Las tiendas de barrio, el primer circuito de a abastecimiento de los medellinenses en medio de la cuarentena por covid-19, están viviendo la situación entre matices de incremento y reducción de ventas y hasta disminución de personal.
Así lo indicaron 10 tenderos consultados en distintos puntos cardinales de la ciudad que analizaron la cuarentena desde la óptica de su experiencia, la que indica, de modo general tres conclusiones: que donde bajaron, las ventas se redujeron entre un 30 y 40 por ciento; para quienes se incrementó el ingreso, ha sido de un promedio de entre 50 y 60 por ciento y que, en definitiva, el punto donde estén ubicadas es lo que les permite vivir una bonanza o una crisis.
“Hermano, nosotros estamos madrugando y cerrando casi a las 11 de la noche todos los días y no damos a basto. A nosotros sí nos ha ido muy bien”, dice Alberto Torres, ubicado en Belén Rodeo Alto (suroccidente). Este tendero comercializa verduras, carne, leche, arepas y granos y tuvo que ubicar las canastas de alimentos como un cerco para atender la gente desde afuera y evitar os estrechos entre clientes y ellos.
Antes de la crisis, este punto tenía dos empleados y ahora trabajan en un local de 12 metros cuadrados un total de cinco personas que tienen que multiplicarse para atender las decenas de personas con tapabocas que llegan allí. Para el ‘Mono’ como lo conocen sus clientes, estar de vecino de un mercado de bajo costo, le favorece demasiado y la gente aprovecha la oportunidad para surtir de verduras y frutas, sus despensas.
Estamos madrugando y cerrando casi a las 11 de la noche todos los días y no damos a basto
Pero otra es la realidad que viven dos tenderos en puntos diferentes de la ciudad. Para Gildardo Jiménez, dueño desde hace 10 años del ‘Granero Oviedo’ (no vende verduras), ubicado a tres cuadras de la Plaza de Mercado de Campo Valdés (nororiente), las ventas han bajado, pero no tiene empleados y la tienda es, a la vez, su casa.
Igual sucede con Guillermo Alzate Henao, quien desde hace seis años tiene su granero en Santa Mónica (occidente), llamado ‘La piña madura’. Afirma que su clientela usaba poco el domicilio y hacía la compra presencialmente, por lo que debió despedir a su ayudante y ver reducidos sus ingresos en un 40 por ciento. “Lo duro es el arriendo del local”, dice.
En ambos casos, los puntos están distantes de algunas centralidades barriales que sí han visto subir sus ventas como en el caso de Belén Rodeo Alto y también en Belencito, cerca al convento de la Madre Laura, donde unas dos cuadras de comercios se aprecian muy activos todos los días.
Su clientela usaba poco el domicilio y hacía la compra presencialmente, por lo que debió despedir a su ayudante
Para la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), las tiendas hacen parte del sector denominado tradicional que también comprende panaderías y cigarrerías y que en el país representan el 45 por ciento del consumo masivo. Hasta antes de la crisis, la compra promedio en una tienda del país era de 10.600 pesos y en Medellín, de 15.000.
Para Carlos Andrés Pineda Osorio, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, las tiendas de barrio son fundamentales para la sociedad por ser unidades productivas que atienden las necesidades básicas de la población y “de generar el sustento de una y en muchos casos, varias familias”, explica.
Las tiendas de barrio son fundamentales para la sociedad por ser unidades productivas que atienden las necesidades básicas de la población
Desde la agremiación vienen apoyando a los tenderos vinculados a la Federación con programas que, incluso, venían desde antes de la emergencia sanitaria para afrontar momentos de crisis y ser resilientes; además de articular los esfuerzos de las grandes empresas con Bavaria que puso al aire una aplicación para facilitar las ventas a los hogares cercanos a las tiendas.
“En términos generales, los tenderos de barrio han visto incrementadas sus ventas ya que son la primera opción de las familias que no pueden desplazarse y la tienda es lo más cercano”, indicó Pineda Osorio quien aclaró que debido a las restricciones no han podido realizar estudios del impacto de las medidas restrictivas en este canal tradicional de la ciudad y del país.
VÍCTOR HUGO VARGAS
MEDELLÍN