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Una carretera está atravesando el norte del PNN Chiribiquete
Monitoreos muestran cómo se aproxima, casi inatajable, la deforestación; Gobierno priorizó la zona.
La FZS señaló que si bien esta es la primera vía que encuentran en el PNN Chiribiquete, puede no ser la única. Foto: Cortesía FZS
Desde el espacio era casi imperceptible. Pero más cerca, en un sobrevuelo, era claro lo que veían. Una carretera para deforestar el bosque está atravesando el norte del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, el más grande del país, declarado también por la Unesco patrimonio mixto (cultural y natural) de la humanidad.
La identificación y confirmación de esta carretera fue hecha por la Sociedad Zoológica de Fráncfort (FZS, por su sigla en inglés) mientras monitoreaba los alarmantes niveles de deforestación que se están presentando al norte del parque, en el resguardo indígena Llanos del Yarí-Yaguara II, una zona importante de amortiguación que ayuda a proteger Chiribiquete, donde hoy se presentan desplazamientos de las comunidades que ayudan a protegerlo.
Allí, en el resguardo indígena Llanos del Yarí-Yaguara II, solo en enero de este año, según datos satelitales de la FZS, corroborados posteriormente con sobrevuelos, se han deforestado 692,4 hectáreas dentro del territorio; 80 hectáreas más de lo que se taló en todo el 2021. Para ponerlo en contexto, solo el primer mes de este año cayeron en promedio 22,4 hectáreas de bosque al día, en 2021 eran 1,7 hectáreas al día. Algo así como si en enero se talaran, por día, el terreno que cubren todos los árboles del Jardín Botánico de Bogotá.
Según explica Esperanza Leal Gómez, directora para Colombia de la FZS, las circunstancias son cada vez más complejas y si el bosque sigue cayendo a la velocidad en la que lo hace, “cada vez va a ser más difícil restaurar”.
Así se ve desde el cielo la carretera ilegal que atraviesa el PNN Serranía de Chiribiquete. Foto:Cortesía FZS
“Las carreteras hacen la diferencia en la velocidad con la cual la deforestación avanza. Cuando no hay una vía, así sea mínima, es mucho más difícil entrar y continuar la deforestación. Pero cuando ya existen este tipo de caminos empieza a darse esta tendencia que llamamos estilo de espinas de pescado, se empiezan a abrir caminos alrededor del grande ”, destaca la directiva.
La FZS trabaja en el país desde 2016 apoyando en la conservación del bosque amazónico y analizando cómo este cambia a partir de datos satelitales. Uno de los lugares que analizan es el resguardo indígena Llanos del Yarí-Yaguara II, donde el dato de deforestación de solo enero de este año no deja de ser impactante: la cantidad de hectáreas deforestadas equivale a 960 campos de fútbol del tamaño del Maracaná o toda el área urbana de la ciudad de Cali.
Actividades de control para frenar la deforestación
La FZS señaló que si bien esta es la primera vía que encuentran en el PNN Chiribiquete, puede no ser la única. Foto:Cortesía FZS
En Colombia, donde existe un modelo de gestión de áreas protegidas que incluye a comunidades indígenas y el aparato estatal a través de entidades como Parques Nacionales Naturales, según explica Leal Gómez, el Estado no está llegando y eso, en gran medida, puede resumir por qué se da la deforestación.
El Ministerio de Ambiente le dijo a EL TIEMPO que ante las denuncias de la llegada de la deforestación al PNN serranía de Chiribiquete han tomado distintas acciones para priorizar a través del Consejo Nacional de Lucha Contra la Deforestación (Conaldef), la intervención de cinco núcleos de deforestación, entre ellos se encuentra la Marginal de la Selva-Yaguará II.
“El Ministerio de Ambiente espera en los próximos días realizar anuncios relacionados con la implementación de esas actividades de control y lograr la reducción de la deforestación en estas zonas del Parque Nacional y del resguardo indígena”, aseguró el viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, Francisco Cruz.
La deforestación lo que va a hacer es que al final el reto de restauración de estos ecosistemas sea muy difícil. Yo no sé realmente el país cómo va a enfrentarlo
La directora para Colombia de la FZS, destaca que en estas zonas lo que se ve es algo que expertos llevan meses y años repitiendo, tras la firma de los acuerdos de paz, actores desconocidos y poderosos vienen apropiándose de estos amplios y desprotegidos espacios sin que nadie los detenga, con tres objetivos básicamente: el primero es convertirlos en grandes fincas y adueñarse de estos terrenos ilegalmente, el segundo es pastorear vacas y el tercero, sembrar cultivos ilícitos. Situación que para ella tiene poco sentido, porque el suelo amazónico, por sus características, ni siquiera es ideal para el pastoreo o la siembra.
