Una labor intensiva de investigación e inteligencia, de la Fiscalía Bogotá y la Policía Metropolitana, que se extendió por más de tres años, dio como resultado la desarticulación de una de las bandas criminales más poderosas del suroccidente de la capital.
Los denominados ‘Camilos’, que serían responsables de más de 36 casos de sicariato entre el 2019 y este año y de algunos homicidios en los que las víctimas eran desmembradas y puestas en bolsas plásticas, controlaban las rentas criminales del narcotráfico en las localidades de Bosa, Kennedy y algunos sectores de Fontibón.
Además, mantenían una lucha a muerte con otras estructuras criminales, como el ‘Tren de Aragua’ y ‘los Maracuchos’, por la conquista de las zonas de María Paz, en Kennedy, la puerta 6 de Corabastos, El Amparo, la llamada carrera 38 y el sector de la Virgen, todos en Patio Bonito, donde se concentró su operación durante años.
La operación San Jorge no fue el primer golpe para esta organización criminal. En 2020 se capturó a Néstor Aguirre, alias Camilo, máximo cabecilla y quien tiene en su prontuario más de 50 homicidios en Bogotá y Soacha. En ese entonces ya se había presentado una primera serie de homicidios violentos por la guerra entre organizaciones que dejó un primer saldo de cuerpos desmembrados.
La conquista del microtráfico
Sin embargo, tras la captura de ‘Camilo’, los grupos criminales se reorganizaron y comenzó una nueva disputa por controlar los territorios que habían quedado sin un líder criminal y las poderosas rentas de la droga, que en el sector de Kennedy y Bosa mueven cerca de 800 millones de pesos mensuales.
En esa reestructuración se coronó como líder máximo de los ‘Camilos’ a Andrés Leonardo Achipiz, alias Pescadito, de 28 años, quien suma más de 17 de trayectoria criminal y que en 2013 habría confesado 36 homicidios en Bogotá y Soacha, por lo que fue denominado por los investigadores como “el asesino serial más joven del mundo o el psicópata o asesino en serie colombiano”, pues como reza en su expediente habría ejecutado a su primera víctima a los 11 años.
La captura de Aguirre provocó una ofensiva más agresiva de los ‘Camilos II’, que ahora estaba en cabeza de alias Pescadito, que tras asesinar a sus contrincantes logró tomarse el poder criminal en 63 barrios de las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa y Tunjuelito, pero también en 13 sectores clave del municipio de Soacha.
Aunque la captura de Achipiz, máximo cabecilla de la segunda generación de los ‘Camilos’, pareciera ponerle fin a un legado de más de 17 años de crimen y control territorial de esta estructura criminal, lo cierto es que, como lo señaló un investigador del caso, “lo que podemos esperar ahora es que la estructura se reconfigure y reaparezcan grupos que habían sido controlados por los ‘Camilos’ para tomarse esos territorios y los negocios, podría venir una guerra entre bandas peor de sangrienta a la que hemos visto”.
El ‘Pescadito’
El acercamiento de Achipiz al mundo del crimen se dio cuando apenas tenía 5 años y era obligado por sus padres a robar para aportar al humilde hogar compuesto pos sus dos padres, que se dedicaban a las ventas informales en el barrio Britalia, en Kennedy, como lo reveló un investigador de la Sijín a este diario en investigaciones previas.
A su corta edad, ‘Pescadito’ se perfeccionó en técnicas para robar billeteras, celulares, relojes y viviendas. Pero no solo se dedicaba a esto, con los años empezó a realizar asesinatos por encargo, por los que cobraba entre uno y siete millones de pesos. A los 16 años conoció a alias Camilo, quien lo sumergió en el mundo del narcomenudeo y el sicariato.
Así fue como Achipiz se convirtió en la mano derecha de ‘Camilo’ y comenzó a “limpiar el camino de otros expendedores de droga”, asesinando personas en zonas de Kennedy como Class Roma, Britalia, El Amparo y Patio Bonito, y en sectores de Bosa, como Laureles y Piamonte. Más tarde, en Ciudad Bolívar y Soacha.
Cuenta el investigador que era tal el grado de crueldad de este hombre que cuando alias Camilo le decía que el homicidio debía ser en silencio, Achipiz desenfundaba su navaja y degollaba a su víctima.
Cayó el monopolio de la droga
Los ‘Camilos’, como se conocieron hasta este martes, era una organización con más de 17 años de trayectoria criminal que estaba compuesta por 37 hombres y mujeres, de los cuales seis eran de nacionalidad venezolana. La estructura, que fue comandada por alias Camilo y luego por alias Pescadito, estaba dedicada a la movilización de clorhidrato de cocaína desde el Putumayo para su comercialización en Bogotá y Soacha.
Por las investigaciones y labores de allanamiento se logró la captura de 25 , de los cuales 18 fueron por orden judicial, 4 en flagrancia y 3 imputaciones. También se emitieron 12 circulares azules de Interpol, 10 para colombianos y dos para venezolanos.
En el operativo también se hallaron 8 millones de pesos en efectivo, 6.410 dosis de pasta de coca, 288 dosis de marihuana, 15 celulares, tres armas de fuego, tres vehículos y 145 cartuchos.
JONATHAN TORO ROMERO
REDACCIÓN BOGOTÁ.