En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
Los aterradores audios y videos que prueban homicidios y extorsiones del Tren de Aragua
Desde la cárcel La Picota de Bogotá, cabecillas de la banda ordenaban macabros delitos en Kennedy.
Dos años y tres fases operativas de la Policía han sido necesarios para poder empezar a desvertebrar una de las organizaciones criminales más poderosas de América Latina y que se instaló en la capital del país en 2020.
Capturados del 'Tren de Aragua'. Foto:Secretaría de Seguridad de Bogotá
Alias el Gordo Foto:Policía de Bogotá
El ‘Tren de Aragua’, comandado por Héctor ‘Niño’ Guerrero desde la cárcel de Tocoró, en el estado de Aragua, en Venezuela, se apoderó del sector de María Paz, en Kennedy, y desde allí han ordenado al menos 50 muertes violentas entre 2021 y 2023, han levantado un poderoso negocio de narcotráfico entre las localidades de Bogotá y han establecido una toda una red de extorsión a comerciantes y trabajadoras sexuales que tiene como centro de operaciones algunas de las cárceles del país.
EL TIEMPO tuvo a un documento de inteligencia de las autoridades que en 160 páginas revela el modus operandi de 30 fichas clave del grupo delictivo y deja ver la magnitud del tamaño de la organización a la que se están enfrentando las autoridades. Dos líderes que ordenan desde Tocoró (Venezuela): el ‘Niño’ Guerrero, máximo cabecilla, y en la lista le sigue ‘Viejo Giovanny’ o Puré’, también desde el país vecino.
En Colombia, el máximo cabecilla es ‘Brayan la 38’, que desde La Picota emite órdenes que en la calle son ejecutadas y distribuidas por ‘Osmer’, el ‘Gordo’ y ‘Pepsi’, tres de los grandes capos del multicrimen en la ciudad y que mantiene el control de la calle 38, en Patio Bonito, contigua al sector de María Paz.
Una interceptación de llamadas telefónicas y la triangulación de diferentes abonados telefónicos en varios puntos de la ciudad, que también llegó hasta la cárcel El Pedregal, de Medellín, empezaron a develar una red criminal que se extendía por varios sectores de Kennedy desde el pasado 12 de octubre. Los que se creían los máximos cabecillas del ‘Tren de Aragua’ en Bogotá, ‘Giovanny’ y ‘Osmel’, resultaron ser el segundo y el tercero al mando. Esta última operación reveló el primero en la lista, ‘Brayan’.
“Yo soy el famoso ‘Brayan’ (...), ¿no le han contado que en Bogotá aparecían los cuerpos en bolsas de basura botadas por todo lado?, yo soy ‘Brayan la 38’, del ‘Tren de Aragua’, yo era el más buscado de las otras ollas y el que mandó a matar toda esa gente”, se escuchó en una llamada telefónica, interceptada, que hizo Brayan desde la cárcel La Picota a la cárcel El Pedregal, en Medellín, donde se comunicó con María Isabel Sanabria, otra reclusa.
Pero la aparente confesión que quedó registrada en la interceptación telefónica solo es la punta del iceberg que controla este hombre. ‘Brayan’ también era el dueño del negocio de la extorsión, los homicidios selectivos, la venta de licor adulterado y el narcotráfico que parece estar blindado en esa parte de la ciudad.
Otra de las contundentes pruebas en su contra serían las grabaciones de video del bar Club Nine Face III y los Potrillos en las que se ve cómo entre tres, y por orden de ‘Brayan la 38’, sacan a un ciudadano venezolano, lo encierran en una vivienda ubicada a pocas cuadras de la transversal 38, lo torturan y finalmente lo ultiman con un disparo en la cabeza. El cuerpo apareció en otro sector de Kennedy.
Las extorsiones también estuvieron a la orden del día. Las trabajadoras sexuales de la zona estaban obligadas a pagar una cuota de 200.000 pesos semanales que eran recaudados por alias Gabriel o Cheroni, un bicitaxista que estaba a cargo de la recolección de dineros y la distribución de cajas de licor adulterado que produce la organización y que es el único que se puede comercializar en los bares de la zona por orden de ‘Brayan’.
“¿Por qué me saca el trago a la calle para que los tombos se lo lleven? De ahora en adelante ninguna mujer ni mesero va a trabajar con usted, viejo h. p., o los pelo”. Estas son las amenazas que reciben comerciantes que se niegan a vender licor adulterado o las trabajadoras sexuales. Todas estas amenazas y crímenes fueron orquestados desde el pabellón 18 de La Picota.
Víctima de homicidio del Tren de Aragua Foto:Archivo Particular
El precio de las cabezas
5000 millones de pesos pagarían los criminales de otras organizaciones por la cabeza de alias Brayan.
La información recopilada por los investigadores también logra identificar el negocio de la muerte y el sicariato que reina en el sector de la 38. Una de las piezas clave de la investigación es una interceptación de alias Brayan en la cual asegura que la banda de ‘los Camilos’ estarían pagando “50 millones de pesos” por llevar al líder del ‘Tren de Aragua’ vivo ante los cabecillas de esta organización. Por presentarlo muerto, esa suma ascendería hasta los 500 millones de pesos.
“ ‘Camilo’ y ‘Pescadito’ eran unas culebras mías. Daban 50 millones para el que me agarra vivo y 500 para el que me llevara muerto. Yo aquí (en la cárcel) estoy relajado”, aseguró ‘Brayan’ en una interceptación.
Pero pasa sostener todo en andamiaje criminal, las extorsiones, los homicidios selectivos, el comercio de licor adulterado y el narcotráfico, que se extendieron no solo en Kennedy, sino en Bosa, Ciudad Bolívar, Soacha, Santa Fe y Chapinero, el ‘Tren de Aragua’ creó toda una estructura de pagos e incentivos para los criminales de menor rango.
Por ejemplo, los es de las zonas tenían un sueldo de 4 millones de pesos semanales; a los taquilleros (encargados de la venta de la droga en la calle) se les pagaba un millón de pesos cada ocho días. Por otro lado, los surtidores, o quienes llevaban las cápsulas hasta los puntos, eran acreedores de 200.000 pesos, en el mismo periodo de tiempo.
Ahora, el brazo armado es el que se lleva los mayores dividendos que le dejaba el crimen a esta estructura. El jefe de sicarios y su grupo de asesinos, cada uno, tenían un sueldo de 500.000 pesos semanales.
Sin embargo, cada cabeza de un enemigo tenía un precio distinto; si el homicidio era en contra de un campanero, de un vendedor de droga o de alguien de menor nivel, el pago sería de 200.000 pesos adicionales. Mientras que si el que resultaba muerto era un jefe de banda o de zona de la estructura enemiga, se podían pagar hasta 50 millones.
Finalmente, los moteros podían ganar entre 500.000 y un millón de pesos semanales, de acuerdo con lo arriesgado del ‘encargo’, mientras que los campaneros, que por lo general son habitantes de la calle, se llevaban 3.000 pesos por información o 100 cápsulas de droga para ser distribuidas.