Para 2022 el servicio de duplas psicojurídicas en espacio y transporte público realizó 1.532 atenciones a mujeres que residen en Bogotá, según indicó la Secretaría de la Mujer.
Teniendo en cuenta la gravedad de las cifras reportadas y los recientes casos de acoso que se han conocido en el transporte público (como el de la abogada que denunció ser perseguida por un sujeto en TransMilenio) y con el objetivo de mitigar los hechos que a diario suceden como robos y acosos, el Distrito lanzó la campaña ‘Date cuenta es violencia, pita y avisa’, promovida por el concejal Javier Ospina, del partido Centro Democrático.
Esta estrategia surge, además, porque el 24 de enero de 2022 la esposa del cabildante fue atacada con arma blanca por delincuentes que pretendían robarle su celular, le causaron heridas en su cuerpo y la situación no pasó a mayores porque la ciudadanía se solidarizó al presenciar el hecho.
El elemento seleccionado para poner en marcha la estrategia fue el silbato ubicado en la muñeca de las personas. “Pensamos qué herramienta análoga podríamos implementar en la cotidianidad de los ciudadanos y nos arrojó que el silbato produce un sonido importante de alerta que funciona como un agente disuasor. En el 90 por ciento de los casos cuando el delincuente se ve descubierto por una persona diferente a su víctima, desactiva el arma”, explicó el concejal Ospina a EL TIEMPO.
Desde febrero de 2022 Ospina comenzó esta campaña, entregando silbatos en TransMilenio (TM) y con un enfoque de género hacia las mujeres. A la fecha se han entregado 30.000 de estos pitos y hoy la campaña cuenta con el respaldo distrital en un trabajo integral con las secretarías de Seguridad, Gobierno, Mujer, Integración Social, Policía y TransMilenio S. A.
El funcionamiento
Cualquier persona que sea víctima o testigo de una situación de violencia contra una mujer puede alertar a las personas del entorno y disuadir a los agresores de la acción que se está presentando. Los integrantes de TM recibirán capacitación sobre la estrategia para que puedan brindar ayuda oportuna y activar la ruta de atención establecida.
Andrés Macías, investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (Cipe) de la Universidad Externado de Colombia, considera que “el impacto puede ser muy positivo, especialmente en el corto plazo. Este tipo de iniciativas siempre serán importantes, las cifras así lo indican; desafortunadamente, la violencia contra la mujer, especialmente en el transporte masivo, sigue estando en niveles muy altos y eso es insostenible” y agrega, “este tipo de iniciativas suelen empezar con mucho ímpetu y mucha energía, pero con el transcurrir del tiempo esa energía se va perdiendo y la campaña pierde su relevancia”.
Por su parte, Andrés Nieto, experto en seguridad de la Universidad Central, asegura que “el elemento más allá de ser el silbato es una posibilidad de conexión del resto de ciudadanos con el cuidado de la otra persona”.
Ambos expertos coinciden en que un impacto negativo puede llegar a ser que un ciudadano que quiera alertar sobre un caso de acoso y, al ver que no hay autoridades cerca que puedan capturar al acosador, este decida tomarse la justicia por mano propia.
Ante esto “es importante no masificar la entrega sin antes hacer un proceso de formación de cómo activar el pito, en qué momento y a quién recurrir” mencionó Nieto.
Finalmente, Macías dice que “la campaña no busca que la ciudadanía se apropie de funciones de la Policía judicial y decida capturar al acosador; para eso está la policía nacional. En ese orden de ideas, el pito sí es la herramienta adecuada.