Un gigantesco cobertor posa sobre el costado del complejo religioso San Francisco, de cara a la plazoleta del mismo nombre.
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De acuerdo con el alcalde Jorge Iván Ospina y la Secretaría de Infraestructura de la ciudad, se busca con ello proteger esta área, ante la posibilidad de más lluvias que puedan desencadenar un nuevo derrumbe, como el del muro que en la noche del pasado martes se descolgó unos 10 metros.
Estas acciones son parte de lo que la misma ministra de Cultura, Angélica Mayolo; la gobernadora del departamento, Clara Luz Roldán, y el alcalde Ospina denominaron primeros auxilios, en este caso, para prevenir más deslizamientos y luego reconstruir todo un legado y patrimonio nacional e histórico de más de 260 años.
Son tres fases de obra, como lo reiteró la ministra, luego de su visita en cuestión de horas a la ciudad, cuando se enteró del desplome por la filtración de agua de los torrenciales aguaceros, en las últimas semanas.
La humedad ya venía afectando muros que separan las iglesias San Francisco y La Inmaculada.
Fue en esta última capilla, donde ocurrió el derrumbe. Allí, unos 15 metros de longitud en la fachada de ladrillo y adobe, que datan de entre 1760 y 1764, en San Francisco, se vinieron abajo, casi a la medianoche de ese martes.
Arqueólogos del Valle, con el acompañamiento técnico de expertos en la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, así como de la Secretaría de Infraestructura de Cali con Inciva empezaron la remoción de vestigios de La Inmaculada. Será un proceso preventivo, afirmó la Ministra.
“La gobernadora asignó a tres arqueólogos en los primeros auxilios”, dijo Jonathan Velásquez, director del Inciva.
El arzobispo coajutor de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez, dijo que el derrumbe también fue resultado de los dos temblores en este mes, uno de 5,2 grados en la escala de Richter y con epicentro en Chocó.
¿Qué trabajos se están haciendo?
El alcalde Ospina aseguró que en esta primera parte, la istración asume costos de remoción y protección. Los vestigios serán reutilizados en la restauración.
El segundo momento está a cargo de la Escuela Taller de Popayán, creada para formar a jóvenes en la restauración de bienes de interés cultural nacional, la cual tiene supervisión del Ministerio de Cultura.
“Después de evaluar y revisar la parte interior del templo, no sé observan grandes daños”, expresó la directora de la Escuela Taller de Popayán, María Eugenia Velasco. “La idea era cubrir para que el agua no haga más daño".
Explicó que hay que desmontar una buena parte de la cubierta.
Después vendrá el desmonte del pedazo de viga que colapsó, ya esto se está trabajando con los ingenieros.
La tercera y última fase es, quizás, la más compleja y es posible que se requieran más recursos para la restauración. En los procesos participan, además, arqueólogos de la Universidad del Valle, de la Gobernación y especialistas del Inciva.
Según la ministra y la gobernadora, la recuperación podría costar unos 1.000 millones de pesos. De ese total, el Ministerio aportará 500 millones de pesos; la alcaldía de Cali, 250 millones y el departamento, otros 250 millones.
CALI