En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Sergio Fajardo: ¿tímido o tibio?

Finalmente habló Sergio Fajardo. Y lo hizo a profundidad. Reveladora entrevista BOCAS.

Entrevista Sergio Fajardo

Entrevista Sergio Fajardo Foto: Natalia Hoyos

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
No había otra manera de sentarlo a hablar: las paisas Tola y Maruja, sus iradoras y coterráneas, lograron conversar - y jalarle la lengua- a Sergio Fajardo.
Y el matemático y excandidato presidencial (y aún candidato) les respondió cada una de sus preguntas (algunas muy chismosas) que tocaron ca varios personajes como Carlos Castaño, Don Berna, Álvaro Uribe, Gustavo Petro y Claudia López, entre otros; y varios temas como eso de "ser tibio", Hidroituango, acuerdos de paz, ELN, Cuba, la marihuana e ir a visitar ballenas en tiempos de crisis.
¡Ay, Tola!, qué emoción tan amarilla que vamos a visitar a ese bizcochote de Sergio Fajardo. Pero mucho cuidaíto, Maruja, no te dejés ver las babas por ese hombre que se pincha y no nos da la berrionda entrevista.
Y no se te olvide, querida, que corre el run run quizque ya Fajardo está casao con María Ángela Holguín. ¡Chito, Tola!, no se te vaya zafar eso delante de Sergio, que nos rumba pa’ la quinta porra. Él pidió que nada personal.
¿Y entonces a qué vamos? Valiente gracia que se dejen entrevistar de nosotras y que no podamos averiguar chismes. Ve, ya llegamos a la oficina. Caminá subamos.
¡Mirá, Tola!, con razón dicen que la mejor edá de los benditos hombres es entre los 60 y los 70. Está más flaco, y sigue ranchao en que no se pone correa y que no y que no. Ajualá se le cayeran los pantalones pa’ conocelo mejor. Mirá, ya se le ven las pategallinas, y tiene por allá un bisojito que hasta le luce. Ole, Maruja, hay bonitos que envejecen feos, pero Fajardo está como te lo recetó el dotor. ¡Bruta, dejá la bulla!
ME FRIEGAN POR TIBIO PORQUE DIJE: ‘NI DUQUE NI PETRO’. Y LA VIDA NOS VA DANDO LA RAZÓN. ME HAN CAÍDO RAYOS Y CENTELLAS Y YO TRANQUILO, COHERENTE. Y AHÍ VOY
A Tola y yo nos encantan las redes sociales, más que todo tuiter, ¿a usté también?
Digamos que las soporto y las tengo por tenerlas, pero son ruidosas, y yo soy muy de calma.
Precisamente en tuiter hablan mucho de usté, y le cayeron en gavilla cuando se fue a ver ballenas. ¿Cómo le fue con las ballenas?
Una campaña presidencial es muy exigente, muy tensionante, el esfuerzo físico es descomunal: las encuestas, conseguir recursos, la propaganda sucia... Eso agota. Es un choque de adrenalina tres meses seguidos. Y si uno es independiente, peor. Y perdí, y anuncié y expliqué por qué votaría en blanco en la segunda vuelta. Ustedes no se imaginan ese cansancio acumulado, tías. Entonces me fui a Nuquí a ver ballenas, que es un espectáculo fascinante.
También lo friegan por tibio
Me friegan por tibio porque dije: “ni Duque ni Petro”. Y la vida nos va dando la razón. Me han caído rayos y centellas y yo tranquilo, coherente. Y ahí voy.
¿Cuál es su parte más tibia del cuerpo?
¿Es una insinuación? Ay, doña Maruja, a la edad suya ese tema no luce.
Ole, Sergio, y en esta campaña presidencial que ya arrancó ¿va a seguir tibio?
Colombia cambió y se está abriendo la posibilidad de un gobierno alternativo, independiente, por fuera de la política tradicional. Ya empezaron Medellín y Bogotá, y sigue el país.
Hablando de Claudia López, que es distinta a usté porque es de caráter caliente, ¿cierto que ella ganó cuando se puso tibia?
Ser tibio es ser capaz de ver los variados puntos de vista alrededor de los temas, de razonar, de tratar de entender a los distintos a uno: que podemos ser diferentes sin ser enemigos. Si yo insultara a mis adversarios saldría en los titulares y algunos dirían: “¡Qué tan berraco ese Fajardo!”.
¿Cómo estaríamos en un gobierno de Petro?
No especulemos. Pero mire cómo es la personalidad y la trayectoria de alguien y sabrá cómo gobernaría.
Pero no nos entibie la entrevista, dotor Fajardo, ¿con Petro estaríamos mejor o en la inmunda?
Estaríamos mejor con Fajardo.
¡Upa, se le pegó lo de Petro, eso de hablar en tercera persona!
Los matemáticos hablamos con demostraciones. Usted puede tener ideas buenísimas o una gran imaginación, pero si no tiene resultados, ¡paila!, como dicen en la calle.
Entrevista Sergio Fajardo

