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La inacabable obra de Alejandro Obregón en un nuevo libro
El curador del Mambo explora el compromiso estético y militante del artista con el medioambiente.
Libro de Alejandro Obregón Foto: Cortesía ARCHIVO OBREGÓN
A finales de la década de los setenta, la observación de la naturaleza llevó a Obregón a abordar con mayor compromiso asuntos ecológicos en sus obras. El artista reaccionó directamente a una serie de artículos escritos por Daniel Samper Pizano, en los que denunciaba la creación de la Zona Industrial Simón Bolívar en el recinto del parque Salamanca, un proyecto que aprobó el Gobierno Nacional por intermedio del ministro de Justicia Hugo Escobar Sierra. Parque Salamanca (1978), una serie que incluye obras como Iguana infectada (1979), es uno de sus trabajos más memorables de este periodo, creado como protesta por los desastres ecológicos ocurridos durante la construcción del canal del Dique y su impacto en el ecosistema de la ciénaga de la Virgen, cerca de Cartagena.
Obregón retomaría este mismo tema unos años más tarde en la serie Desastre de la ciénaga de la Virgen (1986), presentada en el Museo de Arte Moderno de Bogotá ese mismo año. La construcción de una carretera a través de unos manglares impidió el intercambio de agua dulce y salobre, lo que ocasionó una enorme mortalidad de especies animales y vegetales que habitaban en este ecosistema. Obregón produjo esta serie apenas unos días después de enterarse de la destrucción ecológica que se había producido en la ciénaga de Boca Grande, frente a Cartagena. “Vi la foto de los peces muertos en EL TIEMPO y al día siguiente comencé a pintar”, declaró el artista. “Son en total 35, todas el mismo objeto, el mismo cuadro con variaciones. Alguien me preguntó si había ido a La Boquilla para ver el desastre y le respondí que confiaba más en lo que imaginaba que en lo que iría a ver”.
Durante los años ochenta y noventa, Obregón aborda nuevos temas, como en la serie Amazonia (1985), dedicada a los ríos amazónicos Miritiparaná, Putumayo, Japura y Atacuri; o en la serie Los vientos (1989-1990), un homenaje a Jerónimo Bosco. En los años siguientes también produce un gran número de cóndores andinos, que de manera solemne ocupan casi todo el espacio de la pintura, muchos de ellos sentados sobre una piedra, descansando. Con pinceladas complejas, colores mezclados magistralmente y encuadres recortados a la perfección, los cóndores siempre están arraigados en la naturaleza y presentados en su estilo característicamente cautivador.
A partir de 1970, la investigación de Obregón se aproximó en forma irable a temas ecológicos. Cultivó un paradigma estético desde una postura sensible, problemática y crítica, que trascendió la visión de la naturaleza como un género de representación –un paisaje– para adentrarse con mayor profundidad en las minucias de los problemas relativos al medioambiente.
Libro de Alejandro Obregón Foto:Cortesía ARCHIVO OBREGÓN
Desarrolló en su obra lo que me gusta definir como una profunda “geoidentidad”, al entrecruzar el espacio físico, la representación y la investigación artística, lo que evidencia una relación sociohistórica y cultural de su obra con el medioambiente y el paisaje, trasladando su sensibilidad artística a las realidades de su entorno.
Su visión de la geoidentidad tuvo en Colombia y en sus ecosistemas un espacio de exploración, en el que la historia y la geografía son interrogadas e interconectadas desde un ámbito simbólico. Obregónhizo énfasis en un territorio de identidades peculiares al introducirse en el universo de especies en peligro de extinción, como los cóndores, y releer a su vez el simbolismo de los ríos y los volcanes.
Al revisar el trabajo de Obregón desde un enfoque retrospectivo, se hace evidente la posición de un artista que negocia un modernismo transcultural: su o directo con el cubismo y el surrealismo europeo, hibridado con sus estímulos andino-caribeños, es emblemático en este sentido. Como resultado de esto, su trabajo aparece inevitablemente como un lenguaje visual inconfundible, que ofrece una alternativa crítica a las ideas eurocentristas del modernismo.
Crece el interés por su obra
Desde que aumentó el interés por el arte latinoamericano en el discurso crítico internacional, la obra de Obregón ha resurgido con un renovado valor. Esta apreciación introduce una nueva y necesaria perspectiva. Su trabajo se ha examinado generalmente desde una perspectiva europea, definido desde su “otredad” viviendo en la costa Caribe colombiana o surgiendo desde tendencias del arte europeo. En este último sentido, la investigación artística de Obregón quedó atrapada en la idea de que surgió de las vanguardias europeas para representar una narrativa colombiana específica.
Hoy en día, se requiere una revisión de esta perspectiva eurocentrista. Como un artista transcultural, Obregón logró descentralizar el modernismo hacia una escala global y diversificada. Reescribir la historia del arte moderno y del modernismo a lo largo de un siglo, en una escala mundial, y con un enfoque descentralizado que tenga en cuenta tanto lo global como lo local, es urgente y necesario.
Libro de Alejandro Obregón- portada Foto:Cortesía ARCHIVO OBREGÓN
La investigación artística de Obregón parece hoy socialmente crítica y potencialmente emancipadora. Al emplear fragmentación, yuxtaposiciones inesperadas, paradojas e imágenes incongruentes, el artista rechazó las limitaciones del realismo dogmático, la racionalidad occidental, las cosmovisiones progresistas y las jerarquías artísticas.
En la actualidad, los enfoques medioambientales hacia el arte y la naturaleza son muy variados. Desde la sensibilización hasta la acción militante, las representaciones de los problemas ecológicos están presentes en exposiciones y bienales de todo el mundo. Por medio de su trabajo, los artistas intentan concientizar al público para crear un mundo mejor, situando a la humanidad en armonía con su entorno.
Numerosos artistas en Colombia continúan enfocándose en la naturaleza y el paisaje, abordándolo desde múltiples perspectivas, quizás porque, dada su localización geográfica, es uno de los países más biodiversos en el planeta, o tal vez porque, precisamente aquí, muchos territorios han sido inaccesibles por décadas como consecuencia del conflicto interno.
Obregón entrelazó lo local con lo global en su trabajo. Dio forma a la idea del paisaje y el territorio en el arte colombiano contemporáneo, influyendo por siempre en la percepción artística del paisaje natural colombiano y el medioambiente.