Hace unos días, Katherine Silva, una usuaria de la plataforma de TikTok, compartió un video desde su cuenta personal en el que contó el inesperado incidente que sufrió cuando tenía 12 años por beber orina de rata.
De acuerdo con lo expresado por la joven en su publicación, este accidente la llevó a permanecer hospitalizada por alrededor de dos años, ya que desarrolló una extraña condición a la que los médicos no le encontraban una explicación.
Los médicos le practicaron varios exámenes pensando que la afección era una anomalía del cerebro. Foto:iStock
“Casi me voy con los angelitos por ser una descuidada”, mencionó la mujer al inicio del relato, destacando que en otras oportunidades también ha estado en riesgo por no prestar atención a las cosas que hace habitualmente.
La usuaria también señaló que cuando el insólito hecho ocurrió ella se encontraba en el colegio, pero que la institución educativa estaba junto a un terreno baldío que nadie sabía a quién pertenecía.
“Hubo una época en la que empezó a llover muchísimo y ese monte creció horrible”, agregó Silva y mencionó que el lugar poco a poco se empezó a llenar de roedores, por lo que varios vecinos y profesores alertaron al resto de la comunidad.
Las ratas empezaron a ingresar a las casas y a las instalaciones del colegio. Foto:iStock
Pese a que la joven no había visto ninguna rata en el colegio, comenta que durante una clase de educación física le pidió permiso a su educador para ir a hidratarse, sin embargo, confiesa que tenía la costumbre de tomar agua directamente de la llave.
“Abro el chorro, tomo agua y en ese momento se me pasó una rata por la boca”, reveló la mujer, quien unos instantes más tarde comenzó a gritar por el asco que le generó el animal y cuando se calmó decidió lavarse la cara para continuar con la jornada escolar.
A la joven le diagnosticaron leptospirosis. Foto:TikTok: @katherinesilva_
¿Qué enfermedad desarrolló Katherine Silva?
Según la joven, una semana después de su encuentro con el roedor, ella empezó a experimentar desmayos constantes, los cuales le impedían estar más de media hora de pie, por lo que su familia buscó ayuda profesional en el centro médico más cercano.
Tras practicarle varios exámenes, los doctores se dieron cuenta de que Silva estaba sufriendo crisis convulsivas, pero no lograron determinar qué las provocaba.
En ese sentido, los especialistas tuvieron que realizarle un electroencefalograma (EEG) para medir la actividad del cerebro y saber si los episodios eran ocasionados por alguna anomalía neurológica.
Finalmente, una doctora escuchó la clase de síntomas que tenía la paciente y la diagnostico, ya que estos eran similares a un caso de leptospirosis al que ella se había enfrentado en el pasado, una enfermedad infecciosa causada por una bacteria que se transmite por la orina de algunos animales.
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