El Rosario es una oración que busca honrar la vida de Jesús y la Virgen, en un principio se componía de quince misterios (Gozosos, Dolorosos y Gloriosos), hasta que el papa Juan Pablo II en el año 2002 decidió añadir cinco misterios más, los luminosos.
Según el Papa Juan Pablo II en Rosarium Virginis Marie, los Misterios Dolorosos: “llevan el creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regenerado.
Las creencias litúrgicas, las exigencias pastorales y espirituales, señalan que los Misterios Dolorosos se deben rezar los martes y viernes. Además, en estos días se rezan cinco misterios, aquí le contamos la manera correcta de realizar orar.
¿Cómo rezar los Misterios Dolorosos?
Lo primero es realizar la señal de la Cruz en el Crucifijo, para realizar el Credo. Posteriormente, se realizará la oración: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Realizar el Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Orar es un hábito que tienen muchos creyentes. Foto:iStock
Rezar diez veces: Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
A continuación realizar un: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
La oración en el Huerto
Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: "Sentaos aquí mientras voy a orar". Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: "Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo". Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: "Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú".
Realizar un momento de reflexión, después un Padrenuestro, diez Ave María y un Gloria al Padre.
La flagelación de Jesús atado a la columna
Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.
Rezar un Padrenuestro, diez Ave María y un Gloria al Padre.
La coronación de espinas
Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: "Salve, Rey de los judíos".
Hacer un momento de reflexión, después un Padrenuestro, diez Ave María y un Gloria al Padre.
San Cipriano es venerado como un santo propicio para deshacer hechicerías y trabajos de magia negra Foto:iStock
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario
Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la "Calavera".
Hacerun momento de reflexión, después un Padrenuestro, diez Ave María y un Gloria al Padre.
La crucifixión y muerte de Jesús
Llegados al lugar llamado "La Calavera", le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen"... Era ya eso de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: "Padre, en tus manos pongo mi espíritu" y, dicho esto, expiró.
Al finalizar rezar el: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!.
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