Entrevista Sergio Fajardo Foto:Natalia Hoyos

Y si sumercé hubiera ganao, ¿cómo estaríamos?
Si yo hubiera ganado estaríamos avanzando en los acuerdos de paz, uniendo al país en sus diferencias, haciendo un gran pacto nacional por la educación. Muy distinto a este gobierno, que no quiere escuchar a los jóvenes, y los jóvenes ya no son el futuro: son el presente.
Especulemos: si fuera el presidente, ¿cómo manejaría el Esmad?
A la ciudadanía hay que protegerla, de eso no hay duda. Pero toca reconocer los errores del Esmad, para que tenga credibilidad: el asesinato del joven Dilan, por ejemplo, y asumir la responsabilidad. Evitar ponerse en un lugar que vaya a generar un malestar innecesario. Y escuchar, por supuesto, porque si usted entiende la protesta, sabe cómo enfrentarla.
¿Cómo hubiera sido su votación sobre el embargo a Cuba?
Como ha votado Colombia siempre: a favor de los cubanos.
¿Tampoco le estaría pidiendo a Cuba que le devuelva los negociadores del ELN?
Hay que respetar los acuerdos internacionales.
Mi marido, Ananías, me encargó que le pregunte cuál fue su responsabilidá en los errores de Hidroituango.
Yo estoy tranquilo, actué a conciencia y espero que avancen las investigaciones.
(Fajardo, como buen profe, nos trató de esplicar con un dibujo lo del túnel ese, pero no le entendimos ni mu).
Y mi marido, Perucho, me pidió que le preguntara de quién fue la ideota en su alcaldía de hacer las horribles pirámides de la avenida Oriental de Medellín.
¡Otra vez! Me pusieron “el faraón Fajardo”. A mí me parecían hasta bonitas. Fue para evitar muertes de peatones imprudentes, y sirvieron mucho.
¿Qué le dice la palabra “donbernabilidá”?
¡Ay, otra vez! Vean, tías: cuando asumí la alcaldía ya el Gobierno nacional había firmado un acuerdo con el señor alias Don Berna para que desmontara sus estructuras criminales en la ciudad. Eso bajó los índices de violencia. Nunca hablé con él. Punto.
Dicen que sumercé es un uribista asolapao.
Nunca he sido uribista ni soy “asolapao”.
¿Desde cuándo conoce a Uribe?
Desde el colegio, y cuando él era liberal.
¿Cómo juzgará la historia a Uribe?
Buena pregunta. Esperemos. Él todavía es protagonista: todavía da guerra. Puso a Santos, puso a Duque. Esta película no ha terminado.
Dicen que pa’ que Duque pueda enderezar tiene que traicionar a Uribe.
Yo no creo que Duque tenga la capacidad de enderezar. Este periodo es de cuatro años, y si no puso las bases en el primer año, ah difícil que pueda resolver problemas.
SI YO HUBIERA GANADO ESTARÍAMOS AVANZANDO EN LOS ACUERDOS DE PAZ, UNIENDO AL PAÍS EN SUS DIFERENCIAS, HACIENDO UN GRAN PACTO NACIONAL POR LA EDUCACIÓN. MUY DISTINTO A ESTE GOBIERNO QUE NO QUIERE ESCUCHAR A LOS JÓVENES, Y LOS JÓVENES YA NO SON EL FUTURO: SON EL PRESENTE
¿Usté traicionaría por una buena causa?
Nunca. Son los medios los que justifican el fin.
Sergio, ¿usté sabía que Tola fue novia de Uribe?
¿En serio? Cuente a ver.
Uy, cuánto hará... Usté sabe pues que Uribe y Clara López fueron novios, pero eso no duró porque Clarita le pidió una prueba de amor, y a Uribe no le gusta entregar pruebas. Entonces Álvaro se cuadró conmigo, y hasta nos íbamos a casar...
No charle.
Pero todo se dañó porque Uribe se encargó de conseguir los testigos... Y ya que estamos en plan de infidencias, Maruja se babea por usté. Es cierto, Sergio, sumercé me priva: tan pispo, un churro. A propósito, ¿esto le ha facilitao su carrera política?
Siempre me da pena que me digan eso...Vean, me puse rojo.
¿Qué piropos le han echao sus almiradoras?
Les voy a contar uno que no lo he contado: en Villavicencio, después de una charla que di, se me acercó una profesora y me dijo: “A usted es un gusto verlo y oírlo”.
¡Upa, quedó matao! El expresidente César Gaviria dijo que “el poder afea”.
Por algo lo dirá él.
Lo vemos muy bien, Sergio, gracias a mi Dios. Nos contaron que estuvo hospitalizao porque se fraturó la tibia.
No, tías, lo que tuve fue una infección intestinal que me tiró a la cama y no me dejó marchar el 21 de noviembre.
Ah, le dio “corre-que-te-alcanzo”.
Me comí un chuzo en el camino, y cuando me lo terminé de comer dije: “Me morí”. Por la noche tuve una comida, y ni hablé, y comí poquito, y dije: “me volví a morir”. Y me fui para urgencias y salí en la madrugada, y ese día viajé a Bogotá y en el aeropuerto me comí un sánduche y dije: “me morí otra vez”. Y me hospitalizaron.
O sea que sumercé come tranquilo en la calle.
Donde sea, y como de todo. En la actividad política te ofrecen de todo y yo como de todo, y con gusto. Comía de esos chuzos que vendían en el estadio, que a la entrada eran a cien y a la salida a diez.
Claro, que decían que eran de rata. ¿En sus giras políticas le ha tocao comer algo que no le guste, con tal de no ofender?
De pronto un hígado encebollado o remolacha.
Suena delicioso. ¿Qué comida prefiere?
Las típicas: sancocho, cuchuco, mute, ajiaco, sopas...y, por supuesto, la bandeja paisa.
Entrevista Sergio Fajardo

