En la época medieval era una tradición amputar públicamente la parte del cuerpo con la cual una persona cometía un delito. Generalmente, lo que pasaba luego era que los cercenados de los criminales se exhibían como reliquias para evitar futuros agravios. Sin embargo, las manos izquierdas eran especialmente iradas y codiciadas por una macabra creencia.
En la mayoría de los casos no importaba de quién fuera la mano, pero si el por qué fue cortada. En otras palabras, conocer el delito y la historia detrás de aquella parte del cuerpo era algo fundamental.
Pero, ¿por qué era algo tan importante? Pues bien, según una antigua creencia europea, una especie de candelabro hecho con la mano izquierda cortada y seca de un criminal que había sido ahorcado, conocida como la ‘mano de la gloria’, podía llegar a tener poderes sobrenaturales.
Según el padre y escritor británico Sabine Baring-Gould, esta podía abrir puertas, hechizar personas e incluso volver invisible al dueño del amuleto. Por esta razón, los ladrones de la época (aproximadamente en el siglo XVI) lo consideraban como un equipo esencial al momento de cometer sus crímenes.
La mayoría de las veces también ahoracaban a los criminales. Foto:iStock
De hecho, era tan poderosa que en uno de sus escritos hay un pasaje que dice: “Rompiera piedras, abriera en las montañas los tesoros ocultos hasta ahora, ocultos a los hombres, o paralizará, adormeciendo en un sueño mágico, a los extraños, o, de nuevo, los resucitará”.
Las historias sobre el uso de tales manos se hicieron comunes en toda Europa, desde Finlandia hasta Italia y desde el oeste de Irlanda hasta Rusia en los últimos cuatrocientos años.
Aun así, obtener una no era tan fácil. No se podía ir a una tienda o donde una bruja para conseguirla, sino que, por el contrario, quien quisiera usarla debía fabricarla por sí mismo.
¿Cómo se hacía una ‘mano de la gloria’?
Este macabro y oscuro amuleto era utilizado por ladrones para que las víctimas de la casa a robar cayeran en un profundo coma mientras se cometía el delito. Pero para que esto sucediera, la mano debía pasar por un estricto ritual que le concedería al dueño los supuestos poderes mágicos.
El escritor y demonólogo francés Collin de Plancy cuenta de manera detallada en su libro ‘Dictionnaire infernal’ (Diccionario infernal), publicado en 1818, el paso a paso para prepararla.
Cada dedo debía tener una vela encima, a modo de candelabro. Foto:iStock
Primero, se debía envolver la mano en un trozo de tela, apretándola bien, para exprimir el poco de sangre que puede permanecer. Si la tela era parte de la ropa del muerto, mucho mejor, pues se pensaba que así se podría duplicar su poder. Luego, se colocaba en una vasija de barro con sal y pimienta pulverizada.
Después se debía tapar y dejar en la mezcla durante quince días hasta que estuviera bien seco. Una vez pasado este tiempo, se debía exponer al sol en horas del mediodía hasta que la mano se secara completamente. Si el sol no era lo suficientemente fuerte, se recomendaba secarla en un horno calentado con verbena.
Cuando el consideraba que el miembro estaba prácticamente momificado, debía proceder con las velas. Para ello, se debía mezclar la grasa del cuerpo del ahorcado o del dedo de un niño muerto, cera virgen y sésamo de Laponia. Lo ideal era que por cada dedo se pusiera una vela.
En el libro también se relata que, para poder completar el ritual, esta debía ser puesta en la rama de un roble por tres noches consecutivas, para luego ser colgada en el ojo de la cerradura de una iglesia.
Durante el proceso el dueño siempre debía estar al lado de la mano y en especial cuando ésta reposara en la iglesia. Se dice que el sujeto debía quedarse toda la noche hasta que cantara el gallo, con el fin de completar de manera exitosa el ritual.
Bilis de gato negro: la única forma de escapar del hechizo
En el libro de Alberto Magno ‘Maravillosos secretos de la magia natural y cabalística’ se dice que para escapar de los poderes de la ‘mano de la gloria’ se debía fregar los umbrales y perillas de las casas con un ungüento especial.
Hecho con bilis de gato negro, grasa de una gallina blanca, y la sangre de un búho, esta peculiar mezcla neutralizaba los poderes místicos del talismán. Además, cabe resaltar que debía hacerse durante el verano para poder utilizarla de manera efectiva.
La creencia se mantuvo hasta el siglo XIX aproximadamente. Fue ampliamente utilizada en Europa, especialmente en Inglaterra, y se cree que varios intelectuales la implementaron en su diario vivir con otro tipo de fines.
Un ejemplo de esto es John Dee, un matemático, quien presuntamente utilizó el espiritismo y la brujería para aprender sobre el mundo; tanto así, que se reconoce por su labor como astrónomo, astrólogo y consultor de la reina Isabel I. O por lo menos así lo cuenta el escritor Christopher Lionel Whitby en su tesis doctoral.
El amuleto en la cultura popular
El último ejemplar que se tiene sobre este amuleto está en el Museo Whitby, en el noreste de Inglaterra.
Fue encontrada por el albañil inglés Joseph Ford, en 1935, mientras derribaba los muros de una vieja casa de Castleton, North Yorkshire, Inglaterra.
Desde entonces se encuentra en una caja de vidrio a la espera de los curiosos que quieran empaparse de su aterradora historia.
Por otro lado, este objeto también ha cobrado gran popularidad en la cultura del siglo XXI. Cómics como ‘Hellboy’ o en sagas literarias como ‘Cazadores de Sombras’ han tomado este referente para hacerlo parte del canon.
Incluso en la saga de ‘Harry Potter' este artefacto mágico hizo una gran aparición. Según la narrativa, cuando una vela encendida era puesta en la mano, le daba el poder de ver en la oscuridad a quien la estuviera usando.
En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal,
elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con
sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando
esta
utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí