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Ángel Alvarado, el bogotano que se hizo con un récord Guinness
Logró resolver tres cubos de Rubik en 4 minutos y 31 segundos mientras hacía malabares.
En una mesa con un gran mantel negro y una pantalla digital en ceros, tres cubos Rubik, con sus cuadros de colores desordenados, están cubiertos por una tela. En el centro, un joven de pelo enmarañado mira al piso. Abajo del escenario, una persona gesticula y un individuo descubre los objetos.
Ángel Alvarado, el héroe de esta historia, los agarra y empieza a hacer malabares. Cuatro minutos después, con rostro de satisfacción, los pone sobre la mesa. Cada cara de cada cubo es de un solo color.
El joven de 19 años, que no puede ocultar su felicidad. Acaba de establecer una marca que le da ingreso al Libro Guinness de récords mundiales. Pero, aunque descrito de esa forma parece sencillo, el camino para lograr dicha hazaña empezó varios años atrás.
Ángel es estudiante de biología en la Universidad de la Salle. Fue justamente en las aulas de esa institución educativa en donde surgió su interés por el cubo de Rubik.
“Un día vi a uno de mis compañeros resolviendo uno y eso llamó mi atención. La primera vez que lo intenté no pude, y lo dejé. Un año después, al ver de nuevo a otras personas resolviéndolo, pensé: ‘si ellos pueden, yo también’. Días después compré un cubo y con tutoriales de YouTube empecé a practicar”, dice.
Con el tiempo no solo logró resolverlo, sino que empezó a entender los algoritmos que se requieren para solucionar el cubo de Rubik. Ahora, el reto para Ángel era poder hacerlo como en los eventos profesionales, en donde personas de todo el mundo competen por saber quién lo logra en el menor tiempo posible.
Comprendí que esa no era una habilidad con la que se nacía, sino que con entrenamiento podría lograrlo
Como ya conocía los métodos y todos los aspectos teóricos, empezó a practicar para mejorar su consistencia e ir bajando sus tiempos. “Fui bajando de a poco: un minuto, treinta segundos y finalmente empecé a promediar 20 segundos. Algo que parecía muy complicado al principio, meses después me resultaba muy sencillo”, cuenta.
Tras cumplir con aquel reto personal, pensó que si no le agregaba dificultad sería aburridor. Fue así cómo siguió explorando y se topó con un video que cambió su vida. En él, una persona llamada Raúl Fernández resolvía varios cubos al tiempo mientras hacía malabares. Lo primero que se le ocurrió es que aquella grabación era un montaje. “No creí que alguien pudiera ser tan hábil, (...) me pareció falso”, agrega.
Los días posteriores los dedicó a indagar. Encontró que el video era real y que solo ocho personas en el mundo podían realizar esa proeza. “Comprendí que esa no era una habilidad con la que se nacía, sino que con entrenamiento podría lograrlo”, explica.
En aquel momento Ángel se trazó una nueva meta. Cuenta que no lo hacía pensando en que alguna vez podría obtener reconocimiento, sino que su motivación era superarse a sí mismo. Como si se tratara de una preparación de un deportista de alto rendimiento, creó métodos de entrenamiento. Fue así como dedicó días enteros a practicar. Para mejorar su técnica, practicaba con una sola mano. También entrenaba únicamente la izquierda y hasta con los ojos vendados.
En febrero de 2020, en plena pandemia y con tiempo de sobra para ensayar, empezó a hacer malabares, algo que nunca había practicado en su vida. “Me tomó una semana aprender esa parte, y otra semana poder lanzar tres objetos durante 30 segundos sin que se cayeran. Suena fácil, pero no lo fue. Luego tenía que empezar a trabajar para poder mover los objetos en el aire y al mismo tiempo resolver un cubo”, dice.
Angel Alvarado Foto:Camilo A. Castillo / EL TIEMPO
La frustración también hizo parte del camino. Pese a que los pasos previos no habían resultado tan complejos, parecía que armar, por lo menos un cubo, era una tarea imposible. Sin embargo, la determinación que había mostrado para llegar hasta este punto resurgió y lo impulsó a intentar por otro camino.
“No entendía cómo no podía lograrlo. Entonces cambié la estrategia. Básicamente me concentré en resolver un cubo mientras con la otra hacía malabares con dos pelotas. Fueron cinco meses de práctica hasta que en julio de 2020 lo logré, resolví un cubo en siete minutos”, narra y agrega: “Me di cuenta que hacía parte de un grupo de personas muy pequeño en el mundo que podían completar el reto”.
Con aquel paso, lograr resolver los tres al mismo tiempo fue más sencillo. Luego de algunas semanas ya podía hacerlo, sin embargo no era tan consistente como quería. “En una semana podía resolver los tres cubos un par de veces apenas. La primera vez lo logré en once minutos. De ahí en adelante el progreso fue rápido, en pocas semanas baje tres minutos y ahí fue cuando se me ocurrió la idea de grabarme”, dice sobre aquellos meses previos al récord.
