Pirry habla de cuando cerraron su programa de ‘manera humillante e injusta’

El periodista recordó que lo ‘echaron a la calle’, pese a que su espacio en televisión era exitoso.

En entrevista para Carrusel. Foto: Juan Manuel Vargas / EL TIEMPO

PeriodistaActualizado:
El periodista y presentador Pirry, cuyo nombre de pila es Guillermo Arturo Prieto La Rotta, estuvo durante muchos años en las pantallas de la televisión colombiana con su programa de investigación, opinión y sátira política.
Su labor ha sido reconocida con cuatro Premios Nacional de Periodismo Simón Bolívar y tres Premios TV y Novelas. Además, estuvo varias veces nominado a los Premios India Catalina por el conocido espacio ‘Especiales Pirry’ que se transmitió por el canal ‘RCN’ entre 2002 y 2016.
Sin embargo, de un momento a otro, su programa salió del aire. Así que debió buscar nuevas oportunidades, como en el canal por cable ‘Red Más’ o las redes sociales. Tras varios años de ausencia en la televisión nacional, el tunjano, de 52 años, se sinceró sobre las dificultades que afrontó.

‘Me pagaban tan bien, me ganaba premios, pensé que de ahí nunca iba a salir’

Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Yo no sé si eso se cumplira siempre”, mencionó Pirry en un video que compartió en su cuenta de Instagram para precisar qué fue lo que realmente sucedió.
Todo marchaba bien, según recordó. Se sentía pleno hasta que en el 2016 la vio ‘oscura’: “Acababa de llegar de un año sabático. Yo estaba en la televisión, me pagaban tan bien, ganaba premios, yo pensé que de ahí nunca iba a salir. Pero regresé a Colombia después de gastarme los ahorros y, de un día para otro, me echaron para la calle”.
Después empecé a sentir que tal vez me habían hecho un favor porque a mí ese trabajo, literalmente, me estaba matando física y mentalmente
No podía creer que el programa lo hubieran cancelado en medio de tantas exaltaciones por parte de la audiencia y “en medio de una cantidad de rumores de censura”.
Me quitaron mi programa de una manera humillante e injusta. (…) Salí absolutamente decepcionado y triste. Y con ese problemita que tengo, caí en depresión”, confesó.
Aunque recibió constantemente el apoyo de su mamá, él sentía que nada podía remediarlo. “Ella me decía ‘mijito, recuerde que al que le van a dar le guardan’. Yo respondía ‘mamita, no me diga esas frases de cajón, a mí lo único que me tienen guardadas son las facturas’”, aseguró.
En esas conversaciones surgió el dicho que se mencionó antes: ‘cuando una puerta se cierra, otra se abre’. Algo que él no creía en absoluto, pues, pensaba que le “acaban de dar un portazo”.

Una nueva oportunidad consigo mismo

“En la medida que pasó el tiempo, sentí que me habían quitado un morral de piedras de encima. Después empecé a sentir que tal vez me habían hecho un favor porque a mí ese trabajo, literalmente, me estaba matando física y mentalmente. Yo ya no estaba siendo feliz en él. Llevaba años de infelicidad”, reflexionó.
En ese momento, dijo, la vida le dio una “cachetada”. Así que comprendió que no hay nada garantizado pese a que usted crea que vive con plenitud.
“Cualquier cosa puede pasar. Uno no puede dar nada por sentado. Poco a poco, empecé a levantarme”, agregó. Eso le sirvió para pensar en nuevos rumbos e incluso acordarse de unas personas que conoció durante el año sabático y quienes le podrían ayudar a cumplir uno de sus sueños: conocer el majestuoso Monte Nyiragongo.
“No sabía cómo describirles cómo es estar allá después de bajar más de 500 metros. Soportar unas condiciones climáticas realmente difíciles, de pronto sentir que estás parado en el corazón del planeta. (…) No hay palabras”, relató.
Tras ser despedido, se sintió muy feliz por haber ido al volcán y documentar toda la experiencia con una cámara de video: “Si a mí no me echan del trabajo, no me doy cuenta que había perdido el norte de mis sueños que era viajar, explorar. Si a mí no me echan, no me obligan a reinventarme. (…) Si a mí no me echan de ese trabajo, yo no me encuentro conmigo mismo”.
“Todo pasa, lo bueno y lo malo. Hay que disfrutar lo bueno cuando está y cuando uno está en la mala hay que mantener la esperanza. (…) Si uno se mantiene en la lucha, esa puerta que le cerraron en la cara puede que sea el camino a esa otra que le van abrir”, concluyó.
Prieto ahora es embajador de Only One, organización de medio ambiente. También ha encontrado un lugar en redes sociales para hacer videos opinando sobre actualidad nacional. Dos millones de seguidores tiene en Instagram y más de cinco millones supera en Facebook.
Aunque no salga en televisión en la actualidad, Pirry puede decir que estuvo nominado a los premios internacionales Emmy en la categoría de mejor documental.

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