Director y productor de 'IntensaMente 2' hablan de esas nuevas emociones que se enfrentan en la adolescencia

Riley ha crecido, acaba de cumplir 13 años y siente que su realidad cambia, la niña queda atrás y empieza a aflorar la jovencita con emociones que por momentos la dominan: ya no solo hay rabia, miedo, asco, alegría o tristeza…la ansiedad, el aburrimiento, la envidia o la vergüenza hacen su aparición en los escenarios de su cotidianidad. La protagonista de IntensaMente (Inside Out) ha vuelto casi una década después con una brillante segunda parte en la que Pixar ahonda en ese universo emocional en el que todos nos hemos movido.

Kelsey Mann fue uno de los dibujantes destacados de la primera película, que se estrenó en 2015 y alcanzó una taquilla mundial de 857 millones de dólares, convirtiéndose en una de las cintas exitosas de Pixar. Ahora, debuta como director en esta segunda parte.

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“Nunca hubo una intención de hacer una segunda película cuando se hizo la primera. Estas producciones son muy difíciles y largas de hacer y solo quieres finalizar lo que estás haciendo, ponerle un gran moño y decir: ahí está, la finalizamos, está hecha, se la mostramos al mundo y no pensamos más en ello, pasamos a la siguiente cosa. Conozco a Pete Docter, que dirigió la película original, y definitivamente se sintió así con esta. Pero el tema se mantuvo firme, volvimos a él, de alguna manera permaneció ahí, rondando, mucha gente se acercaba y decía lo importante que era para ellos y cuánto les gustaba. Y eso realmente lo hizo pensar: ‘espera un momento, puede que haya otra historia aquí’. Parece que había un interés real y luego del impacto que tuvo la primera película, fue cuando me buscó. Comencé en enero de 2020, así que son cuatro años de los últimos nueve que se han utilizado para hacer la segunda película”, cuenta en una entrevista con EL TIEMPO.

En la charla virtual lo acompaña el productor Mark Nielsen, ganador del Óscar por la cuarta parte de Toy Story –que fue la mejor película animada en 2020- y con una larga trayectoria en su campo en Pixar, un estudio mundialmente conocido por la profundidad de sus historias y la rigurosidad de sus investigaciones previas.

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“Para este filme acudimos a expertos en emociones y hablamos sobre cuáles podrían ser las nuevas emociones y cuáles son con las que más luchan los adolescentes, que están en primer plano y que son las que más ‘hablan en voz alta’ en la mente a esa edad. Y la otra parte divertida de la investigación fue que queríamos que esto pareciera creíble y real para las chicas adolescentes que se encuentran en la misma época de la vida que Riley, así que reunimos a un grupo de nueve chicas - algunas estudiantes de música, arte, otras son atletas- y las apodamos el ‘equipo de escritura’, y trabajamos con ellas en borradores y copias de trabajo de la película, durante tres años seguidos. Cada cuatro meses les presentábamos una versión de la película y luego nos reuníamos con ellas para conocer sus opiniones y ver si esto te parece sincero, creíble, les preguntamos sobre las relaciones que tiene Riley, cómo se siente emocionalmente y las emociones con las que está luchando. Fueron increíblemente útiles para nosotros en el camino. Y aunque hicimos una película sobre las emociones de una chica de 13 años, esta es una historia universal y cualquiera que haya tenido o que tenga estas emociones podrá relacionarse con ella”, explica Nielsen.

¿Y es que quien no ha tenido el rostro sonrojado, experimentado el deseo de no querer levantarse de la cama o enfrentado ese momento en que casi se sale el corazón antes de tomar una decisión? Para Kelsey ser un hombre ansioso fue clave al momento de aceptar dirigir esta película, “es una emoción que me ha acompañado toda la vida”; mientras para Mark lidiar con su hija adolescente es vivir en primera persona lo que significa sentirse avergonzado al momento de hablar. “Creo que Paul Walter Ha captura toda la esencia del personaje y hace muy real la realidad que vivimos muchos”, dice.

IntensaMente 2 ya se encuentra disponible en los cines del país y, a partir de la experiencia de Riley, ahonda en los recovecos de la mente, que van más allá de los recuerdos y se enfoca en las creencias y los sueños de esta jovencita. “De esta experiencia, aprendí que se trata de aprender a manejar la ansiedad, tener su ayuda, pero no dejarla tomar el control –cuenta el director-. Tenía que dejar espacio para la alegría, para disfrutarlo, porque siempre quise desde niño hacer películas y nunca pensé que tendría la oportunidad de hacerlas en Pixar, me costó mucho tiempo conseguir un trabajo como dibujante de historias, y así fue como pensé que me pensionaría, así que no puedo evitar sentir una emoción tremenda de tener semejante oportunidad”. 

SOFÍA GÓMEZ G.

Cultura EL TIEMPO

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