Cuando las personas inician en el mundo del ejercicio, la primera pregunta que suelen hacerse es que desgasta más si correr o caminar, ya que no saben cuál de estas dos actividades es mejor.
Un artículo publicado en el sitio web ‘The Conversation’, escrito por Clément Lemineur, Clément Naveilhan y François Dernoncourt, investigadores de la Universidad Costa Azul, en Francia, resuelven esta duda.
Correr gasta más energía que caminar, aunque la distancia final sea la misma, y esto sucede porque el coste metabólico es mayor cuando usted está corriendo que al hacerlo caminando.
“Cuando corremos, la distancia que recorre nuestro cuerpo hacia arriba y hacia abajo es mayor que cuando caminamos. Para producir este movimiento vertical, los músculos de los inferiores tienen que generar más fuerza, y esto consume más energía, pero no nos aporta más cerca de nuestro destino”, comentan los investigadores.
El costo metabólico se puede determinar analizando el oxígeno consumido y el dióxido de carbono producido en una actividad determinada para estimar la cantidad de energía gastada.
“Cuando corremos, parte de la energía gastada se utiliza para mover nuestro cuerpo hacia arriba, en lugar de hacia adelante, por lo que la energía necesaria para correr estos tres km es mayor corriendo que caminando”, dijeron en el artículo.
Además, correr implica un movimiento vertical del cuerpo, que no está presente al caminar, lo que quiere decir, que el desgaste y el esfuerzo es muchísimo mayor, que cuando usted va caminando.
Para los investigadores hay una diferencia entre un ejercicio y otro, no quiere decir que alguno de ellos sea más importante, ya que esta actividad no se limita a lo que ocurre dentro del entrenamiento.
“Cada ejercicio físico provoca un gasto retardado de energía, que se suma al gasto durante la actividad”, explican.
El gasto adicional tras correr es más del doble que el observado tras caminar, debido principalmente al aumento de la temperatura y a la reposición de las reservas energéticas.
Correr gasta más energía. Foto:iStock
Para los expertos, esto es válido siempre y cuando la velocidad al caminar sea normal, y equivalente a unos cinco kilómetros por hora, si la caminata es muy lenta, el gasto calórico final puede ser mayor que el de correr por los mismos tres kilómetros; y esto se debe por el cuerpo utiliza una determinada cantidad de energía por unidad de tiempo, independientemente de la actividad realizada.
Ellos comentan que si la velocidad al caminar es muy rápida, más de ocho kilómetros por hora, correr será más eficiente energéticamente, porque la coordinación necesaria para caminar a esta velocidad hace que la persona necesite activar más sus músculos.
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