Hablar de defensa o de defenderse en el fútbol se ha vuelto casi que ‘inmoral’. Quizás hoy más que nunca haya una colonización futbolística de juego ofensivo, tenencia de pelota, pases, como si esa estética fuera la única válida para intentar ganar.
Los principios ofensivos en el juego son fundamentales, pero no son exclusivos ni absolutos ni los más importantes. En el fútbol esos credos fundamentalistas llevan a un absolutismo tenebroso, como pasa con los fanatismos políticos y religiosos.
La Selección Colombia quedó aburrida y nos dejó aburridos con el 2-2 contra Uruguay, en Barranquilla, cuando iba ganando en el tiempo de descuento.
Entrenamiento de la Selección Colombia en el Estadio Metropolitano en Barranquilla, un día antes del partido contra Uruguay por la tercera fecha de la eliminatoria mundialista. James Rodríguez, Álvaro Montero, Kevin Mier, Camilo Vargas, Luis Díaz, Santos Borré, Jorge Carrascal, Fabra, Santiago Arias, entre otros jugadores, y el entrenador Nestor Lorenzo, estuvieron reconociendo la cancha. Foto:Vanexa Romero/ El Tiempo
En ese justo momento ya eran asunto de un pasado lejano las jugadas de gol falladas por Díaz, James, Arias o Borré. La realidad del momento era defender, ser seguros en el último instante, en la última jugada, para lograr esa victoria que estaba en su bolsillo... ¡En su bolsillo roto!
Colombia en este comienzo de la eliminatoria no tiene defensa. Es literal porque no tiene defensa.
En el fútbol se suele decir que “la mejor defensa es un buen ataque”, pero la realidad es que, como en todo, pues la mejor defensa es una buena defensa. Esta Selección ha mostrado una defensa espantosa con titulares o suplentes. Venezuela, en Barranquilla, le llegó con claridad cuatro veces. Chile, en Santiago, hizo al portero Vargas figura, y Uruguay, el jueves pasado en Barranquilla, volvió a hacer lucir a Vargas con cinco tiros a puerta. La defensa hace agua.
Extraño eso en un equipo de Néstor Lorenzo, el especialista defensivo en la reciente época de oro de Colombia con José Pékerman. Y un detalle no menor: ¡Lorenzo fue zaguero titular de Carlos Bilardo en el subtítulo mundial de Argentina en 1990!
A propósito de Bilardo, él, uno de los técnicos más importantes en la historia de Suramérica, una leyenda táctica del fútbol mundial, hizo famosa una frase, un concepto: “El trabajo de un buen entrenador se nota en la manera en que sus equipos regresan, retroceden”. Eso lo recordé en nuestro análisis en el canal de YouTube de EL TIEMPO al término del partido contra Uruguay, al afirmar que si es por el repliegue, esta Colombia habla muy mal de Lorenzo. Es horrible el regreso: todos pierden la espalda, quedan abiertos, alargados y en inferioridad numérica. Colombia no regresa: ¡tropieza! Le pasó contra Uruguay, Chile y Venezuela.
Santiago Mele consuela a Luis Díaz después del partido Uruguay Colombia por eliminatorias mundialistas. Foto:Vanexa Romero/ El Tiempo
Contra la difícil Ecuador, en Quito, quizás Lorenzo ordene un equipo más cerrado para evitar retrocesos largos y que el equipo quede empeloto.
Lo primero que se me ocurre es que juegue con un volante más de primera línea, para que Barrios y Uribe tengan menos terreno que proteger. Para eso solo hay dos candidatos en el equipo: Castaño o Ríos. Y eso no necesariamente obliga a cambiar el módulo: puede ir Arias por la derecha (¡su puesto!), Díaz por la izquierda y James, de falso 9.
Defenderse en el fútbol no es inmoral, faltaba más. ¡Es vital! John Gregory, exfutbolista y entrenador inglés, rezaba: “Los delanteros ganan partidos, los defensas ganan campeonatos”. No le faltaba razón...
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