Quedan menos de tres semanas para una de las elecciones más importantes en la historia democrática de Colombia.
El próximo domingo 11 de marzo serán habilitadas las mesas para elegir el Congreso que trabajará desde el 20 de julio de 2018 hasta el 20 de julio de 2022 y no es algo de poca importancia. El Senado y la Cámara de Representantes tienen cuatro funciones cruciales: proponer reformas a la Constitución, elaborar las leyes que rigen la vida diaria de los colombianos, vigilar la actuación de los funcionarios del gobierno e investigar y juzgar a algunas de las figuras políticas más importantes del país, como los magistrados de las cortes, los fiscales e, incluso, al presidente.
En pocas palabras, los senadores y representantes que sean elegidos en unas semanas serán el pulso de la vida política durante los próximos cuatro años y, además, tendrán el poder de fortalecer, o de hacerle contrapeso, a las decisiones del próximo gobierno.
El próximo Congreso va a tener retos importantísimos: la consolidación de las políticas de paz y de posconflicto, la reforma pensional y la investigación de casos como el del llamado Cartel de la Toga. Y, sobre todo, tendrán la enorme responsabilidad de desmarcarse del cáncer de la corrupción.
Desde BOCAS, queremos hacerles un llamado a todos y cada uno de los 36’024.467 electores habilitados que hay en Colombia para que salgan a votar. Por eso, en esta carta abierta, recordamos algunas de las razones por las que es importantísimo llenar el tarjetón con argumentos y, sobre todo, con mucha conciencia.
– Para empezar, hay que entender que el domingo 11 de marzo se elegirán entre 268 y 278 puestos en el Congreso: entre 102 y 107 para el Senado y entre 166 y 171 para la Cámara de Representantes. El número puede variar porque en los Acuerdos de Paz se establecieron mínimo cinco curules en Senado y cinco en Cámara para el nuevo partido de las Farc; entonces, si ellos no logran sobrepasar el umbral –la cantidad de votos mínimos que debe sacar un partido político para poder aspirar a tener puestos en el Congreso– se crearán curules adicionales para ellos.
– Ahora, ¿quiénes estarán en el tarjetón? En total 2.736 candidatos se inscribieron ante la Registraduría: 943 aspiran a una curul en el Senado y 1.793 a una en la Cámara de Representantes. Sin embargo, a principios de febrero la Comisión Nacional Electoral había recibido 81 peticiones para revocar inscripciones de candidatos con inhabilidades. ¡81! La Fiscalía, incluso, llamó a 15 candidatos que habían sido condenados previamente por delitos que no tienen nada que ver con el ejercicio de la política.
– Gracias a cifras como las anteriores no sorprende que el Congreso tenga un desprestigio que alcanza casi 70 %. De hecho, podría continuar así: muchos de los candidatos que se presentaron son actualmente congresistas y, de la misma manera, abundan familiares de representantes inhabilitados o acusados por corrupción. Por eso se vuelve aún más importante votar y, sobre todo, votar concientemente: para no premiar a alguien que no lo merezca.
– Tenga en cuenta también que sus votos no solo sirven para elegir a los candidatos, sino también para decidir cuáles partidos van a tener representantes. En este punto incluso el voto en blanco cuenta, pues ayuda a subir el umbral para cada uno de los partidos; y en caso de tener mayoría absoluta, se deberían repetir las elecciones con nuevos candidatos.
– Un dato llama la atención: más de 18 millones de los electores habilitados para votar el 11 de marzo, el 51,6 %, son mujeres. Sin embargo, ellas apenas alcanzan a ser el 30 % de los candidatos inscritos. ¿Falta en el Congreso una participación más igualitaria de la mujer?
– También hay que hacer una crítica: hace cuatro años, cuando se eligió el congreso 2014-2018, solo votaron 14’300.000 personas; es decir, el 43 % de quienes estaban habilitados para votar. ¿Quiénes faltaron? Mientras en casi todos los departamentos votaron alrededor del 50 % de las personas inscritas, en Bogotá, Valle del Cauca y Antioquia apenas un poco más del 35 % fueron los que hicieron la tarea.
– Además, según la Misión de Observación Electoral, aunque los riesgos de fraude y violencia de estas elecciones son los menores en toda la historia, aún persisten 170 municipios –en donde están incluidas varias ciudades capitales– con posibilidades de que se presenten delitos electorales, como compra de votos o coacción por medio de la violencia. Por eso, es importantísimo anticiparse a estos problemas y denunciar.
– No hay nada peor que intentar consultar a última hora dónde es su puesto de votación, llegar corriendo a las urnas y no saber qué hacer cuando tenga el tarjetón entre las manos. Por eso, no se le olvide buscar con tiempo en la página de la Registraduría dónde está inscrita su cédula y de tener claro el partido y el número del candidato por el que quiere votar.
– Finalmente, no se deje llevar por las cadenas de Whatsapp, ni por las noticias falsas que solo intentan desinformar.
– Por eso, lo invitamos a investigar: busque entrevistas en las que los candidatos expliquen sus propuestas y averigüe usted mismo en los archivos de noticias si están salpicados por algún escándalo o si se relacionan con figuras inhabilitadas por corrupción o por malos manejos políticos.
– Y, sobre todo, no se le olvide salir a votar.
REVISTA BOCAS
EDICIÓN 71 - FEBRERO 2018