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Guía para conocer Aruba, una isla mágica y llena de sabor Caribe
La ‘Isla feliz’ ha vuelto a abrir sus puertas para los viajeros provenientes de América Latina.
No existe nada más fascinante que escuchar a los arubianos saludar con su tradicional Aruba Bonbini (Bienvenidos a Aruba), luego pasar al inglés para continuar el saludo con un ‘this is the happy island’, mezclar un poco de holandés en el habla y finalmente dar un amable gracias en español. Así es, los nativos de la ‘Isla feliz’ dominan cuatro idiomas, toda una maravilla.
Y es que la calidez de Aruba está en el aire, en la arena y en el mar, pero sobre todo en su gente, que siempre recibe con una sonrisa al visitante y que con ese tizne de sabor caribeño que los caracteriza hacen sentir al turista en casa.
En cada esquina se siente esa influencia latinoamericana que corre por sus venas, y un ‘dushi’, que puede significar un ‘cariñito’, o un queridito, u otras cientos de cosas, se convierte en una pegajosa manera de referirse al otro.
Un buen recorrido debe empezar por sus calles, para irar el color de sus casas que contrasta con los miles de cactus que adornan la isla y que en el fondo se bifurcan con los diferentes tonos azules y verdes del mar.
En cambio, en la arquitectura de la isla hay una mezcla entre la modernidad y el lujo de los hoteles, combinados con los rezagos de la colonización holandesa que levantó cimientos en Aruba desde 1636.
Cómo no acompañar esa caminata con una deliciosa cerveza local de mango de la marca Chill, toda una experiencia para el paladar y un abrebocas a la gastronomía local, que ofrece sabores de varias naciones.
Aruba Foto:María del Mar Quintana Cataño
Un agradable lugar para sentarse es el restaurante Papiamento, ubicado en una construcción de 1886 en cuyo exterior se ubican las mesas, debajo de imponentes árboles de caucho benjamina o matapalo, y en el interior un museo con la historia de la casa, que ha venido renovándose con el paso del tiempo.
Un típico del lugar es el Keeshi Yena, conocido como el plato nacional de Aruba, una cazuela con cerca de 12 ingredientes, entre ellos carne, aceitunas, nueces, queso mozzarella y ciruelas. Algunos cuentan que este plato nació de las épocas de crisis, donde los isleños debían servir en una olleta lo que podían y luego lo cubrían con queso para hornear.
Este plato es acompañado con toda clase de bebidas, pero algunos prefieren otra cerveza producida localmente conocida como Balashi, que viene en dos versiones, una más fuerte que la otra y que es servida según la preferencia del visitante.
Un cierre perfecto tiene que ver con un pan bollo, que es un delicioso postre tradicional elaborado con un pan remojado un día antes en crema de leche, de contextura bastante suave y acompañado con helado local de bolo preto.
“Nuestros platos contienen lo mejor de la gastronomía local y tras la reapertura nos hemos esforzado por mejorar los espacios y la oferta para que el turista realmente viva una experiencia única. Por ello tenemos nuestra propia cava de vinos, que complementan varios de los platos que presentamos”, explicó a EL TIEMPO Héctor Fabio Ramírez, un colombiano que migró a la isla junto a su esposa en el año 92 para ‘echar raíces’ y que ahora es el souchef del restaurante Papiamento.
Aruba Foto:María del Mar Quintana Cataño
Otro obligado de la isla es el restaurante Old Fisherman, donde se pueden encontrar platos como el fishcake o croquetas de pescado, que muchas veces se prepara con barracuda y se acompaña con pan bati, un amasijo de maíz adornado con queso costeño.
De ahí se puede caminar un par de cuadras y llegar a degustar la comida cubana, que en la isla tiene mucha influencia dado que hace décadas los isleños viajaban en botes de tres a seis meses para ir a cortar caña de azúcar a Cuba, mientras sus esposas iban a Curazao a trenzar sombreros de Panamá.
Un poco más lejano se encuentra Zee Rover, un restaurante donde pescados como el dorado y el atún son servidos en canastas y acompañados de camarones fritos, plátano y salsa tártara hecha en casa. En el mismo lugar se puede degustar helado artesanal de coco.
Sin embargo, las opciones son variadas en la isla, y se puede encontrar desde comida mexicana hasta restaurantes como The West Deck, que sirven platos caribeños como el Johnny Cay, un sándwich de pollo jamaiquino o bacalao, relleno de ají de papaya.
