Bogotá: la planta de asfalto que se convirtió en un parque

El nuevo centro recreativo Agua Viva está ubicado en el barrio Bochica, en Puente Aranda.

Parque Aguaviva Foto: Alcaldía de Bogotá

Subeditora de Bogotá Actualizado:
El barrio Bochica recibió un regalo de Navidad. En una zona que antiguamente fue usada como planta de la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV), varias de las estructuras existentes fueron aprovechadas para dar vida al parque Agua Viva.
Está ubicado en la carrera 34 n.º 3-97 de la localidad de Puente Aranda. En el predio funcionaba una planta de asfalto, pero la producción de este material generó una percepción de degradación ambiental y disminución de la calidad de vida en la comunidad.

Parque Aguaviva Foto:Alcaldía de Bogotá

Había que hacer algo, comenzando con un estudio para que nada fuera a poner en riesgo la salud de los futuros visitantes. Esto, debido a la contaminación por hidrocarburos.
Por esta razón, la Secretaría de Ambiente identificó las principales problemáticas del predio que afectarían su uso como parque recreacional. Se identificaron así cinco zonas a las cuales se les hizo seguimiento.
El Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) adelantó el monitoreo del agua subterránea del predio a través de los seis pozos existentes y la construcción de dos nuevos, y comprobó que su uso como escenario recreodeportivo no implicaría riesgos.
Gracias a todo esto fue posible este nuevo parque que reverdece una zona que anteriormente carecía de color. La obra contabilizó las emisiones de dióxido de carbono equivalente, que fueron emitidas durante la fase de construcción, para la certificación de carbono neutral.
Ahora el parque Aguaviva responde a las necesidades recreativas, deportivas y ambientales de la localidad y sus habitantes y beneficia a 330.000 personas, según el IDRD.
El valor total de la obra asciende a 14.581’217.980 pesos, y el contratista a cargo es el Consorcio CCA Zonas Libres. La interventoría tiene un valor de 1.703’886.782 pesos y está a cargo de la firma Santa Elisa.

Aguaviva Foto:Archivo particular

La obra incluyó la construcción de andenes como estrategia de activación de las circulaciones y su conexión con las vías perimetrales.
El parque tiene 2.070 metros cuadrados de jardines polinizadores, xerófilos y de gramíneas. Se sembraron 160 árboles multiorigen y multiespecie que representarán refugio, alimento y conectividad para la fauna de la ciudad.
Este lugar es ‘basura cero’, pues los residuos de demolición y excavación fueron reutilizados y reciclados en la obra, más de 8.018 toneladas para la generación in situ de los prefabricados necesarios en la obra.
Además se construyeron Sistemas urbanos de drenaje sostenible: zonas de biorretención, tanques de almacenamiento, cunetas verdes, zanjas de filtración y un sofisticado sistema que disminuirá la presión sobre el alcantarillado en los eventos de lluvia extremos y regulará el ciclo hidrológico.
También se dispusieron 558 metros cuadrados de huertas urbanas que permitirán fortalecer el tejido social a través de la organización comunitaria y el trabajo colectivo. La idea es que todos se apropien de este lugar.
Como si fuera poco, se instalaron 38 es fotovoltaicos con una potencia instalada de 17,1 kilovatio pico (kWp), esta última unidad de medida de la producción de un sistema fotovoltaico.
Durante el desarrollo de la obra se llevó a cabo el monitoreo de emisiones de carbono que fueron generadas durante toda la fase de construcción. Se estima que fueron aproximadamente 200 toneladas de dióxido de carbono. Actualmente se encuentra en proceso de liberación de contaminantes. Así se construyó un parque con neutralidad en carbono.

El parque Aguaviva abarcará un área total de 24 mil metros cuadrados. Foto:Alcaldía de Bogotá

Los cinco escenarios

El proyecto prioriza el carácter ecológico con la creación de cinco escenarios abiertos que, como aulas ambientales, evidencian el ciclo hidrológico a la comunidad, generando educación ambiental y apropiación del parque.
Igualmente, la zona asociada a la agricultura se ubica en el espacio destinado a la huerta o jardines comunitarios y cuenta con un sistema de riego a través de aspersores.
También hay un escenario que se relaciona con el manejo que las comunidades muiscas les dieron a los excesos de agua; se identifica por medio de los sistemas hidráulicos.
El aula ambiental, relacionada con la época lacustre y pantanosa, es un escenario adaptado para potenciar las relaciones ecológicas y evidenciar el agua en su esplendor y las asociaciones con plantas y fauna. Este espacio se recrea en el jardín de agua y el sistema de retención de aguas lluvias.

Aguaviva Foto:Archivo particular

En el área llamada Evaporación, por medio de vaporizadores, se busca crear un escenario de niebla que, junto con la estructura industrial que se conserva en el parque, evoque un ambiente lúdico.
Finalmente, el espacio de Condensación evidencia, por medio de mallas atrapaniebla que toman la humedad presente en el aire, la transformación en líquido, bajándola a la superficie para que sea almacenada temporalmente.
Todos los espacios del parque priorizan la protección de la fauna con ‘hoteles’ de insectos y refugios para aves. Será sin duda una experiencia única para todos los visitantes.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ 
EL TIEMPO 

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