A Ximena* le parecía normal subir a su cuenta de Facebook las fotos de los momentos más especiales de su hija de 5 años. Ni siquiera lo hacía a diario. Era una cuestión de compartir recuerdos de vez en cuando: el día que izó bandera en el colegio, el encuentro con los primos, la ‘selfie’ con la mascota, una tarde de helado en el centro comercial…etc. Ximena simplemente sacaba su smartphone y tomaba la foto. Acto seguido, las agregaba a su Facebook y les ponía alguna frase de orgullo de mamá. Hasta ahí todo normal. Pero el tema tuvo un giro inesperado, un día como cualquier otro, dejó a su pequeña en el colegio disfrazada con un traje típico porque la institución había planeado para un acto cultural en el que participaron todos los niños de primaria.
Su instinto de mamá ‘millenial’ no le permitió dejar escapar el momento y antes de que cruzara la puerta del colegio, se tomó la selfie del día y de inmediato la publicó con un mensaje que decía “¡Creces tan rápido!”. Eran las 8:00 de la mañana.
Tres horas más tarde, a las 11:37 a.m. su celular sonó. Del otro lado de la bocina, una mujer que se identificó como la jefe de urgencias de la unidad de pediatría de la Clínica del Country, le preguntó si ella era la mamá de un niña que lucía falda roja y blusita blanca. “Señora, su hija sufrió un accidente”, le dijo, y Ximena sintió que el mundo se le venía encima.
La voz continuó diciéndole que la menor iba ser atendida pero que necesitaban que les confirmaran el número de documento y su EPS. Ximena, en medio del desespero y la angustia, dio los datos mientras hacía mil preguntas. “¿Qué le pasó?, ¿cómo está?, ¿Está bien?”, repetía.
En respuesta, solo obtuvo un “cálmese señora, estamos verificando. No me cuelgue, ya vuelvo con usted”. Tras un par de minutos, que parecieron eternos, la mujer le confirmó que la clínica no tenía convenio con la EPS de la niña y que necesitaban que consignara 300.000 pesos a una cuenta corriente a nombre de Cooperativa Alianzas Humanas para que el sistema itiera el ingreso de la paciente.
Ximena tomó atenta nota de la cuenta mientras la mujer le insistía que hiciera la transferencia lo más pronto posible porque la situación de la menor era muy delicada. Antes de colgar, Ximena alcanzó a preguntar – porque casi no la dejaban hablar- por la situación de su pequeña. “Estamos estabilizándola pero no tenemos mucho tiempo. Consigne el dinero para poder intervenirla y véngase inmediatamente para la unidad de pediatría. Pregunte por ella en traumatología” fue lo último que escuchó antes de que le colgaran.
Ximena temblada, no entendía nada, empezó a llorar y como pudo le marcó a su esposo para que hiciera la transferencia vía internet. Apenas le contó la situación, él le preguntó que si la profe ya la había llamado. Ximena se detuvo en seco ¿cómo era posible que del colegio nadie le hubiera informado nada? “Llama a la profe, averigua qué pasó y me cuentas”, le dijo su esposo.
Tardaron menos de 10 minutos en confirmar que todo era un montaje para estafarlos. La niña estaba bien en su colegio, el accidente nunca existió y en cambio quedaban en el aire muchas dudas: ¿cómo conocían la vestimenta de la niña? y ¿cómo consiguieron el celular de Ximena?
La única explicación que los padres de esta pequeña encuentran es la foto publicada ese día en Facebook. “Creemos que nos venían haciendo seguimiento por esa red social”, asegura Ximena.
“Solo espero que mi historia sirva de lección para que los padres sean muy cautelosos con la información que publican de sus niños en las redes. A mí me convencieron por la ropa que llevaba puesta ese día mi hija y afortunadamente no lograron robarme pero el susto y los momentos de angustia que viví es algo que no le deseo a nadie. Aún tengo miedo de que suene mi celular y que sea verdad”, cuenta Ximena.
La historia de esta madre es tan solo uno de los centenares de casos de personas que han resultado estafadas, extorsionadas o amenazadas incluso de muerte, por compartir información en sus redes sociales. Sin embargo, hay cosas que los padres deben tener en cuenta cada vez que piensen en subir una foto de sus hijos y preguntarse ¿Los estoy poniendo en peligro?
La lección de Ximena sirve para que apliques las siguientes recomendaciones:
1. Jamás publiques foto de tus hijos desnudos: por más tierna e inocente que parezca este tipo de imágenes pueden ser utilizadas por personas sin escrúpulos para
fines pornográficos.
2. Evita que se pueda deducir la ubicación de los lugares que más frecuenta tu pequeño.
Una foto a la entrada de su jardín o colegio, en el parque del vecindario, en el centro comercial que visitan con frecuencia, incluso, en el antejardín de la casa le puede dar pistas a los delincuentes de los lugares donde permanece. Recuerda verificar que en la foto no aparezcan direcciones, letreros u otro tipo de datos que facilite el reconocimiento del lugar donde la foto fue tomada.
3. No subas fotografías en donde el niño aparezca junto a tu carro y se vea la placa del vehículo. Es una forma muy sencilla de localizarle.
4. Cuando subas las fotos no las identifiques con el nombre y los apellidos de tu hijo. Entre más anónimo permanezca, mejor.
5. Si lo que quieres es compartir fotografías de tus hijos con la familia, usa medios privados como el inbox o el mensaje directo de la red social, o el correo electrónico. Así, menos personas acceden a ese material.
6. No des datos de los horarios del niño ni de las actividades extraescolares que realiza. Por ejemplo, evita publicaciones como “Aquí, listos para empezar la clase de natación”. Recuerda que todo puede ser rastreado por las redes y que cada post realizado refleja la hora y en algunos casos, la ubicación.
7. Evita el exhibicionismo. ¿De verdad es necesario subir tantas fotografías de los niños en las redes sociales? Es mejor limitar la cantidad de fotos de los niños que se publican en internet.
8. Si el smartphone o la tablet con la que haces la foto tiene GPS, asegúrate de desactivar esa función.
9. Exige a todos tus familiares y conocidos que siempre te pidan permiso antes de publicar una fotografía de tu hijo en internet. A su vez, ambos padres deben de estar de acuerdo a la hora de subir una fotografía del niño a las redes sociales.
10. Revisa la privacidad de tus redes sociales para asegurarte que las fotografías de tus hijos lleguen al menor número de personas posibles y no sean públicas.
11. Recuerda que una vez que subes una fotografía a las redes sociales, esta pasa a ser de dominio público y es prácticamente imposible eliminarlas, así la borres de tu perfil.
*nombre cambiado a petición del entrevistado