En 2024, se registraron 26 homicidios perpetrados por
parrilleros, una cifra que refleja el desafío en materia de seguridad ciudadana y evidencia la especialización del crimen.
Desde 2020, cuando se reportaron 13 casos, esta modalidad ha ido en aumento, alcanzando un pico de 45 casos en 2023. Ante esta situación, la istración distrital ha vuelto a considerar la prohibición del pasajero masculino en motocicletas; sin embargo, los datos y estudios existentes no respaldan la eficacia de esta medida. Veamos por qué.
Motos y seguridad ciudadana
Según datos de la Secretaría de Seguridad, de los 1.204 homicidios registrados en 2024, menos de 35 (2,8%) involucraron motocicletas: 26 por parrilleros (2,2%) y 7 por conductores (0,6%). En cuanto a hurto a personas, de los 129.825 casos denunciados, 5.236 (3,7%) se cometieron desde una moto: 916 por parrilleros (0,7%) y 4.320 por conductores (3,0%).
Estudios realizados por istraciones pasadas, al igual que una evaluación de impacto de la Universidad de los Andes (Mesa, 2012) sobre la implementación de esta medida en Medellín, han demostrado que prohibir el parrillero no reduce el delito. Incluso el alcalde de Bogotá reconoció en su reciente alocución que el impacto de esta política es mínimo.
El parrillero y la seguridad vial
Lo que sí han advertido los estudios es que la prohibición podría tener efectos sociales negativos al restringir la movilidad de quienes utilizan la moto como principal medio de transporte, especialmente en los estratos socioeconómicos más bajos. Muchos viajes en moto se realizan por razones laborales, y una restricción de este tipo afectaría a personas que dependen de esta forma de transporte.
Adicionalmente, no es claro que las autoridades tengan la capacidad de hacer cumplir esta medida de manera efectiva, lo que podría traducirse en una implementación ineficiente y en sanciones injustas para quienes no tienen ninguna relación con la delincuencia.
Pero más allá de los impactos en seguridad ciudadana, existe otra problemática que merece atención: la seguridad vial de los parrilleros. Aunque llevar pasajero en moto no es necesariamente un factor de riesgo adicional para los siniestros viales, sí los convierte en actores especialmente vulnerables. En 2024, murieron 37 pasajeros de motocicleta en siniestros, ubicándolos como el cuarto actor vial con mayor número de fatalidades. De hecho, hubo más muertes de pasajeros de moto en siniestros que homicidios cometidos por parrilleros.
Las motocicletas representaron el 46,6% de las muertes en siniestros viales: 225 conductores (40%) y 37 pasajeros (6,6%). También estuvieron involucrado con el 50,4% de los lesionados: 8.837 conductores (39,3%) y 2.503 pasajeros (11,1%).
No prohibamos el parrillero, pero pongamos atención a su seguridad vial
Si bien la medida de restricción no ha demostrado ser efectiva para reducir el crimen, la condición del parrillero como actor vial vulnerable debe ser analizada con mayor profundidad. Ser pasajero en una moto no solo representa un reto en términos de comodidad, sino también un riesgo significativo en la seguridad vial.
Por ello, el debate debe centrarse en optimizar los recursos de vigilancia para disuadir y contener a quienes representan un alto riesgo delictivo, en lugar de aplicar medidas generalizadas que afectan a la mayoría sin lograr cambios reales en la seguridad. Además, es necesario reflexionar sobre el sistema de transporte y los incentivos que llevan a un mayor uso de motocicletas, al tiempo que se buscan estrategias para mejorar la seguridad vial de todos los actores en la ciudad. Porque, al final del día, el verdadero objetivo debe ser reducir el riesgo de perder la vida en nuestras calles.
Felipe Mariño
Director de Bogotá Como Vamos
Redacción Bogotá
EL TIEMPO
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