En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
¿Podremos viajar al espacio sin cohetes?/ Historias del Cosmos
Las opciones que podrían traer nuevas alternativas de transporte al espacio en el futuro.
El enorme cohete Starship de SpaceX se desacopla del propulsor mientras se encuentra en la plataforma de lanzamiento de la Starbase en Boca Chica, Texas. Foto: AFP
Ha transcurrido casi un siglo desde que el 16 de marzo de 1926 los cielos de una pequeña localidad cerca de Boston, en la costa este de Estados Unidos, vieron elevarse al primer cohete de combustible líquido.
El histórico vuelo del pequeño artefacto, que duró solo 2,5 segundos y alcanzó 12,5 metros de altura, lo consiguió el ingeniero Robert Goddard, ante la mirada escéptica de la prensa y el público.
A diferencia de los cohetes anteriores que utilizaban combustibles sólidos, el de Goddard usaba una combinación en tanques separados de oxígeno líquido y gasolina, que posteriormente se mezclaban y encendían para producir gases a alta presión y temperatura. La expulsión de estos gases a través de la tobera trasera generaba el impulso necesario para propulsar el cohete hacia arriba.
Otro de los hitos más relevantes en la cohetería ocurrió con el lanzamiento del V-2 alemán, el primer cohete balístico de largo alcance usado como arma militar por el régimen nazi. Se estima que más de 6.000 cohetes se han lanzado a lo largo de la historia, desde el primer V-2 en 1942 hasta la actualidad.
Los cohetes han sido la herramienta fundamental que permitió misiones a la Luna, Marte y más allá, así como la creación de estaciones espaciales. Sumado al aporte a la exploración espacial, nuestra vida moderna le debe mucho al medio de transporte que puso miles de satélites en órbita, impulsando avances en comunicaciones, navegación por GPS y observación terrestre.
No obstante su papel protagónico, no todo ha sido perfecto. Los siete astronautas que perdieron la vida en lanzamientos y numerosos fracasos son una muestra de los riesgos y dificultades que conlleva el uso de cohetes. Además, el costo de poner un kilogramo en el espacio varía entre 2.000 y 50.000 dólares por kilogramo, dependiendo del tipo de cohete utilizado, el destino final de la carga y la empresa.
Cohete SLS Foto:EFE/NASA
¿Seguirán siendo los cohetes nuestro principal medio de transporte al espacio en el futuro? Entre las opciones para reemplazarlos está el ascensor espacial, basado en un conjunto de cables extendidos 35.000 kilómetros desde una estación en el ecuador de la superficie terrestre hasta otra en una órbita geoestacionaria. Una cápsula llevaría tripulantes y carga al espacio en alrededor de una semana, a un costo siete veces más barato que el cohete más económico disponible en la actualidad.
Una de las limitaciones técnicas es tener un material extremadamente resistente para los cables. Los nanotubos de carbono, hechos de los mismos átomos de carbono que componen los diamantes, pero dispuestos en moléculas largas, huecas y tubulares, con gran resistencia y flexibilidad, podrían ser una opción. Por el momento, los nanotubos más largos desarrollados miden tan solo algunos centímetros.
Otra opción para sustituir los cohetes es el StarTram, básicamente, un tren que usaría la levitación magnética para lanzar vehículos al espacio. A través de un tubo curvado apuntando al cielo, al que se le extrae el aire para eliminar la fricción, se acelera una nave mediante campos magnéticos, logrando una velocidad de salida de casi 9 kilómetros por segundo para escapar de la atmósfera terrestre. El proyecto ya tiene diseños y un costo estimado de 60.000 millones de dólares.
En cualquier caso, los recientes desarrollos en cohetería, de empresas como Space X, han permitido abaratar costos, con la mejora en propelentes, uso de materiales más económicos y la creación de cohetes reutilizables. Muchos piensan que los cohetes seguirán siendo usados por muchos años.
Por ahora la respuesta más sensata a la pregunta de si los cohetes llegarán a su fin es: no sabemos.