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Héroes, epicentro de la protesta de los jóvenes
Es una zona estratégica del comercio y la movilidad local. Guarda un valor histórico y simbólico.
Según datos del Distrito, este punto ha llegado a tener cerca de 3.000 manifestantes en un día. Foto: César Melgarejo / EL TIEMPO
Tradicionalmente las jornadas de protestas en Bogotá han tenido como epicentro la plaza de Bolívar. Las movilizaciones corrían a través de la calle 26 o la cra. 7.ª para llegar al lugar que acoge a los tres poderes públicos. Pero en las últimas jornadas de movilizaciones se han visto particularidades, entre ellas que han surgido nuevos escenarios de concentración impulsados más que todo por jóvenes.
Uno de ellos ha sido el monumento a Los Héroes, que guarda un aspecto simbólico en alusión a la época de la independencia y es uno de los puntos claves de la movilidad en la ciudad.
Henry Murrain, subsecretario de Cultura Ciudadana, expone que una de las características de las últimas protestas en centros urbanos es la diversidad en los puntos de concentración. “En general, las protestas buscaban organizarse en caminatas desde distintos puntos de la ciudad hasta la plaza de Bolívar. Esta ha sido una protesta mucho más atomizada porque ahora son varios”, dice.
El monumento a Los Héroes ha sido un punto destacado en la jornada del paro nacional que empezó desde el 28 de abril. Es el lugar de concentración de miles de jóvenes bogotanos, de diversos sectores socioeconómicos, que encuentran en las inequidades sociales motivos para salir a protestar.
Es el caso de Gael Posada, un joven de 25 años de edad, y quien ha protestado en dos ocasiones en este punto desde el inicio del paso, “mientras las obligaciones lo permiten”, dice.
Trabaja en un call center y quiere reunir recursos suficientes para volver a retomar sus estudios en negocios internacionales y terminar las materias que le quedan pendientes.
Llegó a Héroes en bicicleta, en compañía de su amigo, Diego López, de 31 años, quien dice que se unió a la movilización porque “soy una de las personas de más de 30 años que no tiene estudios, no por la falta de apoyos del Gobierno, sino porque los trabajos son inestables”. Sus contratos en las últimas plazas que ha ocupado no superan los seis meses y reconoce que personas como él, a esa edad y que no han terminado los estudios, pueden encontrar obstáculos para mejorar sus condiciones de vida.
Ambos consideran que ahora la protesta de los jóvenes se ha trasladado hacia Héroes por ser un punto central de la ciudad en términos de movilidad. Este monumento se ubica sobre el inicio de la autopista Norte a la altura de la calle 80, una zona que conecta el norte y el occidente con Chapinero, localidad que aglutina variedad de servicios educativos, comerciales y de salud.
Héroes también es vital para TransMilenio, al ser la intersección de las troncales de la autopista Norte, Caracas y calle 80. Por ejemplo, este miércoles, que hubo una nueva convocatoria de movilizaciones, hacia el medio día, un pequeño grupo de manifestantes bloqueó la autopista en ambos sentidos. El resultado: los cierres operativos de las estaciones Héroes, Calle 85 y Virrey. La empresa de transporte masivo calcula que por cada minuto de bloqueo en vías pueden verse afectadas 600 personas que se movilizan en el transporte público.
Casi a diario, el monumento a los héroes se ha vuelto epicentro de las manifestaciones en Bogotá. Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO
El monumento a Los Héroes es de vieja data en Bogotá. Felipe Arias, historiador, explica que es un ícono del desarrollo urbano porque marcó el km 0 de la red de carreteras de la ciudad y el comienzo de lo que hoy conocen los bogotanos como la autopista Norte.
En un primer momento, bajo el gobierno de Laureano Gómez, este proyecto fue pensado como una manera de conmemorar a los soldados colombianos desde las guerras de independencia hasta la participación en la guerra de Corea. Allí también se pensaba instalar una torre que sirviera como sede de la Academia Colombiana de Historia.
No obstante, en el mandato de Gustavo Rojas Pinilla, la narración y el discurso se limitó a las batallas que emprendió el ejército libertador en los territorios de la Nueva Granada y el Perú.
“La monumentalización del espacio público en esa época pasaba por el enaltecimiento de la independencia como mito fundacional”, comenta Arias.
