Aura María Aponte llegó a Chaparral, Tolima, a pasar Navidad con su familia en la vereda La Virginia, pero terminó viviendo una tragedia porque un desbordamiento del río El Mono, que bajó con furia de las montañas, arrastró a tres de su familia y a cinco campesinos más que fueron reportados como desaparecidos, uno de ellos es un niño de tan solo dos días de nacido.
La tragedia ocurrió a las 3 de la mañana de este jueves, cuando dormían las 100 familias campesinas e indígenas de esa zona del cañón de las Hermosas, que está a más de 3 horas en carro de la zona urbana de Chaparral.
“El agua se llevó todo, la casa y hasta a mi familia”, afirmó Aura María Aponte, quien había viajado desde Fusagasugá, Cundinamarca, para compartir con su familia. Era la primera vez que visitaba la zona de las Hermosas.
“El agua pasó por la mitad de la casa, iba cargada de barro, piedra y muchos palos, y no nos dio tiempo de nada pues todos dormíamos”, manifestó la mujer, quien durante el jueves recorrió la quebrada buscando a dos sobrinos y a otro miembro de su familia.
“Yo me salvé de milagro, me salvé, y no supe cómo, pues no desperté en mi cama, sino en las riberas del río, tenía el cuerpo tapado de barro. Lo que sucedió es una tragedia”, señaló.
Yo me salvé de milagro, me salvé, y no supe cómo, pues no desperté en mi cama, sino en las riberas del río, tenía el cuerpo tapado de barro
Edwin Medina, líder indígena de la vereda La Virginia, tiene su casa a unos 15 minutos del sitio de la tragedia, por lo que afortunadamente el agua no alcanzó a su familia.
Antes de las 3 de la madrugada lo llamaron al celular para advertirle que en la parte alta de la vereda llovía a cántaros y le recomendaron que, con las demás familias, tomara precauciones por una posible avalancha.
De inmediato llamó por celular a los vecinos, pero nadie le contestó, pues todos dormían profundamente luego de la celebración de Navidad.
“Esa noche llovió mucho, muchísimo, y probablemente se represó la quebrada, la cual, al destaparse y bajar con furia por la montaña, arrastró varias casas con sus familias”, dijo el líder indígena.
También pudo corroborar que el lodo arrasó con la escuela de la vereda y parte de la capilla, por lo que buscó ayuda en la comunidad. En la zona hay 50 familias afectadas puesto que la creciente bajó por la montaña sin que nadie se percatara.
Llegar a la zona no ha sido fácil, pues la vía está llena de derrumbes, pero la Fuerza Aérea y soldados del Batallón Caicedo les prestan ayuda a los damnificados.
“Yo creo que un 80 por ciento de la vereda quedó afectado por el barro, las piedras y palos, pero lo más duro es que no hemos encontrado a los desaparecidos”, aseguró un militar que participa en las labores de búsqueda.
En La Virginia todos lloran. La vereda no entiende por qué les sucedió esta tragedia.
Carlos Quiroga, secretario de Gestión del Riesgo en Tolima, informó que la gobernación envió maquinaria para atender esta situación. Las autoridades agregaron que hay tres viviendas destruidas, además de afectaciones en el Centro de Salud, la escuela, la iglesia y seis puntos de la vía de la vereda.
FABIO ARENAS JAIME
Para EL TIEMPO
IBAGUÉ