Este tipo de cansancio es un estado al que se llega por hacer un sobre esfuerzo psíquico. No solo se habla de excesos laborales, también incluye la carga que implica asumir conflictos, responsabilidades, estímulos adversos emocioles o cognitivos.
Así, no es algo que aparezca de un momento a otro, por el contrario, es un proceso lento que culmina cuando la persona se desploma y desencadena una situación de parálisis, depresión profunda o síntomas somáticos.
Aunque el agotamiento emocional se puede percibir como cansancio mental, suele venir acompañado de fatiga física, sensación de pesadez e imposibilidad de seguir adelante con tareas cotidianas.
Después de su diagnóstico, los médicos le explicaron el por qué de su agotamiento. Foto:iStock
Surge como consecuencia de un desequilibrio entre lo que damos y lo que recibimos. Quienes lo padecen se caracterizan por no imponer límites a su entrega, sea en el trabajo, en el hogar, en la pareja o en cualquier otro campo.
Por lo general, esto ocurre en ámbitos que llevan a una gran auto-exigencia y un nivel considerable de responsabilidad. En especial, cuando se fomenta un discurso en el que las necesidades propias son puestas a un lado para sobreponer el cuidado de otros.
Aquí, la persona olvida sus propios límites y, en consecuencia, llegue al agotamiento extremo. De igual forma, quien está agotado siente que no recibe reconocimiento o el afecto que merece.
Estos son los signos a los que hay que ponerle cuidado para no caer en este tipo de cansacio:
Cansancio físico: hay fatiga con frecuencia. Desde que se despierta inicia el sentimiento de que todo lo que ocurrirá en el día va a ser excesivamente arduo.
Dificultades para dormir: siempre hay problemas que le atormentan y que no ayudan a conciliar el sueño.
Molestia y pérdida del autocontrol con frecuencia: la persona se ve malhumorada y es demasiado sensible a la crítica.
Falta de motivación: quien tiene agotamiento emocional no siente entusiasmo, ni interés por sus actividades.
Distanciamiento afectivo: las emociones comienzan a ser más planas, como si no sintiera nada.
Olvidos frecuentes: la saturación de información da lugar a fallas en la memoria.
Dificultades para pensar: hay un razonamiento más lento.
Para superar el agotamiento emocional
El agotamiento laboral se produce a nivel físico y emocional. Foto:iStock
Aunque parezca lógico a muchas personas se les olvida a respuesta: descansar, ya que tarde o temprano olvidarse de uno mismo pasa factura. Encontrar el tiempo libre para relajarse, tomar unas vacaciones, y dedicar unos días a la tranquilidad puede se la cura ante la fatiga de la cotidianidad.
Además, es clave cambiar la actitud frente a las obligaciones y con respecto al cuidado de sí mismo. Incluir en la jornada habitual un tiempo para descansar o para el ocio es necesario.
Lo dicho, puede resumirse en la importancia de reconecar con el interior y equilibrar la vida entre las exigencias y las necesidades para que resulten beneficiados el entorno personal y la competencia laboral.
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