La obra empezó a ser construida en 1953 y fue entregada diez años después bajo la supervisión del arquitecto Jaime Vásquez Carrizosa. En los muros de este monumento están escritas las seis principales batallas del ejército libertador, algunas de estas navales. Y al frente se encuentra una escultura de Simón Bolívar, obra que fue hecha en 1910 por el escultor francés Emmanuel Fremiet, y que antes reposaba en el parque de la Independencia.
Aunque han pasado muchos años desde su inauguración y el monumento es más conocido por su ubicación que por su contenido histórico, Andrés, un joven de 16 años, que caminó desde Patio Bonito hasta Héroes, encuentra un simbolismo en el hecho de que la protesta se ubique en ese punto. “Fue construido para nuestros héroes de la independencia. Y ahora que estamos en el paro nacional estamos viviendo una nueva independencia”, dice.
Infortunadamente, el monumento no se ha salvado del vandalismo. En medio de las protestas, ha sido intervenido con varios grafitis. El 15 de mayo, uno de los días con alto número de manifestantes, un grupo minoritario trató de tumbar la espada de Bolívar, pero otro sector se opuso porque, entre otras cosas, la figura de Bolívar representa una época de liberación.
Comercio, el perdedor
Al ser este un punto central, el sector de Héroes también es de los más apetecidos por el comercio. A su lado se encuentra un centro comercial que tiene distintos almacenes de venta de alimentos, servicios tecnológicos y ropa. Fernando Moreno, desde hace diez años, tiene su local de venta de ropa para mujeres mayores. La caja de su negocio se ha visto afectada porque los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos.
“Llevamos más de 20 días que nos ha tocado cerrar más temprano. No abrimos algunos días y hemos tenido daños en las rejas”, comenta. Cuando hay movilizaciones, algunos comerciantes se atreven a abrir y en las mañanas pocos clientes se acercan, pero una vez empiezan los bloqueos el panorama es desolador y quedan como espectadores de las marchas.
Los que sí hacen su agosto son los vendedores informales. Desde muy temprano, Humberto Moreno, de 64 años, llega con su carro de bicicleta para vender combos de sándwich que antes ofrecía en un parque de atracciones y en los eventos deportivos de El Campín.
“Yo vi por los noticieros todas las aglomeraciones que se hacen acá. Como no hay dónde más trabajar, entonces vine a rebuscarme”, expresa. Durante el día transporta 100 combos con él que vende a 3.000 pesos para los que van sintiendo hambre en medio de las largas jornadas de protesta que han llegado hasta la 1 de la madrugada.
Todavía es incierto qué pase con las manifestaciones, pero estas puede ser las últimas en el lugar ya que el monumento será trasladado por las obras del metro de la ciudad.
Mesas de diálogo para cuidar el patrimonio
Manifestante alza unas banderas sobre la estatua de Simón Bolívar, en el monumento a los Héroes. Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO
Desde el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) reconocen el simbolismo alrededor de los monumentos en la jornada de protestas.
Un equipo de esta institución les hace seguimiento a las afectaciones y acciones necesarias para la conservación del patrimonio en el marco de las protestas.
“Queremos ser enfáticos en que el IDPC rechaza cualquier tipo de acción violenta sobre los monumentos, así como cualquier acción que ponga en riesgo la vida de los ciudadanos en este contexto”, afirmó Patrick Morales, director del IDPC.
Por esto, desde esta institución se establecieron mesas de diálogo para debatir sobre el patrimonio cultural y la utilización del espacio público en medio de las movilizaciones. En esta plataforma estarán incluidos distintos grupos étnicos, jóvenes, mujeres y también el apoyo de centros de pensamiento y academia.
“Estos diálogos deben trascender la coyuntura y establecer un debate sobre el lugar de enunciación del patrimonio”, dice Morales.
Dentro de estas acciones, el instituto también adelanta labores para que otros territorios sean incluidos como patrimonio cultural. Igualmente, se está haciendo la construcción de un nuevo inventario de patrimonio con espacios participativos.
Hasta ahora, se han registrado afectaciones a 25 bienes muebles o monumentos en el marco de la protesta. La cifra de su arreglo puede ascender a los 152 millones de pesos.