Continúa la protesta de tres comunidades indígenas wayú en el sector del Cabo de la Vela (
La Guajira), donde se construye el parque eólico Guajira 1, de propiedad de Isagen,
impidiendo el tránsito de los vehículos de la empresa, para exigir ser consultados.
Los de las comunidades indígenas de Maleen, Woupase y Malui, pertenecientes al e`irruku (clan) Uriana, aseguran que de los 10 aerogeneradores que conforman el parque eólico, siete se encuentran en su territorio, el cual es demarcado por el cementerio familiar ubicado a escasos 500 metros del mismo.
Al menos porque vivimos cerca que haya preguntado ¿El cementerio que está allí de quién es?
El proyecto ha generado divisiones a nivel familiar y amenaza con extenderse hacia sus vecinos, los del e’irruku Epiayú, quienes se encuentra del otro lado del parque.
Denis Velásquez Uriana, autoridad tradicional de Malui, sostiene que, desde el 4 de enero de 2021, les advirtió a los contratistas de la empresa que no podía limpiar el terreno, porque era de los Uriana y ellos no habían dado autorización.
Explica que la respuesta de Olga Ríos, encargada del trabajo social, fue que ese era territorio de los Epiayú, por lo que asegura que ella aún no comprende la cosmogonía del pueblo wayú, por no preguntar quienes son los dueños del cementerio.
“Al menos porque vivimos cerca que haya preguntado ¿El cementerio que está allí de quién es? Le dije y la respuesta que me dio fue que el trabajo lo hizo otra compañera y ella era nueva”, sostiene Velásquez, quien asegura haber solicitado las actas de las reuniones y no ha tenido respuesta.
Mis mayores son tres viejitos que viven en la comunidad, no hablan español y no entienden del tema”
Señala, además, que en la reunión realizada con la empresa en diciembre les dijeron que el problema lo tenían que arreglar con los Epiayú y sus mayores.
“Mis mayores son tres viejitos que viven en la comunidad, no hablan español y no entienden del tema”, sostiene.
En la protestan también participan dos adultos mayores Ramón Uriana, autoridad tradicional de Woupase, y Tejeiro Uriana, autoridad territorial ancestral, quienes aseguran no hablar en español, ni haber dialogado con Isagen.
Linderos 'escritos en el corazón'
Velásquez explica que grabó los linderos del amplio territorio que ocupan los Uriana en la zona en su corazón, luego de realizar un recorrido con un tío en 2021, los cuales están caracterizados en jagüeyes, rosas y comederos de chivos.
“El tío falleció y porque falleció la palabra de él no me lo van a valer, esa palabra no me la escribió en un papel, pero me la dejó escrita en mi corazón”, afirma.
Justo el parque está construido en los predios de su cementerio familiar, en donde asegura están enterrados sus bisabuelos y otros ancianos mayores, muchas de estas bóvedas no tienen fechas, algunas datan de 1998.
En esa zona hay unos tres cementerios todos de sus familiares, varias enramadas en su alrededor que se convierten en el sitio de encuentro y de velorio, una alberca, y un corral para animales.
Están desconociendo a los dueños ancestrales y se están dedicando a consultar a un pequeño grupo de autoridades
José Silva, presidente de la oenegé Nación Wayú, advirtió que las empresas de energía eólica “están desconociendo a los dueños ancestrales y se están dedicando a consultar a un pequeño grupo de autoridades, dejando por fuera a otras comunidades como en este caso”.
Silva señala que hay una gran vulneración al derecho fundamental de la consulta previa, debido a que no se está ejecutando de la debida forma y se está manipulando, por lo que pide al Ministerio del Interior verificar estas consultas en territorio.
Una división familiar
El desarrollo del proyecto ha generado divisiones internas, Velásquez denuncia que ha sido desconocida como autoridad tradicional y que varios familiares que salieron del territorio hace tiempo, residentes en Riohacha y Manaure, son los beneficiados.
Al parecer, el cementerio ancestral fue registrado por una sobrina en el Ministerio del Interior como una comunidad para recibir beneficios.
Narra que un primo que no vive en el territorio al parecer negoció con la empresa el cerramiento en concreto del cementerio ancestral, como pago por los impactos ambientales, que es lo único que les reconocen por no estar dentro del área de influencia. Estos trabajos se están ejecutando y afirma no estar de acuerdo.
Eliana Mejía Ospino
Especial para EL TIEMPO
Riohacha
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