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El tétrico origen que tiene la frase ‘salvado por la campana’
El miedo a ser enterrado vivo dio origen a una de los dichos más populares en la actualidad.
La ideo original fue tomada de las campanas de las iglesias y catedrales, que sonaban para anunciar el comienzo de alguna ceremonia. Foto: iStock
Seguramente más de una vez se ha ‘salvado por la campana’. Esta expresión se utiliza generalmente cuando una persona logra hacer algo en el momento justo, casi al límite. Incluso, se puede decir cuando alguien ha logrado escapar de algún peligro en el último instante, como por ejemplo, la muerte.
Existen dos teorías sobre el origen y significado de esta expresión, pero ambas concuerdan en que esta proviene del inglés. Sin embargo, de ahí en adelante se puede considerar que son dos historias totalmente distintas.
Escapando de la muerte
Muchas personas fueron enterradas aún estando con vida, durante el siglo XIX. Foto:iStock
Imagine que está pasando por una situación de salud complicada y decide tomar una siesta. En eso, un conocido se acerca a usted y al verlo tan pálido, toma sus signos vitales. De repente no escucha sus latidos, no siente su pulso y no reacciona a los toques que le están dando. Lo más probable es que lo declaren muerto en un par de minutos, así usted siga vivo.
Este extraño estado del cuerpo se denomina ‘catalepsia’ y, según la RAE, está “caracterizado por la pérdida momentánea de la sensibilidad y de la movilidad que ocurre a causa de algún trastorno neurológico o de un estado hipnótico”.
Los primeros registros que se tienen sobre este tema se remontan al año 1590, cuando Fray Luis de León no pudo ser beatificado, ya que al abrir su ataúd se encontraron con varios rasguños en la tapa. Al aparecer, había sido enterrado vivo.
El Hospital reconoció el error y pidió comprensión: "Estamos trabajando con estrés". Foto:iStock
Este miedo se puede ver reflejado en la literatura de la época, como ‘El entierro prematuro’, de Edgar Alan Poe, el cual habla de cómo el personaje principal sufre de catalepsia, lo cual lo lleva a tener pérdidas de conciencia recurrentes.
Como no se podía asegurar de que el fraile no hubiera renunciado a Dios en ese momento de desesperación, no se le pudo declarar santo.
Este miedo a ser enterrado vivo se volvió un tema muy popular en los siglos XVIII y XIX, razón por la cual se crearon ‘ataúdes de seguridad’. Estos tenían una campana cerca que les permitía emitir algún sonido en caso de que despertaran.
Algunos de los ataudes creados por Angelo Hays, también contaban con una pequeña despensa. Foto:iStock
De hecho, al principio algunos también tenían una tapa de vidrio, la cual si se llegaba a empañar, indicaba que la persona estaba viva.
Sin embargo, el tema renació en 1937 con el inventor francés Angelo Hays, quien a sus 19 años fue enterrado vivo. El joven había tenido un accidente de tránsito y los rescatistas, al no encontrarle pulso, creyeron que había muerto. Aún así, lo que realmente había pasado era que estaba en un estado de coma.
Fue enterrado por dos días, hasta que la compañía de seguros abrió el ataúd para comprobar la identidad del cuerpo y allí descubrieron que seguía con vida. El hombre se ‘salvó por los pelos’.
Dicen que si la vida le da limones, debe hacer limonada. Y eso fue lo que hizo Hays, quien aprovechó la oportunidad y creó un nuevo ataúd de seguridad, el cual incluiría esta vez una pequeña radio.
Al borde de un ‘knock out’
Los rounds o asaltos en una pelea de boxeo duran aproximadamente tres minutos. Foto:iStock
La segunda teoría no es tan aterradora, pero si tiene mucho sentido dentro de la cultura popular.
La expresión ‘salvado por la campana’ también puede encontrar su origen en el boxeo, uno de los deportes de o más famosos actualmente.
Con su apogeo en la Inglaterra victoriana, el deporte que antes había sido practicado por solamente caballeros, había pasado a ser una actividad muy común entre los hombres de clase baja, quienes fueron los que implementaron algunas reglas para evitar grandes accidentes, entre ellas, la incorporación de la campana.
En esta disciplina, las campanas marcan el inicio y el final de cada asalto. Esto puede evitar un ‘knock out’ o un golpe fatal, si se da en el momento preciso. Incluso, puede ser de gran ventaja para los deportistas fatigados que necesitan recobrar su energía antes de continuar.
De hecho, este dicho es tan común en el deporte que hay un libro sobre el boxeador estadounidense Muhammad Ali llamado ‘Saved by the bell’ (o en español, ‘Salvado por la campana’), en donde cuenta su historia de vida y su conexión con el boxeo.