Entrevista Sergio Fajardo Foto:Natalia Hoyos

Natilla, buñuelos... ¿Cómo eran los diciembres de su infancia?
Uff... Muy felices: elevábamos globos (cuando se podía), quemábamos pólvora (cuando se podía), perseguíamos globos ajenos y los bajábamos con un espejo, corríamos, hacíamos la novena, escondían el Niño Jesús con un billete para que los chinches lo buscáramos, hacíamos concursos... éramos dichosos.
¿Cuál fue su primer traído del Niño Jesús?
Recuerdo dos: una bicicleta...Desde los 12 años que monté en la primera hasta esta mañana que monté, siempre he sido feliz en la bicicleta. Me he caído, un carro me partió la testa, me quebré la cadera en plena campaña con Mockus. Recuerdo que ustedes me hicieron un chiste: “Mockus lo mostró y Fajardo se lo quebró”. Y el otro traído que recuerdo con mucho cariño fue una colección de libros de Julio Verne.
¿Cuál es el recuerdo más lejano de su vida?
El inolvidable momento en que mi papá me llevó la primera vez al estadio a ver jugar al Medellín, contra Peñarol. No se me olvida quién era el arquero de Peñarol: Maidana.
¿Y ahí se volvió hincha del Poderoso? ¿Y cómo pueden ser hinchas del Medellín gente de bien?
Esa pregunta es ofensiva, doña Tola.
Es que yo soy hincha del Nacional y Maruja del Medallo.
Otro recuerdo muy bonito era salir al Gran Pandequeso a ver pasar la Vuelta Colombia. Eran horas esperando mientras oíamos la transmisión por radio, y de pronto, ¡zuas!, pasaban los ciclistas en un suspiro. Y jugábamos en la calle la Vuelta Colombia con tapas de fresco, y jugábamos bolas y trompo y pirinola...Tengo el vivo recuerdo de una mañana que me desperté, sin ser diciembre, y en la mesa de noche mi papá me había dejado un trompo de canuto.
¿En qué momento de su niñez o adolescencia se dio cuenta que era líder?
Yo siempre fui tímido...
¿Tímido o tibio?
Tímido y callado. Pero igual jugaba fútbol y conversaba. No veía la hora de que en el colegio sonara la campana para correr a jugar. Yo era el menor del salón, me gradué de 16. No era particularmente líder, pero era buen estudiante.
Dicen que la timidez es orgullo.
Era calmado: yo no sabía cantar, no sabía bailar, no era charro... No tenía una gracia particular. Todavía no sé bailar, pero ahora tengo la disculpa de que me quebré la cadera. Y en mi adolescencia era una desventaja enorme no saber bailar, mientras otros bailaban como unos trompos y sacaban a las más bonitas.
¡Qué falla! Sabiendo que pa’ los tímidos el baile es el chance de hablale a una muchacha, de pedile la arrimada. A mí Ananías me conquistó bailando un torbellino.
Al bolero sí me le medía.
¿Amacizao, brillando hebilla?
Cuando me atrevía a bailar era colorado de la pena y me sudaban las manos.
¿Y entonces sumercé tan tímido cómo levantaba novias?
Conversando.
NUNCA HE SIDO URIBISTA NI SOY ‘ASOLAPAO’
¿Conversando? Está como Duque, que le gusta es “conversar” y de aquello nada. Y ya que tocamos el tema, ¿en qué momento sintió que tenía madera pa’ la política?
Desde muy temprano tuve conciencia de en qué sociedad vivía y de que había clases sociales. Yo me crié en un buen barrio de Envigado, en una casa muy bonita diseñada por mi papá. Éramos vecinos del filósofo Fernando González, a quien yo veía caminar por ahí. Y al ladito estaba el barrio La Magnolia, de obreros. Y tenía amiguitos hijos de esos trabajadores. Entonces muy rápido entendí que el origen social determinaba el futuro de la mayoría de las personas. Y eso me mortificaba.
