Cuando se abrió la portezuela del avión, la bienvenida la dio el tibio aroma de la brisa marina. Así nos recibió Santo Domingo, a 26 grados centígrados. Y aunque fue demorado el proceso de migración, el merengue, la bachata y la salsa que se escuchaban al fondo presagiaban una visita llena de música y sabor.
Santo Domingo, capital de la República Dominicana, es historia en cada esquina: la primera catedral y el primer castillo de América se encuentran en el centro histórico de la ciudad. Conocer sus calles adoquinadas con la compañía permanente de los ritmos del Caribe y el barullo típico de las regiones costeras de América –donde se combinan las ventas ambulantes y las artesanías– hace de este recorrido un deleite para los ojos y la memoria.
Ruinas del hospital de San Nicolás de Bari, el primero que se construyó en la isla de La Española. Foto:Fernando Ariza
Del aeropuerto de las Américas al centro histórico, el recorrido dura algo más de una hora. El tráfico denso ya es parte del ambiente de las ciudades en el Caribe, pero no es pesado. Se descubren en el recorrido partes de la historia de esta ciudad fundada por Bartolomé Colón (hermano de Cristóbal), el 5 de agosto de 1498.
Piscina del hotel Jaragua Renaissance Hotel & Casino. Abrió sus puertas en 1942 y en 1985 fue remodelado en su totalidad. Foto:Fernando Ariza
Los taxistas son amables, sirven de guías y todos hablan de las últimas noticias del béisbol, el deporte nacional. Aunque la mayor parte de los visitantes de la República Dominicana buscan las exóticas playas de Punta Cana, Puerto Plata y Playa Bávaro para el disfrute del turismo, con el paso de los años se ha vuelto apetecido el recorrido histórico por la capital de un poco más de cuatro millones de habitantes.
Se calcula que anualmente más de un millón de turistas extranjeros visitan la ciudad. Allí están la primera iglesia de América, el primer palacio de la Real Audiencia, el panteón de los héroes de la patria e infinidad de museos, como el Museo del Ron y del Cacao.
Sede de la primera Real Audiencia de América, en la Calle de las Damas. Foto:Fernando Ariza
En la zona histórica se encuentra la avenida George Washington, una de las principales de la ciudad, mejor conocida como el Malecón. Recorrerla es un deleite en el primer día de la visita. La brisa marina es constante y hay suficiente espacio para peatones y ciclistas. Pequeños parques de juegos infantiles se encuentran estratégicamente ubicados y es la zona de los mejores hoteles de la ciudad, como El Renaissance Santo Domingo Jaragua Hotel & Casino, el único con un ambiente tipo resort en la ciudad y ubicado en un terreno de 14 hectáreas frente al Malecón.
Otros hoteles recomendados para hospedarse en la isla son Courtyard by Marriot Santo Domingo y JW Marriott Santo Domingo.
La República Dominicana es uno de los mayores exportadores de tabaco, ron y cacao en el mundo. Un obrero elabora tabacos en el centro histórico de Santo Domingo. Foto:Fernando Ariza
El hotel cuenta con 300 habitaciones y suites, piso ejecutivo, piscina estilo resort, casino, club de tenis, gimnasio y spa. Con 80 años de antigüedad, el Jaragua fue uno de los primeros hoteles de grandes dimensiones construidos en la ciudad, por lo que ha sido el epicentro de la historia social del país con múltiples conciertos y eventos.
Viajar a Santo Domingo es una opción para conocer parte del pasado de América. Es la oportunidad de refrescar la memoria con el descubrimiento y la conquista del continente. Su clima, su cercanía al mar y sus playas la hacen un lugar mágico para descansar.
* Invitación de Renaissance Santo Domingo Jaragua Hotel & Casino y Colonial Tours
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