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Exorcista cuenta cómo enfrentó levitación y posesión demoniaca
Antes de morir, realizó miles de exorcismos.
Según la Iglesia, hay cuatro señales para identificar a una persona y una de ellas es poder levitar. Foto: iStock
Los exorcismos se han convertido en todo un tema para el público en general gracias a sus detalles sobrenaturales y también a las referencias que ha hecho el cine o la televisión con ellos.
Sin embargo, mucho se habla de que la realidad supera a la ficción y qué mejor que un protagonista de la vida real para narrarlo.
Este fue el caso del padre Gabriele Amorth, quien afirmó haber sido testigo de un episodio con estas características en carne propia.
Su historia es muy llamativa, teniendo en cuenta que falleció en el 2016 a los 91 años luego de realizar muchísimo exorcismos. Dentro de sus vivencias, dijo que pudo ver personas poseídas quienes escupían objetos como pedazos de radio, alambre e incluso muñecos de juguete, de acuerdo con el medio The Sun.
Además, dijo que en una oportunidad pudo ver cómo tres hombres fueron arrojados a un lado por una víctima que tenía 10 años, también cómo un niño de 11 años levantó una mesa que pesaba mucho y hasta vio personas flotando en el aire.
Pero estos no son casos aislados, uno incluso fue el de una colombiana, quien asegura que tuvo que pasar por un exorcismo e incluso este fue transmitido.
Gina, como pidió ser identificada, tomó lugar en 1991. El Vaticano permitió que se transmitiera un capítulo en el programa 20/20 de la cadena ‘ABC’ en donde se practicaba un exorcismo en una joven colombiana que, supuestamente, llevaba un tiempo siendo atormentada por varios demonios que se habían adueñado de su cuerpo.
Gina estaba restringida a una silla y las tres cruces que colgaban de su cuello se movían bruscamente mientras ella, o los demonios que tenía adentro, intentaban salir del lugar.
Algunas de las palabras que gritaba eran en lenguas que nadie más que ella entendía. “No quiero irme”, también se le escuchó decir en una voz más gruesa que la propia.
Con un crucifijo que parecía querer atravesarle la frente a Gina, el ‘Padre A’, como prefirió ser llamado, rezaba en latín las palabras que sólo él y algunos otros de la Iglesia conocen y que son necesarias para liberar el cuerpo de una persona que esté sometida a un demonio, mientras la joven se quejaba porque, al parecer, este le quemaba.
“¡En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!”, repitió tres veces con fervor el religioso con el crucifijo en la frente de Gina, cuyo rostro comenzó a pasar de una furia intensa a una sonrisa tranquila.