“Aruba es una mezcla importante de gastronomía de varios lugares del mundo, por eso aquí el visitante puede hacer un recorrido por Holanda, Cuba, Colombia, México y Venezuela, entre otros países de los que se han fusionado sabores con la oferta que el mar Caribe pone en la mesa”, dijo a EL TIEMPO Beach Lama, un guía local que lleva consigo importantes datos de la isla y su historia.
Aruba Foto:María del Mar Quintana Cataño
Las calles de Aruba están adornadas de arte. En Saint Nicholas, uno de sus distritos, se aprecian obras realizadas en las paredes por distintos artistas del mundo que en ocasiones anteriores se han congregado en la isla para plasmar sus costumbres, tradiciones, animales y grupos étnicos.
En algunas calles se ven obras de lugareños, como iguanas símbolo de la región, tortugas, ballenas, mariposas y loros, todos representativos de la isla.
Además, debajo de grandes árboles se pueden observar asientos hechos de pequeñas piezas de porcelana de colores, que en muchos casos representan a las aves y las flores locales.
Otro atractivo importante son los deportes de mar, entre los que se encuentran en wakeboard, el flyboard, el waterski, el kayak y el buceo, entre una amplia variedad que tienen sus costos desde los 70 dólares, dependiendo de la actividad.
“Los turistas siempre optan por actividades acuáticas extremas, muchas veces en pareja o familias enteras, tenemos no solo los deportes acuáticos sino paseos en lancha, en bananas o en el ya tradicional sombrero mexicano”, indicó Joshep Jameson, instructor de deportes.
Aruba Foto:María del Mar Quintana Cataño
Una de esas actividades es precisamente un paseo en catamarán que ofrece la empresa De Palm Tours, un barco sobre el que se puede pasear y recorrer paradas en las que se realizan actividades como esnórquel y avistamiento de variedad de especies marinas, como tortugas peces cebra y corales.
Preparación y creatividad
Para disfrutar la estadía hay variedad de hoteles y resorts, todos con una oferta diferente y con las medidas de bioseguridad implementadas para recibir de nuevo a los visitantes.
El Hilton Aruba Caribbean Resort & Casino es una de esas opciones, pues fue el primer hotel instalado en la isla (1959), como un ingreso alterno a la economía que dependía de la refinería local y que al día de hoy ofrece distintas opciones que han sido diseñadas a la medida de los visitantes luego de las nuevas necesidades que presentó la pandemia.
“La pandemia la vimos como una oportunidad para capacitarnos, prepararnos y ofrecer nuevas opciones a los huéspedes de nuestro hotel. Un ejemplo es que fuimos creativos y reemplazamos el buffet por una opción de desayuno sin fin y creamos el sunset concierge, una opción con la que llevamos la comida y las experiencias a cualquier lugar de la isla que el huésped desee y solo debe oprimir un botón para indicar que ya esta listo para su cena”, dijo a este diario Vasco Baselli, gerente general del Hilton.
Aruba Foto:María del Mar Quintana Cataño
De acuerdo con Vaselli, el hotel ha venido adaptándose a las necesidades de los visitantes luego de la pandemia, ya que él mismo explica que no son los mismos de antes, pues ahora son “más cuidadosos, precavidos y conscientes de su salud y la de los demás, razón por la cual las medidas de bioseguridad se han convertido en el norte del sector turístico”.
Sin embargo, cabe aclarar que la experiencia maravillosa y segura que vive el turista en Aruba se debe al esfuerzo que han realizado las autoridades locales con la implementación de un equipo de crisis que ha permitido actuar a tiempo ante la llegada del covid, razón por la cual sus cifras de infectados son tan bajas.
“Aruba desde un principio venía alistando todos sus equipos para reaccionar ante la llegada del covid-19 y lo que ello implica en materia de salud, economía, cultura y turismo. Pero, además, durante la pandemia realizamos mucho trabajo para poder volver a abrir nuestra isla, entre ello el apoyo a las mismas empresas con subsidios del Gobierno para que no quebraran y la estrategia de hacer seguimiento a las personas en casa, no solamente para detectar casos tempranos, sino para apoyarlos en su cotidianidad con diferentes programas de aprendizaje”, explica Sjeidy Feliciano, quien hace parte del equipo de crisis.
Actualmente, la isla cuenta con solo 94 casos activos de una población de alrededor de 130.000 habitantes, y con el paso del tiempo esta cifra ha ido disminuyendo gracias a las medidas implementadas, así como se han venido reforzando protocolos para cuidar a los turistas durante su estadía.