Fernando Díaz trabaja desde el 2007 vendiendo helados y paletas en el parque El Virrey, en la calle 85, en Chapinero. Asegura que aunque este sitio aún es seguro, la gente está saliendo menos a jugar con los niños y a pasear las mascotas. Sus ventas no van bien. Supone que algo tiene que ver el virus, claro, pero prefiere culpar más directamente a los recientes robos que han ocurrido en esta zona y en otras cercanas como Chicó o El Refugio.
“De un tiempo para acá se ha destapado mucho la delincuencia en este parque. La policía pasa de vez en cuando y en las motos muy rápido. Debería haber un patrullaje seguido, y que sean los patrulleros, porque mandan a unos muchachos auxiliares que lo único que portan es un bolillo en la cintura. ¿Qué pueden hacer si llega a aparecer un atracador con un revolver?”, se preguntó este comerciante que pide a gritos que esta situación mejore, a ver si suben las ventas.
Y aunque no salió en noticieros –pero sí en los chats de los vecinos del sector–, el viernes pasado también fueron asaltadas dos personas en la carrera 10.ª con calle 89, cuando delincuentes en una moto pasaron a toda velocidad y hurtaron un celular. Cuadras más adelante atracaron a otra persona. “Se llevaron en menos de un minuto dos celulares”, escribió en un grupo de WhatsApp vecinal un residente inquieto por estas situaciones.
Todo esto ocurre
en barrios de la UPZ Chicó Lago, la más extensa de Chapinero y en la que han sucedido casos como el asesinato del patrullero Edwin Arnoldo Caro, en marzo pasado, en la calle 70 con 7.ª, cuando estaba en labores de requisa; o el de hace un mes, en la 7.ª con 86, cuando un ciudadano argelino recibió un disparo en el hombro en medio de un atraco.
Y ante esta situación, la reacción no se ha hecho esperar. Aníbal Fernández de Soto, secretario de Seguridad de Bogotá, explicó en conversación con EL TIEMPO que la semana pasada a la entidad llegó
una carta del colegio Liceo Francés (calle 87 con carrera 8.ª) en la que expresaban la preocupación por varios robos de los que habían sido víctimas algunos estudiantes de la institución. Motivado por esta y otras razones, organizó una reunión allí.
“Eran casi 100 personas, entre padres de familia y residentes, preocupados por el tema. Lo que hicimos fue varias cosas, explicamos el refuerzo a la estación de Chapinero, al CAI del parque El Japón, en la calle 87 con 1.ª, y ampliamos la ‘Burbuja’. Esto es un tema operativo, la ‘Burbuja’ es una vigilancia especial que se hace en algunos sitios por la presencia de centros comerciales, embajadas, colegios. Se va ampliar para ir más al norte y al sur. Irá desde la carrera 7.ª con 85, entrando al parque El Virrey, y hasta la calle 100 al norte y la 72 al sur”, explicó el funcionario.
Mientras que Suba tiene 780 policías, yo tengo 350. Tenemos 36 universidades, 524 restaurantes, 185 bancos más 200 cajeros que cuidar
Pero la situación no es fácil para Chapinero. Según explica el coronel Édgar Ávila, comandante de la estación de Policía de esta localidad, sus hombres tienen a cargo la vigilancia y el cuidado de unos 178.000 residentes del sector registrados en el Dane, pero también la de más de 2 millones de personas que acuden todos los días como población flotante. Y los recursos son pocos.
“Mientras que Suba tiene 80 cuadrantes, yo tengo 20. Mientras que Suba tiene 780 policías, yo tengo 350. Y hay un tema especial, el 40 por ciento de los registros de la Cámara de Comercio de Bogotá están en Chapinero. Tenemos 36 universidades, 524 restaurantes, 185 bancos más 200 cajeros que cuidar”, reconoce el oficial.
En términos más concretos, hay momentos en los que la localidad de Chapinero es custodiada por 60 hombres, no más. Y esto es desafiante, cuenta el coronel Ávila, porque esta localidad muta constantemente. Durante el día es un sector financiero y comercial. En la tarde se abren los restaurantes y cafés, y en la noche empieza la rumba en sectores como la calle 85 o el parque de la 93.
“¿Cómo contengo? Jugando ajedrez, voy colocando en el día. Lo que me interesa es que la gente denuncie, cuando me denuncian me dan puntos de calor que estoy impactando. Si la gente no denuncia, para mí en ese punto no pasa nada, se siguen repitiendo casos y se vuelven focos reales de inseguridad”, señaló.
Por otro lado, inquieta que el trabajo operativo no está generando los efectos esperados. En lo que va del año, la policía de la localidad ha capturado a 580 personas, pero de esas solo 40 tienen alguna medida de aseguramiento. De hecho, de los 85 que fueron detenidos en flagrancia por robo de celulares, todos están libres. Lo mismo ocurre con los 50 capturados por robar bicicletas.
Frentes de seguridad
Aunque el panorama aparenta ser desolador, las cifras de criminalidad de Chapinero son de las mejores en la ciudad. Entre enero y agosto de este año, comparado con el mismo periodo de 2019, hubo una reducción en 4.048 casos, ya que se pasó de 8.763 a 4.715. Lo mismo ocurrió en la UPZ Chicó Lago, que mostró una significativa disminución al pasar de 4.587 a 2.574. (Ver gráfico).
No obstante, la intención de la comunidad, el Distrito y la Policía es que casos como el de Bahamón o los robos a los niños de colegios de la zona no se repitan. Para ello, el mejor instrumento que han encontrado son los frentes de seguridad. En el Chicó hay uno que está funcionando desde hace cinco años y que debido a su éxito será ampliado.
“Somos los ojos de la Policía. Informamos lo que vemos en el barrio, si hay una persona sospechosa, si vemos a alguien que está haciendo inteligencia para un delito, estamos pendientes del espacio público, la iluminación, el tema de movilidad, señales de tránsito, actuar desde la comunidad es lo único que nos salva”, manifestó María Fernanda Moreno Díaz, integrante de Corpochicó, una corporación ciudadana integrada por vecinos del sector.
Y esta estrategia es una de las apuestas de la istración Distrital para mejorar las condiciones de seguridad en la capital del país. “Hemos venido activando 92 nuevos frentes de seguridad en la ciudad, además de los 1.000 que ya había, y hemos creado 120 Redes CUIDAdanas que tienen un enfoque poblacional. Hay incluso Redes CUIDAdanas que tienen no solo la lógica por zonas geográficas, sino una lógica poblacional. Hay redes de cuidado a la comunidad LGBTI o la población migrante, por ejemplo”, señaló Fernández de Soto.
Finalmente, en un consejo de seguridad que se realizó el viernes pasado, en el que participaron la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y los secretarios de Gobierno y Seguridad, la Policía Metropolitana, la XIII Brigada del Ejército, entre otros, se mencionó la situación en el sector de Chicó. Allí se determinó, entre otras acciones, que se dinamizará la presencia de retenes conjuntos entre soldados y policías en este sector de la localidad de Chapinero.
EL TIEMPO