¿Y alguno le azuzaba esa mortificación?
El profesor de francés en cuarto bachillerato, que se llamaba Saúl, sociólogo de la Universidad de Antioquia, fue muy importante en mi vida. A los que veía inquietos, nos prestaba libros, nos llevaba a películas, cine foros. Me abrió un mundo distinto.
¿Y le ponía música protesta?
Protesta, clásica. Él fue el primero que me dijo que por qué no estudiaba matemáticas. Me entregó un libro de Bourbaki y me dijo: “Ahí hay otro mundo”. Ese universo de las ideas abstractas, la belleza de la demostración. Escoger las matemáticas fue otra forma de estar en la vida.
Ole, Sergio, ¿y pa’ qué carajos sirven los números en la vida diaria?
Eso no me preocupa, tías: para mí, las matemáticas son la expresión más profunda del desarrollo humano: la lógica, el razonamiento puro. Definen con rigor el significado de demostración y de verdad, a partir de los principios básicos, los axiomas y las reglas de deducción. La formación matemática me acerca al mundo de una manera diferente. Y me permite conectar, que es lo que hago en política: conectar a los ciudadanos en una ética común.
Y en la política sirven pa’ sumar o dividir.
Me apasionan las matemáticas y me encanta enseñarlas. Me fascina sacar lo mejor de cada estudiante. En la campaña me decían: “Ojo, no diga que es profesor, diga que es doctor”. ¡No, señor!, soy profesor y así me voy a morir.
¿Cómo lo picó el bicho de la política?
Volví del doctorado en Estados Unidos y empecé a escribir columnas en el periódico El Mundo, y fue una manera de entrar a lo público, a la política. Tenía mi grupo de amigos científicos, pero también mi gallada de amigos “terrestres”, con los que charlaba de política. Hasta que entré a la Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia, con el gobernador Álvaro Uribe, y fui por primera vez a una cárcel a conversar con guerrilleros.
¡Qué susto! ¿Y es cierto que conoció personalmente al paraco Carlos Castaño?
En gestiones de paz, en compañía de monseñor Isaías Duarte. Castaño tenía un tono arrogante, que muchas veces rozó la amenaza. Su figura era intimidante, violenta en sí misma. Era un hombre con una energía destructiva impresionante. Lo rodeaba, como un aura, una especie de campo magnético que parecía que nos fuera a electrocutar.
Mejor sigamos en cómo resultó metido en ese berenjenal de la política.
Para meterme a lo público me inspiró mucho la ruptura que representó la alcaldía de Antanas Mockus, pues mostró que la política se podía hacer distinta. Y me dije: “¡Eh, Medellín ya está lista para otra política!”. Y me junté con otros que querían lo mismo y en el 2000 me lancé a la alcaldía. Y perdí, pero gané mucho.
A lo Maturana, pues: perder es ganar.
Gané al conocer las organizaciones sociales de las comunas de Medellín, que habían soportado la horrible noche de la violencia narco, y que habían sobrevivido y se habían fortalecido. Lo que hicimos fue conectar esas gentes y darles voz política.
Y en el 2003 ganó la alcaldía de lejos, duplicó los votos del segundo.
¡Uff! Nosotros despertamos el voto de opinión en Medellín.
Cuando sumercé se presentó pa’ la Gobernación de Antioquia, Tola y yo no dábamos un peso por su triunfo, pues en los pueblos los votos son de maquinaria, de gamonal... Ni cinco de opinión. Y sacó ¡925.000 votos! Una cosa histórica. ¿Cómo hizo?
Es que nosotros le cambiamos el rumbo a la sociedad antioqueña.
Entrevista Sergio Fajardo