Durante 2021, FZS realizó un seguimiento a las presiones que enfrenta el resguardo indígena Yaguara II, ubicado en la Amazonia colombiana. Las cifras de deforestación son alarmantes y el panorama para 2022 menos alentador. 🔽 pic.twitter.com/8lVZEx9aFK
“Nunca un potrero en la Amazonia será sostenible. Porque los nutrientes que tiene el suelo amazónico son mínimos. Lo que permite la ciclicidad de los nutrientes en el suelo amazónico es la presencia de bosque, si eso se pierde (porque se tala el bosque), entonces la capa orgánica del suelo es mínima y tiene aluminio y muchos elementos tóxicos. La deforestación lo que va a hacer es que al final el reto de restauración de estos ecosistemas sea muy difícil. Yo no sé realmente el país cómo va a enfrentarlo. Y sembrando árboles aleatoriamente claramente no va a ser, por más que se haga con la mejor intención”, puntualiza la directiva.
Para ella, las actuales acciones gubernamentales no han logrado ni siquiera “el objetivo de parar la deforestación”, como muestran las cifras. Algo que es muy grave porque demuestra que en esta zona del país no hay quien pueda detener a aquellos —pues, al menos desde las ONG como FZS, no se sabe quiénes son— que están tirando árboles, quemando bosque y metiendo vacas.
“Lo que nosotros hemos visto en los sobrevuelos es que en zonas donde se han hecho operativos de Artemisa (campaña militar contra la deforestación), a los pocos meses por no decir semanas ya la casa que fue destruida tiene tejas nuevas. ¿Eso qué dice? Que ellos tienen el músculo financiero para volver, seguir deforestando y pagándole a la gente que entre a deforestar y a meter vacas”, enfatizó Leal Gómez.
El Ministerio de Ambiente espera en los próximos días realizar anuncios relacionados con la implementación de esas actividades de control y lograr la reducción de la deforestación en estas zonas
De acuerdo con Ministerio de Ambiente esta zona del país es uno de los focos principales donde se concentrarán las acciones de la Campaña Artemisa, con la que ya se han recuperado más de 21.480 hectáreas de bosque que estaban siendo degradados. Según destaca el viceministro Cruz, las principales causas de deforestación que se han identificado en estas áreas corresponden a la praderización orientada al acaparamiento de tierras, tanto en áreas protegidas del PNN Chiribiquete, como en áreas del resguardo indígena.
“Todas estas acciones están asociadas a un proceso de ampliación de vías no planificadas que atraviesan el parque nacional y se internan en el área del resguardo indígena. Es por eso que en el marco de la Campaña Artemisa, específicamente en la operación número 14, se han priorizado estas áreas para realizar un control efectivo de la deforestación”, destacó el funcionario.
Que el bosque caiga afecta no solo a la Amazonia, sino también a Colombia en general y al mundo. No solo la mayor parte de la deforestación en el resguardo transforma y destruye el ecosistema amazónico de bosque denso a pastizales, lo que a su vez atenta contra la conectividad ecosistémica del Chiribiquete, sino que también la deforestación afecta el recurso hídrico, generador de servicios ecosistémicos, principalmente sobre los caños y quebradas que abastecen al río La Tunia que es un afluente principal del río Apaporis.
Dentro del resguardo Yarí-Yaguara II ahora se ven grandes abiertos de deforestación, carreteras ilegales y construcciones de casas. Foto:Cortesía FZS
”El agua que se evapotranspira en la Amazonia cae en lluvia aquí en Bogotá. Así como hace dos semanas estábamos aquí en alerta de contaminación por todo el humo que estaba llegando por las quemas. Nos llega a los bogotanos, ¿pero cómo será la gente que está ahí al lado?”, puntualiza Leal Gómez.
Hoy, las carreteras que atraviesan la Amazonia ponen en riesgo grave no solo a comunidades indígenas y habitantes locales, que intentan proteger estos territorios, sino también a quienes de una u otra forma dependen de ellos, a los bogotanos que toman agua que se evapotranspira en el Amazonas, a las cientos y miles de especies que se quedan sin casa cuando caen los árboles, y a los ríos que secan porque ya no llega agua a través de los afluentes afectados por la deforestación.
“No hay un escenario positivo. Uno siempre ve las noticias y la gente dice estamos aún a tiempo… Pero realmente no tenemos los datos certeros, en la Amazonia el monitoreo climático que deberíamos estar haciendo como país megadiverso aún es mínimo. Pero claro uno todavía recorre el territorio y ve sitios que todavía están conservados, ve gente trabajando, comunidades comprometidas, instituciones, oenegés y dice claro hay esperanzas de que se revierta esta tendencia, pero tendrían que confluir muchos factores de gobernabilidad estatal, compromiso de inversión, el que todos generemos un conciencia colectiva, que a veces es difícil de lograr”, finaliza la experta.