La preparación
“Me considero una persona normal y quería demostrar que no había que ser un genio para lograr lo que hice, que lo único que se necesita es práctica y consistencia”, dice con firmeza antes de hablar de la marca mundial que hoy ostenta.
Justamente, un video del chino Que Jianyu, en el que establece el récord Guinnes anterior que era de 5 minutos y 6 segundos, fue el pretexto para grabarse y demostrarle al mundo que en Puente Aranda, había una persona capaz de establecer un mejor tiempo.
Antes de eso, su tío, John Alvarado, el mismo que le hizo llegar el video de Que Jianyu, le regaló dos cubos Rubik semiprofesionales, los cuales le permitían más movilidad y facilitaban la ejecución de los ejercicios. “Hasta ese momento, practicaba con unos cubos que me habían costado 20.000, pero para ese punto ya estaban en muy mal estado. El cambio fue evidente, con los nuevos objetos bajé hasta los cinco minutos”, cuenta.
Al notar su progreso, se decidió. Tomó una cámara, la ubicó en su cuarto y colocó una mesa para poner los cubos. Con el botón de grabación encendido, tomó los tres objetos y uno a uno los fue lanzando, mientras con su mano derecha, con una destreza casi inhumana, los resolvía.
“Envié el video a Guinness, entonces verificaron primero la solicitud y luego la evidencia. Después me enviaron unas reglas de cómo tenía que ser la mezcla para los cubos y pautas para volver a hacer la grabación, y que el récord quedará registrado oficialmente”, afirma.
Es en este punto en donde entra a escena Eduard García, gestor del speedcubing en Colombia y creador de la comunidad EduRubik's. García es reconocido por enseñarle a niños, jóvenes y adultos sobre esta disciplina deportiva y por organizar torneos para que esta modalidad se expanda.
Él fue pieza fundamental para que Ángel pudiera cumplir con los requisitos de Guinness, entre los que se encontraba tener un espacio abierto con testigos y que se hiciera con los lineamientos de un torneo oficial. “Le escribí, le propuse la idea y él fue muy amable. Desde el primer momento le pareció interesante y me apoyó en toda la logística para hacer ese primer intento, digamos, oficial”, dice.
“Yo confiaba en Ángel, así que acepté sin pensarlo dos veces. Pensaba en aquel momento que si lo lograba sería maravilloso, y si no, sería una buena oportunidad para ambos”, cuenta García.
El récord
Angel Alvarado Foto:Eduard García
El lugar elegido para mostrar su hazaña fue el Centro Comercial Portal 80. Eduard logró congregar, aquel 29 de mayo de 2021, a varios curiosos y con la algarabía del momento, más gente se sumó. Los días previos Ángel había logrado bajar el tiempo a los cuatro minutos, por lo que estaba seguro que lo iba a lograr. Sin embargo, aquel día, no fue como esperaba.
“El problema es que no había estado en una competencia. Por lo general soy muy cerrado y ver tantas personas me hizo sentir muchos nervios. Estuvimos como cuatro horas intentándolo, hasta que en el último intento fue que lo conseguimos. El cronómetro quedó en 4 minutos y 52 segundos”, confiesa.
El récord fue aceptado en febrero de 2022, casi un año después de que Eduard y Ángel enviaran el material. Problemas con el software que determina la mezcla de los cubos, entre otros, retrasaron el mensaje de aceptación por parte de la organización.
Semanas después, el director de contenidos de Guinness le ofreció grabar un nuevo video e intentar mejorar la marca nuevamente, pero esta vez, con una grabación más profesional. “Para ese momento ya había logrado parar el cronómetro en 3 minutos y 36 segundos, así que acepté”.
Fue así como el 10 de abril de 2022, frente a representantes de la organización y con el apoyo logístico Eduard García, Ángel Alvarado, un joven de Puente Aranda que hasta hace cuatro años nunca había tocado un cubo Rubik, logró imponer una marca de 4 minutos 31 segundos y una centésima y de esta forma convertirse en el humano más rápido en resolver tres objetos mientras hacía malabares.
“Creo que llegar a los 2 minutos es humanamente posible, seguramente alguien va a llegar a ese tiempo algún día”, analiza, mientras confiesa que lo difícil no será superarlo, sino toda la burocracia que hay detrás de intentar romper marcas.
Por ahora, el reto de Ángel será intentar mejorar sus tiempos en otras modalidades y obtener un cupo para participar en el mundial de la disciplina con los mejores del planeta, sin que eso implique un cambio grande en su vida, más allá de la determinación de superarse a sí mismo. “Soy consciente de que mi vida no va a cambiar, simplemente es un pequeño momento de fama”, concluye.
“Gracias Ángel podemos demostrar que en Colombia hay potencial. De hecho, tenemos más récords que podemos romper aquí en Colombia: uno bajo el agua y otro armando cubos en parejas”, dice García.