Durante las últimas semanas, dos casos de conductores que han abandonado su puesto mientras se encontraban en turno han generado revuelo entre los s del SITP. En ambos casos, los trabajadores argumentan un exceso en la carga de trabajo y señalan directamente a Consorcio Express, uno de los 13 operadores que componen el Sistema Integrado de Transporte Público.
El primero se conoció el pasado 12 de noviembre, cuando Jesús Téllez, un conductor de este operador, grabó un video con su celular en el que manifestó que no aguantaba más la situación de estrés generada por su trabajo.
“Les quiero decir que hasta hoy voy con ustedes. No tengo por qué aguantar humillaciones ni maltrato de nadie, y mucho menos tener que trabajar casi nueve horas seguidas sin descanso”, dijo Jesús en una grabación publicada en redes sociales.
De acuerdo con este trabajador, se unió al sindicato para hacer valer sus derechos; no obstante, la situación no mejoró. “No quiero luchar más, amo mi empresa, Consorcio Express me ha dado mucho, pero lástima esos dirigentes, por más que uno les pide que tengan consideración, les da lo mismo”, añadió.
“No voy a seguir en la empresa, me siento indispuesto”, dijo Téllez en la grabación, y agregó: “Ya les dije que vinieran a buscar la Z154077. Voy a quedarme aquí esperando que vengan a buscarla para no comprometerme más”, dijo minutos antes de abandonar su bus zonal.
EL TIEMPO se comunicó con el Consorcio Express para conocer su opinión sobre estas afirmaciones. En primer lugar, la compañía señaló que los horarios de los trabajadores se ajustan a la ley. “Al respecto podemos afirmar de manera clara e inequívoca que las jornadas de trabajo asignadas a los operadores de bus de Consorcio Express se ajustan a lo establecido no solo en la normatividad laboral, sino en los contratos laborales suscritos”, comentaron.
Ya no aguanto esta humillación que hace Consorcio Express con sus empleados.
Respecto a las jornadas adicionales que suelen hacer los operadores de los buses zonales, señalaron que cuando el trabajador debe exceder el tiempo laboral, “dicha situación se ampara en la autorización expedida por el Ministerio de Trabajo para laborar horas extras”, y que estas “son remuneradas con los recargos establecidos por ley para tal efecto”.
El segundo hecho, que también se conoció por redes sociales, ocurrió cinco días después. En este caso, un conductor de la misma empresa, quien no reveló su nombre, denunció que su sueldo habría bajado por unirse a un sindicato. “Ya no aguanto más esta situación, decidí parar y que vengan a recoger el bus. Ya no aguanto esta humillación que hace Consorcio Express con sus empleados, con los sindicalizados y con los enfermos. La verdad no veo sentido en madrugar a trabajar para que le descuenten el bono cada vez que quieran”, señaló.
Consorcio Express respondió que en la actualidad existen cuatro organizaciones sindicales con las que mantiene canales de comunicación abiertos. “Frente a la población sindicalizada, debemos indicar que la empresa no solo respeta el derecho de libre asociación sindical, sino que ha suscrito convenciones colectivas de trabajo producto de acuerdos logrados con los representantes designados por los diferentes grupos de trabajadores”, indicaron.
El pasado 1.º de diciembre se conoció otro señalamiento público hacia el consorcio. Se trata de Reinel Cerezo, un conductor de bus zonal que trabaja desde hace ocho años para este concesionario y quien dice no estar de acuerdo con las actitudes del personal istrativo. “Hay mucha deserción de personal motivada por la persecución laboral que existe hacia los operadores. Eso es muy triste porque yo quiero a mi empresa, pero se están volviendo a presentar situaciones que no se veían hace años”, dijo en un video publicado en redes sociales.
Hay mucha deserción de personal motivada por la persecución laboral que existe hacia los operadores.
Además, Cerezo indicó que una de las molestias, y que coincide con lo dicho por Jesús Téllez, tiene que ver con el no pago de las bonificaciones. “Yo gano 1’400.000 pesos de sueldo, más el bono operativo, que son 8.000 pesos diarios. El problema es que tratan de quitarme ese bono como sea, y eso no es justo con el buen trabajador”, denunció.
Sobre este asunto, la empresa respondió que este pago extra está sujeto al cumplimiento de criterios de calidad que aseguren un servicio oportuno. “Dicho concepto corresponde a un incentivo de naturaleza salarial para nuestros operadores de bus”, expresaron.
Otro operador
Javier –nombre modificado por solicitud de la fuente– trabajó durante un año para e-Somos como operador padrón hasta que, según su testimonio, se cansó del exceso de carga laboral.
“Cuando llegué a la empresa, ellos plantearon un contrato que decía que trabajaría ocho horas al día y que habría un pago de horas extras si la jornada se extendía. Inicialmente todo eso se cumplió, pero con el paso del tiempo las condiciones empeoraron”, dijo.
Según Javier, el problema del sistema radica en la falta de personal para conducir los buses y cómo esta falta de trabajadores repercute en los horarios de los empleados. Además, argumenta que los tiempos que se les otorgan para cumplir con los recorridos son siempre insuficientes.
El problema es que solo pagan lo que está en planilla, y en ese punto es donde uno termina afectado.
“Por ejemplo, hay una ruta que sale desde Puente Grande hasta la estación Bicentenario. Es una ruta corta, pero en la programación siempre aparece con un tipo de recorrido de una hora. Ellos jamás tienen en cuenta los trancones que se forman en la calle 13 o en la 10.ª, motivos por los que la jornada se extiende. El problema es que solo pagan lo que está en planilla, y en ese punto es donde uno termina afectado”, explicó Javier, quien renunció solo hace algunos meses.
EL TIEMPO intentó comunicarse con el consorcio en cuestión. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta.
Quien sí habló con este periódico fue Marco Tulio Gutiérrez, que fue durante años el representante de los operadores del SITP y hoy es uno de los mayores conocedores del sistema. Gutiérrez explica que este fenómeno puede tener dos causas: el estrés que genera conducir en la ciudad y las rutas de larga duración.
“Aunque se han ido suprimiendo, hay rutas de más de 70 kilómetros que generan un enorme desgaste en los conductores. El problema es que esos recorridos existen porque muchas personas, por ejemplo, trabajadores de obras, viven en el sur y trabajan en el norte. Entonces son necesarias”, manifiesta. Gutiérrez añade que este tipo de renuncias son ocasionales y que obedecen a “lo fatigante que se ha vuelto conducir en Bogotá”.
Denuncian agresiones
Otro motivo que estaría llevando a los conductores a renunciar son las constantes agresiones que, según ellos, reciben de varios s del servicio de transporte.
Manuel Gómez, otro extrabajador de Consorcio Express, señaló que su renuncia no estuvo relacionada con algún problema con el concesionario, sino con la poca cultura ciudadana de los s. “Me cansé de que me insultaran por no dejar colar a nadie. En una ocasión, haciendo la ruta Lijacá, dos muchachas me amenazaron con un cuchillo por no dejarlas pasar con un solo pasaje. (...) No es justo que eso pase con alguien que solo busca hacer su trabajo de la mejor manera”, contó.
EL TIEMPO le consultó a Consorcio Express sobre este tipo de casos. “En el evento de haber sido individualizado el agresor, nuestro operador de bus podrá presentar la respectiva denuncia judicial, contando para tal efecto con el acompañamiento de la empresa”, señaló el concesionario.
CAMILO A. CASTILLO
REDACCIÓN BOGOTÁ