Para quienes somos altos la sillas de avión no son muy cómodas y, en mi caso, siempre prefiero viajar en el asiento del pasillo para tener más opciones para estirar las piernas.
Conocer otro país, otro territorio, otra ciudad, otra cultura siempre será un placer y no importa en qué circunstancias se haga, lo verdaderamente importante es descubrir, probar y acumular experiencias.
Pero claro, a medida que las aerolíneas se transforman y la tecnología avanza, las opciones para viajar son múltiples, unas más reconfortantes que otras. En mayo de este año, tuve la oportunidad de viajar a San Antonio, Texas, para asistir a la feria de turismo más importante de Estados Unidos, IPW.
Y para llegar allí lo hice con Delta Air Lines, aerolínea comercial estadounidense cuya base está situada en Atlanta, Georgia. A mi regreso hacia Colombia viajé en primera clase de esta aerolínea: Por supuesto, la preocupación de viajar incómodo se esfumó, porque los asientos son más grandes, ergonómicos y elegantes (por supuesto, reclinables).
Antes de iniciar el vuelo, la aerolínea ofrece un kit de limpieza dental, así como unos rios para dormir y refrescar la cara, todo esto en una cartuchera muy elegante. De entrada, la sensación que ofrece la aerolínea es de elegancia y le hace sentir al pasajero que es muy especial.
Luego, si el pasajero no ha ordenado previamente su menú de almuerzo o de cena, el personal abordo le brindará una carta que incluye platos a la carta, así como diferentes tipos de bebidas. Pero más tarde volveremos sobre este punto.
Así luce los asientos de la primera clase de Delta. Foto:Camilo Peña
Si usted es amante de las películas y las series, no se preocupe por descargar películas en su celular, porque en primera clase de Delta Air Lines tendrá un sistema de entretenimiento abordo interesante, que va desde música, hasta series y películas, todo a través de una pantalla de 11 pulgadas que ofrece una excelente calidad. Fue un momento propicio para ver Aquaman.
A medida que el trayecto avanzaba la luces del avión son más tenues, de colores azules, que invitaban a descansar y a relajarse. Pero fue muy difícil, porque a parte del sistema de entretenimiento, quienes viajan en primera clase tienen bebidas ilimitadas, así que aproveche para tomarme unas cervezas.
Y esta experiencia se complementa, por supuesto, con la cena. De verdad, pareciera que no se estuviera viajando en avión, que estuviéramos a más de 10.000 metros de altura; era como si se estuviera sentado en un restaurante. Mi cena un pernil de pollo al horno, acompañado de papas y vegetales salteados.
La cena en la primera clase de Delta. Foto:Camilo Peña
El recorrido entre San Antonio y Bogotá es relativamente corto. Hice una escala en Atlanta, pero en realidad quería que fuera más largo para poder seguir disfrutando de viajar en primera clase.
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