial de las sustancias químicas que dañan la capa de ozono está contribuyendo a la mitigación del cambio climático.

“Las medidas adoptadas en relación con el ozono sientan un precedente para la acción climática. El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse, con carácter de urgencia, para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, dijo el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), profesor Petteri Taalas.

En 2016, el Protocolo fue actualizado y se adoptó la Enmienda de Kigali, que busca eliminar los hidrofluorocarbonos (HFC), poderosos gases de efecto invernadero utilizados como sustitutos de los CFC. La Enmienda entró en vigor en 2019 y ha sido ratificada por 123 países.

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