Entrevista Sergio Fajardo Foto:Natalia Hoyos

¡Upa, tímido y humilde...! Quién lo aguantará.
Todo paisa, por muy montañero que sea, le interesa lo que pasa en Medellín. Entonces en los pueblos ya sabían lo que habíamos hecho en la capital. Y arrancamos a recorrer Antioquia en un jeep, yo de bastón porque recién me había quebrado la cadera. Era un carro sin puertas y despacioso, lo que me permitía entregar los volantes y conversar con los parroquianos. No teníamos sedes ni directorios: tomábamos tinto con la gente en la plaza. Y así fue.
¿Y no le pedían plata o puestos?
Ya nos conocían y sabían lo que pensamos: el que paga para llegar, llega a pagar.
En las pasadas elecciones no les fue bien a sus amigos candidatos en Antioquia. ¿Qué pasó? No lo vimos en tarima con ellos.
Fue muy duro. Tuvimos una confrontación con el Partido Verde que fue muy dañina para lo que habíamos construido juntos. Pero bueno, la vida sigue. Como decimos cuando alguien se cae: ‘párese, que nadie lo vio’.
Tola y yo, que hemos vivido toda la guerra al narcotráfico, creemos que es una guerra perdida y que Colombia no tendrá paz mientras la droga sea ilegal. ¿No cree que los colombianos debemos hablar de legalizar? Manque sea hablar.
Mientras tengamos narcotráfico, siempre será un factor de violencia y destrucción para nosotros. Y claro que debemos hablar de eso y ver la adicción como un problema de salud pública.
Una pianista paisa muy querida nos dijo que si esos muchachos de las comunas no fumaran maracachafa, quién sabe qué harían.
¿Quién? ¿Teresita?
¿Ha probao la maracachafa?
La probé cuando tenía como 16 años.
¿De cuál, recreativa o medecinal?
Pero no sentí mayor cosa. Pues, me reía, pero igual me podía reír sin fumar nada. Lo único que me produjo fue “risueña” y hablar bobadas.
¿Por qué siempre de bluyín, por encubridores, porque los puede tener puestos un mes seguido?
Uno de los grandes inventos del siglo XX es el bluyín...Y el Internet, que globalizó el conocimiento, que potenció la democracia.
Se dice que la política es el arte de ganar amigos falsos y enemigos verdaderos.
No faltan los que se acercan con falsa amistad, que son fáciles de reconocer por lo desagradables. Pero yo he hecho en la política amigos verdaderos. Y es cierto que se consiguen enemigos verdaderos, que son capaces de quién sabe qué.
¿Ha tenido en su vida política algún sinsabor tan maluco que haya pensao tirar la toballa?
Yo empecé en la política a los 43 años, ya curtido, ya muy convencido... curado de espantos.
¿Y algún ser querido le ha pedido que se salga de ese pantanero?
Esto es mi vida, quiero transformar el mundo. Tengo una convicción muy profunda. Pero tampoco estoy enfermo por el poder, me puedo morir tranquilo sin ser presidente.
Hace poco se ganó reproches porque dijo que había niños que iban a la guerra voluntariamente.
Lo que quise expresar era que había niños que vivían en unas circunstancias tales que se querían volar de ese mundo.
Una persona tan ocupada, ¿en qué pierde el tiempo?
Contestando entrevistas como esta. No, mentiras, lo pierdo, pero no es “perder”: monto en cicla, voy a cine, leo de todo: literatura, economía, historia... el manual del horno.
¿Cómo recibe los chistes que le hacen los humoristas? Por ejemplo, Daniel Samper Ospina dijo que usté debió apoyar el cacerolazo desde el hospital, haciendo sonar la bacinilla.
El chiste de Daniel me pareció “charro” en los dos sentidos: en el paisa, que charro es gracioso, y en el bogotano: de mal gusto.
Ya pa’ terminar, ¿por qué nos citó pa esta entrevista en la oficina y no en su casa? ¿Le dio oso que le pidiéramos a María Ángela un piecito de novio?
¡Tías!
Entrevista Sergio Fajardo

