Anca Selariu, microbióloga de la Marina de Estados Unidos, tuvo la oportunidad de vivir un año en un entorno que simulaba la superficie de Marte. Ella fue parte de un equipo de cuatro de la NASA que recientemente completó una misión de 378 días en Mars Dune Alpha, un hábitat impreso en 3D de 165 metros cuadrados en el Centro Espacial Johnson de Houston.
Este hábitat fue construido para replicar las condiciones de vida en Marte, en preparación para una misión humana real proyectada para fines de la década de 2030.
Según el diario 'The Guardian', Selariu y sus compañeros, todos voluntarios, vivieron aislados del resto de la humanidad, sin vuelos de reabastecimiento y cultivando sus propios alimentos como tomates y lechuga para complementar las comidas liofilizadas preparadas con antelación.
“Para mí, personalmente, fue una alegría ver y tocar algo vivo y verde, porque eso es lo que más extrañas cuando estás lejos de la Tierra”, dijo Selariu en el mismo medio. Asimismo, explicó que el aislamiento del espacio profundo, algo como una hoja de lechuga puede provocar sentimientos poderosos que van desde la nostalgia hasta el cuestionamiento existencial.
Este hábitat fue construido para replicar las condiciones de vida en Marte. Foto:iStock
“Mi conexión con la Tierra y el profundo sentimiento de ser un verdadero terrícola, una entidad viviente del planeta Tierra, realmente lo sientes muy profundamente en tu interior y realmente entiendes lo que eso significa y lo increíblemente importante que es realmente esa conexión”, comentó
La misión, conocida como Chapea 1 (Crew Health and Performance Exploration Analog), no solo simuló las condiciones físicas de Marte, sino también las psicológicas y operativas. Los es evaluaron regularmente las reacciones de la tripulación ante emergencias simuladas, cargas de trabajo intensivas, fallos de equipos y limitaciones de recursos. Según Selariu, el equipo, a quien describió como "increíblemente funcional y muy unido", aprobó estos desafíos con éxito.
“Éramos un equipo increíblemente funcional y muy unido, y hubo muchos momentos que atesoramos juntos. Por supuesto, a veces te das cuenta de que no estás cerca de tus amigos y familiares, pero sientes el apoyo de todos los que están en el terreno”, comentó en 'The Guardian'.
¿Cómo fueron elegidos los voluntarios?
Para ser elegidos, los candidatos debían poseer un título avanzado en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas y completar una formación similar a la de los astronautas. Selariu, nacida en Rumania y miembro de la Unidad de Investigación Médica Naval de Estados Unidos, aportó su experiencia en vacunas, terapia genética y enfermedades infecciosas, habilidades críticas para mantener la salud de los astronautas durante el viaje de siete a nueve meses a Marte.
Uno de los aspectos más desafiantes de la misión fue la comunicación con el control terrestre, que tenía un retraso de 22 minutos para replicar el viaje de señales a través del espacio. Esto requería que la tripulación pensara con antelación y formulara mensajes claros y detallados, un proceso que Selariu describió como difícil de internalizar.
Mars Dune Alpha fue diseñado para ser lo más realista posible, incluyendo un invernadero, área médica, equipo de ejercicio y un salón, así como pequeños dormitorios privados, dos baños y un recinto "al aire libre" con arena roja para simular caminatas marcianas. El diseño interior, predominantemente rojo, imitaba como se podría utilizar el suelo marciano para imprimir en 3D partes de la base, reduciendo los costos y desafíos de enviar componentes desde la Tierra.
Durante su tiempo libre, la tripulación también fue monitoreada de cerca para evaluar su salud mental y conductual. Selariu, por ejemplo, trabajó en sus habilidades de dibujo, aunque modestamente señaló que no tuvo mucho éxito.
“Las misiones Chapea son fundamentales para desarrollar el conocimiento y las herramientas necesarias para que los humanos algún día vivan y trabajen en el planeta rojo”, dijo Bill Nelson, de la NASA y ex astronauta del transbordador espacial, cuando la tripulación de Chapea 1 emergió el 6 de julio.
Por último, Selariu expresó su gratitud por haber sido parte de esta misión y su disposición a participar nuevamente. “Estoy agradecida de haber tenido la oportunidad de ser parte de esta esperanza humana de llegar a Marte, y a la próxima tripulación, los estaré animando y estoy súper emocionada de que puedan continuar con este maravilloso trabajo”, concluyó.
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