Entrevista Sergio Fajardo Foto:Natalia Hoyos

No, Sergio, la entrevista está muy tibia y no nos podemos ir sin que nos cuente un chisme bien carnudo. ¿Es cierto que se casó con esa trolempa de mujer que es María Ángela Holguín? Dicen que ese no es un matrimonio sino una coalición.
Señoras, por favor, no sean charras.
Vamos con preguntas de reina para un tímido: ¿Cuál libro de José Odulio se llevaría a una isla desierta?
Ninguno.
Si una casa se incendia y usté puede salvar una obra de arte o un petrista, ¿qué salvaría?
Al petrista, sin duda.
¿Qué parte de su cuerpo se cambiaría?
Así estoy bien.
[Y muuuuuy bien, comenta Maruja tragando saliva].
¿Con cuál personaje muerto le gustaría tomarse un tinto?
Con Mandela.
¿Una mujer hermosa o una con sentido del humor?
Ojalá hermosa y divertida.
¿Pan o arepa?
Arepa.
¿A cuál personaje o personaja almira?
Barack Obama. Y en la política colombiana, Alfonso López... Pumarejo.
¿Qué opina del lenguaje incluyente?
Llevado al extremo, como hace Maduro, se vuelve ridículo. Pero creo que se debe hacer el esfuerzo de usar un lenguaje que incluya a las mujeres, sin caer en la caricatura.
¿Cuál fue la última película que lo hizo llorar?
No película, fue la transmisión de la visita del papa Francisco a Medellín, porque me acordé de mi mamá, que hubiera estado muy dichosa de verlo...Vea, pues, me acuerdo y se me salen las lágrimas otra vez.
Dicen que los hombres no deben llorar. ¿O sí?
Pásenme un pañuelo, tías.
CASTAÑO TENÍA UN TONO ARROGANTE, QUE MUCHAS VECES ROZÓ LA AMENAZA. SU FIGURA ERA INTIMIDANTE, VIOLENTA EN SÍ MISMA. ERA UN HOMBRE CON UNA ENERGÍA DESTRUCTIVA IMPRESIONANTE. LO RODEABA, COMO UN AURA, UNA ESPECIE DE CAMPO MAGNÉTICO QUE PARECÍA QUE NOS FUERA A ELECTROCUTAR
POR: TOLA Y MARUJA
FOTOGRAFÍA: NATALIA HOYOS
REVISTA BOCAS
EDICIÓN 92. DICIEMBRE 2019 - FEBRERO 2020

Sigue toda la información de Bocas en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Temas relacionados
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales